Thursday, July 3, 2014

MUNDIAL 1966 * PARTE 4

HISTORIA DE LOS MUNDIALES DE FÚTBOL
MUNDIAL 1966 –
WORLD CUP 1966 –
PARTE 4
COPA DO MUNDO 1966
PARTIDO INAUGURAL: INGLATERRA X URUGUAY 
PISA EL CESPED DE WEMBLEY LA REINA DE INGLATERRA


LA ELECCIÓN DE INGLATERRA COMO SEDE
A Inglaterra foi escolhida como anfitriã pela FIFA em agosto de 1960 para celebrar o centenário da The Football Association, a mais antiga associação de futebol do mundo, que ocorreu em 1963.

INGLATERRA LA ELEGIDA
La elección de Inglaterra como sede para el Mundial se decidió en el congreso de la F.I.F.A. de 1966, realizado en Roma, Italia, pero la elección de la sede no había sido por casualidad, ya que el entonces presidente de la Federación Internacional del Fútbol Asociado era el inglés Stanley Rous, ex árbitro de fútbol y quién movió todos los contactos habidos y por haber para lograr que ese Torneo se dispute en su tierra natal.

LA REINA JUNTO ALF RAMSEY CENANDO

SEDES - CIUDADES – ESTADIO – CAPACIDAD
Cidade Estádio Capacidade Construção
Birmingham Villa Park 42 573 1897
Londres Wembley Stadium 127 000 1923
Sunderland Roker Park 30 000 1898

TEMA MUSICA DEL MUNDIAL
En Inglaterra 66, se utilizó una balada folk de Lonnie Donegan, conocido como el "Rey del Skiffle". Se llamó "Cuando en este mundo nos vamos" y además apareció la mascota por primera vez


DE “FÚTBOL A SOL Y SOMBRA” DE EDUARDO GALEANO
En Londres, Harold Wilson mascaba su pipa y celebraba la victoria en las elecciones, las muchachas andaban en minifalda, Carnaby Street dictaba la moda y todo el mundo tarareaba las canciones de los Beatles, mientras se inauguraba el octavo Campeonato Mundial de Fútbol.
Éste fue el último Mundial de Garrincha, y también fue la despedida del arquero mexicano Antonio Carbajal, el único jugador que había estado cinco veces en el torneo.
Participaron dieciséis equipos: diez europeos, cinco americanos y, cosa rara, Corea del Norte. Asombrosamente, la selección coreana eliminó a Italia con gol de Pak, un dentista de la ciudad de Pyongyang que practicaba el fútbol en sus ratos libres. En la selección italiana jugaban nada menos que Gianni Rivera y Sandro Mazzola. Pier Paolo Pasolini decía que ellos jugaban al fútbol en buena prosa interrumpida por versos fulgurantes, pero el dentista los dejó mudos.
Por primera vez se transmitió todo el campeonato en directo, vía satélite, y el mundo entero pudo ver, todavía en blanco y negro, el show de los jueces. En el mundial anterior, los jueces europeos habían arbitrado 26 partidos; en éste, dirigieron 24 de los 32 partidos disputados. Un juez alemán obsequió a Inglaterra el partido contra Argentina, mientras un juez inglés regalaba a Alemania el partido contra Uruguay. Brasil no tuvo mejor suerte:  Pelé fue impunemente cazado a patadas por Bulgaria y Portugal, que lo desalojaron del campeonato.
La reina Isabel asistió a la final. No gritó ningún gol, pero aplaudió discretamente. El Mundial se definió entre la Inglaterra de Bobby Charlton, hombre de temible empuje y puntería, y la Alemania de Beckenbauer, que recién empezaba su carrera y ya jugaba de galera, guantes y bastón. Alguien había robado la copa Rimet, pero un perro llamado Pickles la encontró tirada en un jardín de Londres. Así, el trofeo pudo llegar a tiempo a manos del vencedor. Inglaterra se impuso 4 a 2. Portugal entró tercero. En cuarto lugar, la Unión Soviética. La reina Isabel otorgó título de nobleza a Alf Ramsey, el director técnico de la selección triunfante, y el perro Pickles se convirtió en héroe nacional.
El Mundial del 66 fue usurpado por las tácticas defensivas. Todos los equipos practicaban el cerrojo y dejaban un jugador escoba barriendo la línea final detrás de los zagueros. Sin embargo, Eusebio, el artillero africano de Portugal, pudo atravesar nueve veces esas impenetrables murallas en las retaguardias rivales. Tras él, en la lista de goleadores, figuró el alemán Haller, con seis tantos.”

