HISTORIA
DE LOS MUNDIALES DE FÚTBOL
MUNDIAL
1966 –
WORLD
CUP 1966 –
PARTE
4
COPA
DO MUNDO 1966
PARTIDO INAUGURAL: INGLATERRA X URUGUAY
PISA EL CESPED DE WEMBLEY LA REINA DE INGLATERRA
LA
ELECCIÓN DE INGLATERRA COMO SEDE
A
Inglaterra foi escolhida como anfitriã pela FIFA em
agosto de 1960 para celebrar o centenário da The
Football Association,
a mais antiga associação de futebol do mundo, que ocorreu em 1963.
INGLATERRA
LA ELEGIDA
La
elección de Inglaterra como sede para el Mundial se decidió en el
congreso de la F.I.F.A. de 1966, realizado en Roma, Italia, pero la
elección de la sede no había sido por casualidad, ya que el
entonces presidente de la Federación Internacional del Fútbol
Asociado era el inglés Stanley Rous, ex árbitro de fútbol y quién
movió todos los contactos habidos y por haber para lograr que ese
Torneo se dispute en su tierra natal.
LA REINA JUNTO ALF RAMSEY CENANDO
SEDES
- CIUDADES – ESTADIO – CAPACIDAD
Cidade
Estádio Capacidade Construção
TEMA
MUSICA DEL MUNDIAL
En Inglaterra
66, se utilizó una balada folk de Lonnie Donegan, conocido como el
"Rey del Skiffle". Se llamó "Cuando en este
mundo nos vamos" y además apareció la mascota por primera
vez
DE
“FÚTBOL A SOL Y SOMBRA” DE EDUARDO GALEANO
“En
Londres, Harold Wilson mascaba su pipa y celebraba la victoria en las
elecciones, las muchachas andaban en minifalda, Carnaby Street
dictaba la moda y todo el mundo tarareaba las canciones de los
Beatles, mientras se inauguraba el octavo Campeonato Mundial de
Fútbol.
Éste fue el último Mundial de Garrincha, y también fue la despedida del arquero mexicano Antonio Carbajal, el único jugador que había estado cinco veces en el torneo.
Éste fue el último Mundial de Garrincha, y también fue la despedida del arquero mexicano Antonio Carbajal, el único jugador que había estado cinco veces en el torneo.
Participaron
dieciséis equipos: diez europeos, cinco americanos y, cosa rara,
Corea del Norte. Asombrosamente, la selección coreana eliminó a
Italia con gol de Pak, un dentista de la ciudad de Pyongyang que
practicaba el fútbol en sus ratos libres. En la selección italiana
jugaban nada menos que Gianni Rivera y Sandro Mazzola. Pier Paolo
Pasolini decía que ellos jugaban al fútbol en buena prosa
interrumpida por versos fulgurantes, pero el dentista los dejó
mudos.
Por
primera vez se transmitió todo el campeonato en directo, vía
satélite, y el mundo entero pudo ver, todavía en blanco y negro,
el show de los jueces. En el mundial anterior, los jueces
europeos habían arbitrado 26 partidos; en éste, dirigieron 24 de
los 32 partidos disputados. Un juez alemán obsequió a Inglaterra el
partido contra Argentina, mientras un juez inglés regalaba a
Alemania el partido contra Uruguay. Brasil no tuvo mejor suerte:
Pelé fue impunemente cazado a patadas por Bulgaria y Portugal, que
lo desalojaron del campeonato.
La reina Isabel asistió a la final. No gritó ningún gol, pero aplaudió discretamente. El Mundial se definió entre la Inglaterra de Bobby Charlton, hombre de temible empuje y puntería, y la Alemania de Beckenbauer, que recién empezaba su carrera y ya jugaba de galera, guantes y bastón. Alguien había robado la copa Rimet, pero un perro llamado Pickles la encontró tirada en un jardín de Londres. Así, el trofeo pudo llegar a tiempo a manos del vencedor. Inglaterra se impuso 4 a 2. Portugal entró tercero. En cuarto lugar, la Unión Soviética. La reina Isabel otorgó título de nobleza a Alf Ramsey, el director técnico de la selección triunfante, y el perro Pickles se convirtió en héroe nacional.
El Mundial del 66 fue usurpado por las tácticas defensivas. Todos los equipos practicaban el cerrojo y dejaban un jugador escoba barriendo la línea final detrás de los zagueros. Sin embargo, Eusebio, el artillero africano de Portugal, pudo atravesar nueve veces esas impenetrables murallas en las retaguardias rivales. Tras él, en la lista de goleadores, figuró el alemán Haller, con seis tantos.”
La reina Isabel asistió a la final. No gritó ningún gol, pero aplaudió discretamente. El Mundial se definió entre la Inglaterra de Bobby Charlton, hombre de temible empuje y puntería, y la Alemania de Beckenbauer, que recién empezaba su carrera y ya jugaba de galera, guantes y bastón. Alguien había robado la copa Rimet, pero un perro llamado Pickles la encontró tirada en un jardín de Londres. Así, el trofeo pudo llegar a tiempo a manos del vencedor. Inglaterra se impuso 4 a 2. Portugal entró tercero. En cuarto lugar, la Unión Soviética. La reina Isabel otorgó título de nobleza a Alf Ramsey, el director técnico de la selección triunfante, y el perro Pickles se convirtió en héroe nacional.