URUGUAY : LA GIRA PREVIA Y LAS ELIMINACIONES
Nacional aportó nueve de sus jugadores a la selección uruguaya que embarcó, rumbo al viejo mundo, para realizar una gira premundialista con un plantel de 26 futbolistas. Fueron ellos el golero Roberto Sosa, los zagueros Jorge Manicera y Emilio Álvarez, el lateral Juan Martín Mujica, los volantes Milton Viera, Víctor Espárrago y Luis Ramos, y los delanteros José Urruzmendi y Domingo Pérez.
Peñarol, cuyo equipo se consagró Campeón de la Copa Libertadores de América en mayo de 1966, sumó diez jugadores –entre ellos sus dos golero, Ladislao Mazurkiewicz y Walter Taibo–, además de los defensas Pablo Forlán, Néstor Goncalvez, Omar Caetano y Nelson Díaz, y los volantes y atacantes Julio César Cortés, Pedro Rocha, Julio César Abbadie y Héctor Silva.
Los restantes jugadores que salieron de Montevideo fueron: Horacio Troche (Cerro), José Sasía (Defensor), Luis Ubiña y Eliseo Álvarez (Rampla Jrs.), Carlos Martínez (Fénix) y Héctor Salva y Vladas Douksas (Danubio).
La excursión comenzó con un triunfo ante Israel en Tel Aviv, viajando luego a Europa donde realizó otros cuatro partidos. Después de jugar ante el Barcelona, donde Uruguay jugó con un equipo distinto en cada tiempo, el entrenador Ondino Viera definió el plantel de 22 jugadores a inscribir en la Copa del Mundo, eliminando a los cuatro restantes. Fueron ellos, Julio César Abbadie de Peñarol, Carlos Martínez zaguero de Fénix, Vladas Douksas de Danubio y Juan Martín Mujica de Nacional.
Jorge Manicera se refirió a este episodio en “Estrellas Deportivas” No. 106, del 26 de setiembre de 1979, publicada por “El Diario”, atribuyendo al mismo un efecto nocivo para los futbolistas que quedaron integrando el plantel. Señaló que “El panorama ya arrancó complicado desde la gira previa, cuando se envió de vuelta a cuatro compañeros por aquella famosa reducción del plantel. Creo que se debió haber elegido antes de salir, y no hacer regresar a cuatro muchachos integrados al núcleo y que tenían la lógica esperanza de estar en Londres. Los restantes integrantes del plantel ofrecimos solventar los gastos para que continuaran con nosotros, pero los dirigentes se opusieron argumentando problemas de organización”.

URUGUAYOS DISCUTIENDO POR ZAPATOS
LAS DISCUSIONES POR LOS ZAPATOS: PUMA O ADIDAS
Al llegar a Londres surgió un problema imprevisto, en el que nadie había pensado por desconocimiento del tema vinculado con las prendas deportivas y el avance que comenzaba a generarse en el mundo de los “reclames”, como se conocía entonces a lo que después marketing, publicidad, merchandasing, etc.
Dos hermanos alemanes, de apellido Dassler, siendo jovencitos comenzaron a fabricar zapatos de fútbol. En 1948 se pelearon “por cuestiones del momento” –como decían antiguamente las crónicas policiales–, y se separaron. Adi Dassler, que así se llamaba uno de ellos, fundó en ese momento Adidas, integrando letras de su nombre y apellido. El otro, dos años mayor, Rudolf Dassler, en ese momento creó su propia firma a la que llamó Ruda, copiando a su hermano menor. A los pocos años modificó el nombre por el de Puma.
El mundo comenzó a avanzar –sin la velocidad explosivo de los tiempos actuales–, y la publicidad pasó a convertirse, poco a poco, en la vedette de cualquier producto. Entonces, para una marca de zapatos de fútbol, ¿qué mejor que utilizar los pies de los jugadores para promocionarlos? El avance de la televisión hizo el resto.
La Copa del Mundo de 1966 fue la primera televisada con la seriedad de entonces, a color y con una posterior película que tuvo difusión mundial. En ese escenario, a medida que las delegaciones iban arribando a Londres para disputar la Copa del Mundo, cada hermano por su lado, con sus agentes de venta y traductores, caían sobre los jugadores para contratarlos. ¿Se imaginan lo que fue aquello para los uruguayos? Nuestros futbolistas utilizaban zapatos de fabricación nacional. Los hacían zapateros sin mucha instrucción sobre el tema y con los elementos que tenía a mano. Al llegar a Londres, no sólo les ofrecían plata para lucir los zapatos en los partidos, sino que también le suministraban varios pares de calzados a cada uno. Y tratándose de uruguayos, ante un ofrecimiento de este tipo, se generaron las inevitables discusiones y polémicas. Al final, en lugar de buscar una negociación colectiva –como ocurrirá después, en los tiempos que la selección era liderada por Rodolfo Rodríguez, y luego por Enzo Francescoli–, cada jugador de Uruguay, en 1966, arregló por su lado. Conclusión: al salir al campo de juego algunos jugaban como Puma (por ejemplo Rocha y Héctor Silva) y otros con Adidas (Nestor Goncalvez y Mazurkiewicz). Es decir que, ni siquiera entre compañeros de un mismo equipo –en este caso de Peñarol–, hubo acuerdo.
Jorge Manicera –creo que calzó zapatos Adidas–, se refirió a este tema, en la nota citada, como otro de los factores que alteró la convivencia: “Después, apenas llegados a Londres la discusión sobre si jugábamos con Puma o Adidas, todo lo que fue generando un clima totalmente inconveniente para la tranquilidad necesaria de un plantel que afronta un compromiso de ese tipo”.
LOS CELESTES AL RITMO DE LA GAITA

DESFILE INAUGURAL Y PRIMER PARTIDO DEL MUNDIAL 66
El espectáculo estuvo en la ceremonia inaugural, y no en el match de apertura del VIII Campeonato Mundial.
La presencia de la Reina Isabel II en el Palco de Honor de Wembley; el programa musical animado por las Bandas Conjuntas de las Guardias de Granaderos ingleses, irlandeses, escoceses y galeses; el izamiento de los pabellones de los dieciséis países participantes; los himnos de los actores en ese sereno crepúsculo londinense del 11 de julio de 1966, excedieron en mucho el interés sobreviviente de una contienda entre un equipo local que no supo ganar, y un contenido visitantes que en ningun momento lo intento.
Fueron varias las ataduras que se impusieron a si mismos los celestes, preocupados por la fama de ciertas figuras del antagonista. La custodia indeclinable de Bobby Charlton para impedir sus profundos y acertados envíos a las puntas; la vigilancia estricta de Ubiñas y Caetano sobre Connelly y Ball, respectivamente; el seguimiento implacable de Manicera de cada movimiento de Jimmy Greaves, fueron bajando las revoluciones iniciales de los dueños de casa.

EL SIMPÁTICO ALF
La delegación uruguaya al Mundial 66 estaba presidida por un distinguido militar compatriota, Don Conrado Saénz. Al término de la jornada inaugural protagonizada por el dueño de casa y los celestes, Saénz se dirigió al vestuario del team ingles para presentar al Director Tecnico Alf Ramsey los cordiales saludos de la embajada oriental. Ramsey no solo se negó a recibirlo, sino que pronunció una serie de improperios dedicados a “esos sudamericanos” a quienes calificó de Animals. Monada de tipo.

LA PRENSA INGLESA Y LA ACTUACIÓN URUGUAYA .
Luego del empate entre Uruguay e Inglaterra el “Daily Telegraph” escribió que “Inglaerra fue derrotada por una defensa compacta, pero si yo tuviera que ver a Uruguay todas las semanas, seguramente me buscaría otro trabajo más interesante. Esto no significa dejar de reconocer que Uruguay adoptó la táctica correcta acusando magnífica eficiencia”..
Tras caer con Alemania el “Sunday Telegraph” publico : “los uruguayos fueron fantásticamente desafortunados en los primeros site minutos, pero después perdieron la cabeza “. El “Sunday Times” sostuvo que “los wagnerianas actitudes de los alemanes provocaron el fiero temperamento de los infantiles y petulantes sudamericanos, capaces de estallar ante la sola caída de un sombrero”.


LA BOTIJEADA DE MAZURCA – ESTABA PINTADO EL KING
El día que Mazurca "botijeó" a la reina y a su marido
Mirá en esta entrevista realizada al fallecido golero uruguayo sus comienzos, el recuerdo de sus logros, el camino realizado tras los pasos de Yashin y su anécdota con la reina Isabel
Mirá en esta entrevista realizada a Ladislao Mazurkiewicz por Gol TV, sus comienzos, el recuerdo de sus logros, el camino realizado tras los pasos de Yashin y su increíble anécdota con la reina Isabel II.
Además, cuentan los allegados a Marzurca, como le decían a Mazurkiewicz, que ese día se arrimó a darle la mano al marido de la reida y le espetó: "Vos sí que estás pintado".
En aquel campeonato de 1966 mostró su personalidad y una anécdota que contó en su cuenta de Twitter Fernando Álvez, uno de sus discípulos, lo deja en claro.
“Les voy a contar una anécdota increíble de Ladislado antes del Mundial de 1966. Ambos equipos debían subir al palco a saludar a la reina, que aún vive. Primero los ingleses y seguido Uruguay. Era reverencia a la reina frente a ella y la mano al marido que estaba a su lado como siempre. Tengan en cuenta que 10 minutos después iba a empezar el partido, cuando Chiquito queda frente a la reina, le hace la reverencia y da un paso, le extiende la mano al marido de la reina Isabel y, cuando este le da la mano, Chiquito le dice: “Vos sí que estás pintado” y siguió su camino. Sus compañeros no podían creer. Dicen que eso sirvió para que alguno de ellos aflojara la tensión que el partido provocaba”.

LOS ERRORES DE ONDINO AL INTEGRAR EL EQUIPO
Analizada con el paso del tiempo se registraron episodios y hubo decisiones del entrenador Ondino Viera que no parecen adecuadas.
Peñarol se había coronado en mayo, nada menos que Campeón de la Copa Libertadores. Debido a que en sus planteles había varios elementos extranjeros que no podían actuar en la selección (el paraguayo Lezcano, el ecuatoriano Spencer y el peruano Joya), lo que parecía aconsejable era tomar la base de los aurinegros y buscar los jugadores para sustituir a quienes estaban impedidos de vestir la celeste quienes, en realidad, eran dos. La solución parecía “cantada”: Troche o Manicera como back derecho en lugar de Lezcano y el veloz Domingo Pérez por Juan Joya en la punta izquierda. O sea que, como ocurrió en 1950, todo indicaba que Ondino trabajara con este equipo: Mazurkievicz; Forlán, Manicera o Troche, Nelson Díaz y Caetano; Cortés, Goncalvez y Rocha; Abbadie, Silva y Domingo Pérez. Le quedaban al entrenador –en este caso supuesto–, variantes o alternativas importantes para manera: Luis Ubiña de Rampla Jrs. por Forlán; Milton Viera –que era el sobrino del técnico–, por Cortés; “Pepito” Urruzmendi por Abbadie si el “Pardo” necesitaba algún descanso y Sasía por Silva en el ataque.
En la gira, en lugar de definir un equipo sobre la base anunciada, Ondino se dedicó a hacer pruebas. ¡Tantas que en ningún partido repitió la misma integración! Y llegó al colmo que, ante Barcelona colocó once jugadores en el primer tiempo, con la base de Nacional, y cambió a los once para el segundo, con la base de Peñarol. Jugaron en tiempo sin posibilidad de hacer cambios durante el partido: Mazurkiewicz, Ubiña, Troche, Manicera y Caetano; Cortés, Viera, Goncalvez y Rocha; Héctor Silva y Domingo Pérez.