El Mundial del 66 fue usurpado por las tácticas defensivas. Todos los equipos practicaban el cerrojo y dejaban un jugador escoba barriendo la línea final detrás de los zagueros. Sin embargo, Eusebio, el artillero africano de Portugal, pudo atravesar nueve veces esas impenetrables murallas en las retaguardias rivales. Tras él, en la lista de goleadores, figuró el alemán Haller, con seis tantos.”
URUGUAY
: LA GIRA PREVIA Y LAS ELIMINACIONES
Nacional
aportó nueve de sus jugadores a la selección uruguaya que embarcó,
rumbo al viejo mundo, para realizar una gira premundialista con un
plantel de 26 futbolistas. Fueron ellos el golero Roberto Sosa, los
zagueros Jorge Manicera y Emilio Álvarez, el lateral Juan Martín
Mujica, los volantes Milton Viera, Víctor Espárrago y Luis Ramos, y
los delanteros José Urruzmendi y Domingo Pérez.
Peñarol,
cuyo equipo se consagró Campeón de la Copa Libertadores de América
en mayo de 1966, sumó diez jugadores –entre ellos sus dos golero,
Ladislao Mazurkiewicz y Walter Taibo–, además de los defensas
Pablo Forlán, Néstor Goncalvez, Omar Caetano y Nelson Díaz, y los
volantes y atacantes Julio César Cortés, Pedro Rocha, Julio César
Abbadie y Héctor Silva.
Los
restantes jugadores que salieron de Montevideo fueron: Horacio Troche
(Cerro), José Sasía (Defensor), Luis Ubiña y Eliseo Álvarez
(Rampla Jrs.), Carlos Martínez (Fénix) y Héctor Salva y Vladas
Douksas (Danubio).
La
excursión comenzó con un triunfo ante Israel en Tel Aviv, viajando
luego a Europa donde realizó otros cuatro partidos. Después de
jugar ante el Barcelona, donde Uruguay jugó con un equipo distinto
en cada tiempo, el entrenador Ondino Viera definió el plantel de 22
jugadores a inscribir en la Copa del Mundo, eliminando a los cuatro
restantes. Fueron ellos, Julio César Abbadie de Peñarol, Carlos
Martínez zaguero de Fénix, Vladas Douksas de Danubio y Juan Martín
Mujica de Nacional.
Jorge
Manicera se refirió a este episodio en “Estrellas Deportivas”
No. 106, del 26 de setiembre de 1979, publicada por “El Diario”,
atribuyendo al mismo un efecto nocivo para los futbolistas que
quedaron integrando el plantel. Señaló que “El panorama ya
arrancó complicado desde la gira previa, cuando se envió de vuelta
a cuatro compañeros por aquella famosa reducción del plantel. Creo
que se debió haber elegido antes de salir, y no hacer regresar a
cuatro muchachos integrados al núcleo y que tenían la lógica
esperanza de estar en Londres. Los restantes integrantes del plantel
ofrecimos solventar los gastos para que continuaran con nosotros,
pero los dirigentes se opusieron argumentando problemas de
organización”.
URUGUAYOS
DISCUTIENDO POR ZAPATOS
LAS
DISCUSIONES POR LOS ZAPATOS: PUMA O ADIDAS
Al
llegar a Londres surgió un problema imprevisto, en el que nadie
había pensado por desconocimiento del tema vinculado con las prendas
deportivas y el avance que comenzaba a generarse en el mundo de los
“reclames”, como se conocía entonces a lo que después
marketing, publicidad, merchandasing, etc.
Dos
hermanos alemanes, de apellido Dassler, siendo jovencitos comenzaron
a fabricar zapatos de fútbol. En 1948 se pelearon “por cuestiones
del momento” –como decían antiguamente las crónicas
policiales–, y se separaron. Adi Dassler, que así se llamaba uno
de ellos, fundó en ese momento Adidas, integrando letras de su
nombre y apellido. El otro, dos años mayor, Rudolf Dassler, en ese
momento creó su propia firma a la que llamó Ruda, copiando a su
hermano menor. A los pocos años modificó el nombre por el de Puma.
El
mundo comenzó a avanzar –sin la velocidad explosivo de los tiempos
actuales–, y la publicidad pasó a convertirse, poco a poco, en la
vedette de cualquier producto. Entonces, para una marca de zapatos de
fútbol, ¿qué mejor que utilizar los pies de los jugadores para
promocionarlos? El avance de la televisión hizo el resto.