ONDINO EXPLICÓ LA TACTICA CON SALEROS Y PIMIENTEROS
Así se llegó al 11 de julio de 1966. Por razones del sorteo o no, el partido inaugural lo disputaban en el mítico estadio de Wembley, el dueño de casa, Inglaterra, ante Uruguay. Por primera vez en la historia de los mundiales el partido llegaba en directo a varios países que tenían adelantos tecnológicos para recibirlo de esa forma y, en algunos casos, a color. En Uruguay las incidencias se observaron en blanco y negro dos días después. Me veo adolescente, desarrollando mi acelerada etapa de autodidacta del periodismo deportivo, escuchando la narración de Carlos Solé por las ondas de CX 8 Radio Sarandí.
Ondino Viera lanzó a la cancha once jugadores que nunca habían actuado juntos. Es decir, estrenó un equipo. Eso sí, el día previo reunió a todo el plantel y a sus ayudantes (Juan López, el Prof. Omar Borrás y los kinesiólogos Dante Cocito y Carlos Abbate) alrededor de una mesa. En esa instancia, utilizando saleros y pimienteros “paró” en esa cancha a los dos equipos y les explicó a los jugadores titulares lo que tenían que hacer.
De este episodio existe una anécdota imperdible. En un momento, Juan López encargado de mover a los “jugadores” de plástico, con la mano volteó un salero. El kinesiólogo Cocito que estaba al lado de Goncalvez, le dijo al oído: “¿Qué hago Tito? ¿Entro a asistirlo o no?”
En el césped de Wembley el partido salió tal y como Ondino Viera lo había anticipado. Empataron 0:0. Los diarios resaltaron a todo titular la “hazaña”: “Wembley, un imperio celeste”, tituló en la portada “BP Color”. Y en la contratapa, con una radiofoto donde la Reina Isabel saluda al capitán Horacio Toche, el título apuntó a Colombes 1924: “Ráfaga celeste en Wembley”. Los hinchas salieron a festejar en manifestación por la Avda. 18 de julio (esto para los que dicen que antes no se festejaban empates) y los diarios mostraban la fotografía del Presidente de la República, Alberto Heber, escuchando la radio en su despacho. ¡De otro tiempo!
Jorge Manicera destacó en la nota aludida la labor de Ondino Viera, sus conocimientos y aquel inusual ensayo con saleros y pimienteros. “A pesar de todo en el debut anduvimos muy bien, pues salió todo lo que don Ondino había planificado. Era un fenómeno para saber qué podía pasar en cada partido y prever los movimientos de cada uno de nosotros en función de lo que fuera a hacer el rival, que por otra parte también conocía de antemano”.
EL MATE COMPAÑERO INFALTABLE DE LOS JUGADORES URUGUAYOS

URUGUAY PERJUDICADO POR CRUCE DE JUECES
En el segundo partido, ante Francia en la ciudad de White City, los galos se pusieron en ventaja por ejecución de un penal cometido por Manicera. Estaba sentido y en duda. Jugó con esa merma física y así nació la incidencia. Luego Uruguay lo dio vuelta y ganó 2:1. Héctor Silva, lesionado, dejó su lugar a José Sasía. En el cierre del grupo, en un partido desesperante por el dominio que ejerció México, los celeste mantuvieron el 0:0 y clasificaron con cuatro puntos para los octavos de final.
Los resultados determinaron los enfrentamientos entre Inglaterra-Argentina y Uruguay-Alemania Occidental. Ondino sacó del equipo a su sobrino, Milton Viera y colocó a Héctor Salvá, retornando Silva en lugar de Sasía. La FIFA había establecido previamente, que a partir de esta instancia actuarían jueces que no pertenecieran a las naciones que ingresaban a la misma. Cual si fuera un pirata moderno, el inglés Stanley Rous, presidente de la FIFA, manipuló los jueces, dejó de lado lo resuelto y “cruzó” los árbitros. Un inglés conduciría Uruguay-Alemania Occidental y un alemán actuaría en Inglaterra-Argentina. Y pasó lo que tuvo que pasar y previó Rous. Los dos árbitros, escandalosamente, favorecieron a los europeos. El más penoso arbitraje fue el que le tocó en suerte a Uruguay.
Jorge Manicera no olvidaba lo ocurrido y así lo reveló en la nota ya citada: “En el cuarto partido contra Alemania la cosa empezó mal porque los dirigentes, tanto los uruguayos como los argentinos, se dejaron cruzar los jueces. Es decir, juez inglés para nosotros y alemán para el partido Argentina-Inglaterra. Después la pelota que luego de pegar en el palo entró y no se dio el gol y aquella mano evidente de Schnellinger, tampoco sncionada con penal. Hasta llegar a la mala suerte del primer gol donde la pelota pegó en Troche y descolocó a Mazurkiewicz. En fin… Todo se dio en contra desde el principio”.

LA DESPROLIJIDAD ARGENTINA
La desprolijidad y desorganización, otra vez iban a hacer estragos. Basta con realizar un repaso en los cambios de entrenador: Juan Carlos Lorenzo se había alejado tras el Mundial de 1962, antes de que desfilaran una suerte de interinos como Néstor Rossi, Jim López, Horacio Torres, José D'Amico, José María Minella (el que clasificó al equipo en las Eliminatorias frente a Paraguay y Bolivia) y Osvaldo Zubeldía, quien abandonó su cargo a un mes de la Copa porque la AFA no aceptaba a Antonio Faldutti, su mano derecha, como parte del cuerpo técnico.
Así es que casi de apuro y a las corridas, el "Toto" fue la cabeza de los argentinos en otro periplo internacional. Esta vez, la metodología de juego fue bastante diferente, ya que decidió mantener en cancha a casi todos los mismos jugadores. Las crónicas de la época reflejan que su estilo por demás conservador, privó a la Selección de llegar más lejos. El derrotismo y los complejos que se habían creado frente a los cuadros europeos, atentaron contra la suerte deportiva argentina.
Cuando la Selección partió hacia Inglaterra, faltarban semanas para que se originara la llamada "Noche de los Bastones Largos", orquestada por el teniente general Juan Carlos Onganía, a cargo del país tras el derrocamiento de Arturo Illia. En la noche del nefasto 29 de julio de 1966, la Policía Federal desalojaba a estudiantes y profesores de la UBA, quebrando para siempre la excelencia educativa argentina, que desde la reforma universitaria de 1918, era líder en el mundo. Sí, líder en el mundo, como lo leyó. Un día más tarde, se jugaría la final de otra Copa del Mundo, y nuevamente Argentina la seguiría por televisión o radio.
La desprolijidad y desorganización, otra vez iban a hacer estragos. Basta con realizar un repaso en los cambios de entrenador: Juan Carlos Lorenzo se había alejado tras el Mundial de 1962, antes de que desfilaran una suerte de interinos como Néstor Rossi, Jim López, Horacio Torres, José D'Amico, José María Minella (el que clasificó al equipo en las Eliminatorias frente a Paraguay y Bolivia) y Osvaldo Zubeldía, quien abandonó su cargo a un mes de la Copa porque la AFA no aceptaba a Antonio Faldutti, su mano derecha, como parte del cuerpo técnico.
Así es que casi de apuro y a las corridas, el "Toto" fue la cabeza de los argentinos en otro periplo internacional. Esta vez, la metodología de juego fue bastante diferente, ya que decidió mantener en cancha a casi todos los mismos jugadores. Las crónicas de la época reflejan que su estilo por demás conservador, privó a la Selección de llegar más lejos. El derrotismo y los complejos que se habían creado frente a los cuadros europeos, atentaron contra la suerte deportiva argentina.
Por el debut del Grupo B, en el estadio Villa Park, Luis Artime se adueñó de los flashesfrente a España, con un doblete que señaló el 2-1 de Argentina. Pero un día antes, Alemania–siguiente rival- había mostrado todo su repertorio contra la débil Suiza. En el mismo escenario, el conjunto liderado por Franz Beckenbauer, quien se encargó de anular al histórico jugador de River, Ermindo Onega -por eso pasó desapercibido él también-, no pudo con la férrea actuación defensiva de los 'criollos', que sufrieron la expulsión de Rafael Albrecht por juego brusco, en uno de los tantos actos de indisciplina que llevarían a cabo y provocarían el apodo de "Animals" de parte de la prensa británica.
Una discreta actuación ante los suizos, que se maquillaría con los gritos de Artime y Onega, cumpliría con la meta de clasificarse, pero sin el rendimiento acorde con la jerarquía que tenía el plantel. La seguridad en el arco de Antonio Roma; la solidez de Roberto Perfumo junto aSilvio Marzolini, que demostraban estar para grandes cosas en la defensa junto a Roberto Ferreiro y Albrecth. En el medio Jorge Solari y Alberto González eran los laderos del capitán Antonio Rattín y arriba Onega, "Pinino" Mas y Artime invitaban a soñar..

EL INCIDENTE RATTÍN : ARGENTINA VS INGLATERRA
"A los 33 minutos del primer tiempo Kreitlein sanciona un foul contra Perfumo en la cercanía del arco argentino. Perfumo protesta la sanción, peroRattín, capitán del equipo, asume el papel protagónico y exige la presencia de un intérprete. Kreitlein le mira la cara a Rattin y decide que lo está insultando. Mientras tanto, Moore ejecuta el tiro libre con un pase a Charlton cuyo tiro pasa rozando el poste. Todo el equipo argentino está contemplando el romántico diálogo entre su capitán y el árbitro. Rattín no comprendía una palabra de alemán. Pero lo que repetía el árbitro estaba claro. '¡Aus!', gritaba. ¡'Inglaterra debe ser campeón!', quería decir... Kreitlein lo ha expulsado a Rattín. El jugador argentino no lo quiere creer, a pesar de que los gestos son suficientemente claros. Empujones, conversaciones con rostros agrios, algunos en el equipo argentino que quiere retirarse de la cancha. En manifestación de protesta, Rattín se sienta en la alfombra roja sobre la que pisa la reina en las ceremonias cuando desciende del palco oficial. Ocho minutos de interrupción, ante una tribuna encendida, indignada. Finalmente, Rattín se va..."
En los cuartos de final de Inglaterra '66, Argentina se enfrentó con el equipo local. En el primer tiempo, el árbitro alemán Kreitlen echó a Rattin inexplicablemente. Todo el equipo argentino protestó y, al salir, Rattin mostró su bronca pisando la alfombra de la reina Isabel, todo un símbolo del Imperio Británico. Argentina había sido perjudicada y terminaría perdiendo. 
El arbitro del encuentro expulso al argentino Antonio Rattin de forma injusta según este. El argentino a modo de protesta arranco y destrozo un banderín de corner y se sentó en la alfombra real británica a ver el resto del partido
LOS ARBITROS UN CASO APARTE EN EL MUNDIAL 66 - EN CASOS SALIERON ESCOLTADOS POR LAS FUERZAS POLICIALES

EL SHOW DE SUPER RATTIN
El Show de Rattín en Inglaterra 1966
Seguramente si sois joven nunca hayas visto esto y te llame la atención escuchar hablar de algo como lo que sucedió en el Mundial de Inglaterra 1966. El protagonista se llamaAntonio Ubaldo Rattín, histórico jugador y capitán de la selección de Argentina de ese año, el cual tuvo un mini show en el místico estadio de Wembley.
En el mundial disputado en 1966, Argentina llegó a clasificarse a cuartos de final,  venció a España, Suiza y empató con Alemania. Luego perdió 1 a 0 con Inglaterra y se quedó afuera de la competición. Desde ahí ya se comenzaba a hablar de éste partido como un clásico delfútbol mundial.
En dicho partido, el cual era vital para los dos, ya que ambos aspiraban a llegar a la final de la Copa del Mundo, el colegiado alemán Rudolf Kreitlein, después de haber dado muchas ventajas a los ingleses, decide expulsar del encuentro a Antonio Ubaldo Rattin debido a sus insistentes y reiteradas protestas. El jugador argentino perdió la cabeza con el árbitro, pues no aguantaba más que Kreitlein siguiera otorgando ventajas a Inglaterra y perjudicando a Argentina.
En 1966 aún no existía el uso de tarjetas amarilla y roja, el método de la expulsión funcionaba verbalmente y el jugador sancionado debía retirarse del campo de juego. Rattín, en aquel entonces, pareció no entender ni querer comprender la decisión del colegiado; éste se quedó ocho minutos en la cancha escuchando y discutiendo con el árbitro.
Seguramente ninguno lograba comunicarse, ya que uno hablaba español y el otro trataba de hacer entender su alemán mezclado con palabras en inglés. Como solución a este inconveniente, Ubaldo, muy inteligente él, decidió llamar a un traductor que estaba a un costado del campo de juego. El árbitro del partido no quería saber de nada sobre lo que sucedía afuera y quería que el argentino se retirase de una vez por todas. Rattín logro ingresar a la fuerza al traductor y lo llevó hasta donde estaba Kreitlein, allí el alemán se hizo entender y el capitán de la selección argentina comprendió cual había sido la decisión del mismo. Si bien volvió a increpar al árbitro (ahora con traducción), se  retiró del campo de juego, pero no todo terminó allí.
Antonio Ubaldo Rattín se fue del terreno totalmente molesto por la situación, se dirigió hasta el palco real inglés y se sentó en la alfombra roja en donde se ubicaba la reina, quien por suerte no acudió a presenciar dicho encuentro. Algunos aficionados morían de risa y otros se notaban enfurecidos por lo atrevido que estaba siendo el capitán de Argentina.
Luego de este show, el argentino no paró, se fue caminando por el costado de la cancha pisando la línea del terreno de juego hasta los vestuarios. En ese trayecto le tiraron desde chocolates hasta turrones. Enfurecido por la situación y por todo lo que le arrojaban, llegó al banderín del córner, el cual tenía la bandera inglesa, lo retorció y los insultó a todos los que estaban allí presentes. Los aficionados ingleses desataron su enojo arrojándole más cosas aún y lo insultaron con rabia, lo despidieron gritándole “¡Animals!”, entre otras palabras irreproducibles para esta web.
El capitán de la selección argentina en ese entonces se convirtió, según la prensa inglesa en aquel tiempo, en “el jugador más famoso de la Copa del Mundo”. Nosotros en el 2010 le llamamos “El show de Rattín en 1966


KEN ASTON “ARBITRAR ES PENSAR”Ken Aston, el mejor árbitro
"Kenneth George 'Ken' Aston nació en Colchester, Inglaterra, el 1 de septiembre de 1915 y falleció el 21 de octubre del 2001, a los 86 años de edad. Fue profesor, soldado y árbitro de futbol. En 1997 se le otorgó la Orden del Imperio Británico. Además fue el autor de la frase célebre de “Arbitrar es Pensar”. 
Ken Aston se retiró del arbitraje pitando la Copa Inglesa en 1963, sin embargo, su relación con el arbitraje no terminaría ahí, porque la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA) lo nombró integrante de la Comisión de Arbitros en 1966, que presidió de 1970 a 1972. 
Aunque fue este inglés el inventor de la tarjeta roja y amarilla, no se usaron en Inglaterra, entraron en función por primera vez en el Mundial de México 70. Tras ver los problemas suscitados en el partido de la Copa Mundial de 1966 entre las selecciones de Inglaterra y Argentina, en un grave problema de comunicación entre el árbitro y los jugadores de ese partido de cuarto de final, surgió el uso de las tarjetas. En ese encuentro, el capitán argentino Antonio Rattin se negó a salir del terreno de juego luego de haber sido expulsado, alegando que no sabía que lo habían hecho, ya que en ese entonces las amonestaciones y las expulsiones las hacían de manera verbal. En este caso, el jugador no entendía lo que le decía el árbitro alemán Karl Kreitlein, y fue Aston el que propuso el uso de las tarjetas, idea que le vino al ir circulando en su automóvil en una de las avenidas de Inglaterra, cuando el semáforo se puso en amarrillo y luego rojo, entonces dijo “amarillo es preventivo”, una amonestación, y rojo es peligro, expulsión. 
EL ARBITRO KEN ASTON

SIR ALF RAMSEY HABLA DE LA PARTICIPACIÓN ARGENTINA
"Por su gran capacidad defensiva, Argentina era un cuadro muy difícil de batir"
Por  Sir Alf Ramsey
Ex-jugador de la selección inglesa y director técnico de la misma desde 1963 a 1974
(Fragmentos de un reportaje de Juvenal -Julio César Pasquato- para El Gráfico y el Mundial número 8, 1977)
"En 1964 Inglaterra participó en la Copa de las Naciones en Brasil, juntamente con los dueños de casa, Portugal y Argentina. Fue el torneo que ganó Argentina sin conceder un solo gol en contra y en el que nosotros no conseguimos un solo triunfo, recibiendo cinco goles en un solo encuentro, ante Brasil.
Esa Copa, negativa en resultados, tuvo influencias positivas para el futuro del equipo nacional. Ahí comprobé cúales eran nuestros defectos, tanto individuales como colectivos, saqué conclusiones muy útiles y para los jugadores que iban a quedar en el plantel esos resultados los ayudaron a templar el carácter. Para mí, lo más importante que tiene un equipo es justamente eso: el carácter de quienes lo integran.
No es cierto,como se ha dicho algunas veces, que basé mi nuevo estilo en las tácticas utilizadas por los argentinos durante la Copa de las Naciones.Argentina llegaba a jugar con cinco hombres en el centro del terreno, pero su objetivo era, fundamentalmente, no perder, en tanto que el mío era ganar, única forma de hacer realidad mi profesía sobre la conquista de la Copa de 1966 por Inglaterra.
Pero coincidía con los argentinos en la necesidad de ganar la posesión de la media cancha y crear espacios libres en las cercanías del área penal adversaria, replegando hombres de ataque al medio juego, si así fuera necesario.
Otra de mis preocupaciones fue la forma de reconquistar la posesión de la pelota una vez que la habíamos perdido. Esta era la faz defensiva del juego, pero mi intención era convertir esa lucha en el primer eslabón de nuestro fútbol ofensivo.
Los defensores ingleses no estaban habituados a jugar con un hombre a retaguardia del resto, cubriéndolos a todos, en el rol que nosotros llamamos 'sweeper' y los italianos denominan 'batidore líbero'. En cambio, necesitábamos un hombre libre delante de la última ´linea defensiva, capaz de combatir y ganar la pelota, para pasar inmediatamente al ataque.
La elección recayó en un jugador muy discutido, no solo por la prensa inglesa sino también por los ingleses, pero que probó ser uno de los hombres fundamentales de la victoria: Nobby Stiles. Para mí fue tan valioso que l encomendé misiones muy difíciles en partidos decisivos para la chance de Inglaterra en la Copa del Mundo y siempre las cumplió al pie de la letra. Tales, las de anular al peligroso Eusebio en el encuentro semifinal contra Portugal y a Ermindo Onega, verdadero creador de juego del equipo argentino.
Antes y durante la Copa estuve repitiendo lo mismo: 'Inglaterra será campeón del mundo'. Pero recién estuve seguro de que ese vaticinio se iba a convertir en realidad después de vencer a la selección de Argentina.
Fue, sin duda, el rival más duro que tuvimos. Por su gran capacidad defensiva era un cuadro muy difícil de batir. Y cuando conseguía la posesión de la pelota en el medio juego, sabía conservarla, enfriando el juego y desconcertando al adversario por la forma en que sabía quitarle ritmo al partido. A pesar de jugar buena parte del encuentro con solo diez jugadores, los argentinos nos crearon complicaciones muy grandes y solo respiré cuando Geoffrey Hurst consiguió cabecear hacia la red el centro de Martin Peters.
Ese gol me quitó dos pesos de encima: doblegar a un rival que parecía imbatible y justificar mi decisión de incluir a Hurst en vez de Jimmy Greaves. Jimmy había salido del equipo por lesión, contra Francia, y no incluirlo era dejar fuera del equipo al goleador máximo del fútbol inglés. Pero, afortunadamente, Geoffrey Hurst me dio la razón en ese encuentro y también en la final.
Después del encuentro contra Argentina dije una de esas cosas que uno tarda segundos en decir y luego se arrepiente de haberlas dicho durante varios años. Fue cuando expresé que 'los argentinos estaban actuando como animales', porque los veía discutir entre ellos, pelear contra el árbitro y actuar con una sobreexcitación que no puedo entender en un jugador una vez que el partido terminó. De todos modos, estuve mal al decirlo y esa frase me persiguió durante mucho tiempo. Afortunadamente, a mediados de este año tuve la oportunidad de estrechar la  mano de Antonio Ubaldo Rattín, capitán de aquel equipo argentino y expresarle mi respeto y mi admiración por él y sus campañeros. Estoy seguro de que Rattín ha olvidado aquello que dije en caliente y que no traducía, en realidad, la forma en que respetábamos a Argentina, a tal punto que recién después de ese resultado nos sentimos realmente seguros de ganar la Copa. Mis jugadores y yo no hubiéramos querido tener enfrente a los argentinos en la final del torneo."

EL ORGULLO DE UN EQUIPO CON CORAJE – ROBERTO PERFUMO
"El orgullo de un equipo con coraje" Por Roberto Perfumo El Libro de Oro del Mundial (1998)
"El equipo del 66 alimentó la creencia de que fuimos campeones, pero morales. Y algo de razón hay, porque tuvo que pasar por la constante de aquella época: el continuo cambio de técnicos y de proyectos. Osvaldo Zubeldía entrenó al equipo durante cuatro meses, después asumió Juan Carlos Lorenzo y cambió todo. Para completar la imagen de desorden y la falta de seriedad en la preparación, basta una anécdota: antes del debut con España, hicimos el último partido de práctica contra los obreros que trabajaban en el hotel donde concentrábamos. Fue en Krems, un pueblito de Austria. Casi nos ganan. Con Albrecht tuvimos que 'encargarnos' de algunos de ellos, que nos pasaban como a postes. Teníamos dos opciones: deprimirnos y volvernos (casi lo hacemos) o transformar la adversidad, para encontrar nuestra identidad y matarnos por la camiseta.
Este equipo épico apareció a través del coraje en el partido debut con España. Ganamos y fue el triunfo más emocionante de mi carrera. A partir de ahí, nada era imposible. Empatamos con Alemania, y empezamos a soñar con la gloria. Después llegó la estafa. Poco importa la expulsión de Rattín y si sentó o no en la alfombra de la reina: lo que importa es que en la memoria futbolística quedó registrado el valor del fútbol argentino. Cuando nos organizamos, el talento se transformó en títulos. El del 66 fue el primer gran equipo, y se metió para siempre en el afecto de la gente. Bien merecido, entonces, tiene el título de campeones morales. Yo estoy orgulloso de ello."


PARA LA HISTORIA ARGENTINA – ROBERTO PERFUMO
"El equipo quedó para siempre en la memoria de la gente" Por Roberto Perfumo
ABC de los Mundiales -Olé- (2002)
"Llegamos con las peores perspectivas y sin ningún tipo de preparación. Además, en la gira previa que realizamos por Europa, donde solo ganamos un partido, vivimos miles de conflictos.
Por suerte, y gracias a la experiencia de caudillos como Rattín, Albrecht y Artime, el equipo se fue encarrilando y mejoró su funcionamiento. Además, el Toto Lorenzo, quien me hizo crecer mucho como jugador, se tranquilizó bastante en el Mundial.
La victoria en el debut nos levantó la moral. Luego le sacamos un empate a Alemania, que era la sensación del momento, y confirmamos nuestras chances de llegar arriba. Pero, tras el triunfo sobre Suiza en el cierre de la primera fase, comenzamos a sentir la falta de preparación física y terminamos cansados.
En el duelo con Inglaterra, jugamos un gran primer tiempo, logramos quitarle el ritmo y dormimos la pelota. Nos terminaron ganando muy bien porque tuvieron mayor ambición por el triunfo y nosotros solo llegamos una vez al arco de ellos. Igual, el equipo quedó para siempre en el recuerdo de la gente. Resultó una experiencia inolvidable dentro de mi carrera."
*Roberto Perfumo jugó para Argentina los Mundiales de Inglaterra 1966 y Alemania Federal 1974.
ALMUERZO EN LA CONCENTRACIÓN DE ALEMANIA

EL JUGADOR DE CAMPITO, HABIL Y VIVAZ : "MANÉ" GARRINCHA
CON EL SERIO E INTRANSIGENTE AGENTE INGLES

SISTEMA DE JUEGO DE LA SORPRESA DEL MUNDIAL : PORTUGAL



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