La
Copa del Mundo de 1966 fue la primera televisada con la seriedad de
entonces, a color y con una posterior película que tuvo difusión
mundial. En ese escenario, a medida que las delegaciones iban
arribando a Londres para disputar la Copa del Mundo, cada hermano por
su lado, con sus agentes de venta y traductores, caían sobre los
jugadores para contratarlos. ¿Se imaginan lo que fue aquello para
los uruguayos? Nuestros futbolistas utilizaban zapatos de fabricación
nacional. Los hacían zapateros sin mucha instrucción sobre el tema
y con los elementos que tenía a mano. Al llegar a Londres, no sólo
les ofrecían plata para lucir los zapatos en los partidos, sino que
también le suministraban varios pares de calzados a cada uno. Y
tratándose de uruguayos, ante un ofrecimiento de este tipo, se
generaron las inevitables discusiones y polémicas. Al final, en
lugar de buscar una negociación colectiva –como ocurrirá después,
en los tiempos que la selección era liderada por Rodolfo Rodríguez,
y luego por Enzo Francescoli–, cada jugador de Uruguay, en 1966,
arregló por su lado. Conclusión: al salir al campo de juego algunos
jugaban como Puma (por ejemplo Rocha y Héctor Silva) y otros con
Adidas (Nestor Goncalvez y Mazurkiewicz). Es decir que, ni siquiera
entre compañeros de un mismo equipo –en este caso de Peñarol–,
hubo acuerdo.
Jorge
Manicera –creo que calzó zapatos Adidas–, se refirió a este
tema, en la nota citada, como otro de los factores que alteró la
convivencia: “Después, apenas llegados a Londres la discusión
sobre si jugábamos con Puma o Adidas, todo lo que fue generando un
clima totalmente inconveniente para la tranquilidad necesaria de un
plantel que afronta un compromiso de ese tipo”.
LOS CELESTES AL RITMO DE LA GAITA
DESFILE
INAUGURAL Y PRIMER PARTIDO DEL MUNDIAL 66
El
espectáculo estuvo en la ceremonia inaugural, y no en el match de
apertura del VIII Campeonato Mundial.
La
presencia de la Reina Isabel II en el Palco de Honor de Wembley; el
programa musical animado por las Bandas Conjuntas de las Guardias de
Granaderos ingleses, irlandeses, escoceses y galeses; el izamiento de
los pabellones de los dieciséis países participantes; los himnos de
los actores en ese sereno crepúsculo londinense del 11 de julio de
1966, excedieron en mucho el interés sobreviviente de una contienda
entre un equipo local que no supo ganar, y un contenido visitantes
que en ningun momento lo intento.
Fueron
varias las ataduras que se impusieron a si mismos los celestes,
preocupados por la fama de ciertas figuras del antagonista. La
custodia indeclinable de Bobby Charlton para impedir sus profundos y
acertados envíos a las puntas; la vigilancia estricta de Ubiñas y
Caetano sobre Connelly y Ball, respectivamente; el seguimiento
implacable de Manicera de cada movimiento de Jimmy Greaves, fueron
bajando las revoluciones iniciales de los dueños de casa.
EL
SIMPÁTICO ALF
La
delegación uruguaya al Mundial 66 estaba presidida por un
distinguido militar compatriota, Don Conrado Saénz. Al término de
la jornada inaugural protagonizada por el dueño de casa y los
celestes, Saénz se dirigió al vestuario del team ingles para
presentar al Director Tecnico Alf Ramsey los cordiales saludos de la
embajada oriental. Ramsey no solo se negó a recibirlo, sino que
pronunció una serie de improperios dedicados a “esos
sudamericanos” a quienes calificó de Animals. Monada de tipo.
LA
PRENSA INGLESA Y LA ACTUACIÓN URUGUAYA .
Luego
del empate entre Uruguay e Inglaterra el “Daily Telegraph”
escribió que “Inglaerra fue derrotada por una defensa compacta,
pero si yo tuviera que ver a Uruguay todas las semanas, seguramente
me buscaría otro trabajo más interesante. Esto no significa dejar
de reconocer que Uruguay adoptó la táctica correcta acusando
magnífica eficiencia”..
Tras
caer con Alemania el “Sunday Telegraph” publico : “los
uruguayos fueron fantásticamente desafortunados en los primeros site
minutos, pero después perdieron la cabeza “. El “Sunday Times”
sostuvo que “los wagnerianas actitudes de los alemanes provocaron
el fiero temperamento de los infantiles y petulantes sudamericanos,
capaces de estallar ante la sola caída de un sombrero”.
LA
BOTIJEADA DE MAZURCA – ESTABA PINTADO EL KING
El
día que Mazurca "botijeó" a la reina y a su marido
Mirá
en esta entrevista realizada al fallecido golero uruguayo sus
comienzos, el recuerdo de sus logros, el camino realizado tras los
pasos de Yashin y su anécdota con la reina Isabel
Mirá
en esta entrevista realizada a Ladislao Mazurkiewicz por Gol TV, sus
comienzos, el recuerdo de sus logros, el camino realizado tras los
pasos de Yashin y su increíble anécdota con la reina Isabel II.
Además,
cuentan los allegados a Marzurca, como le decían a Mazurkiewicz, que
ese día se arrimó a darle la mano al marido de la reida y le
espetó: "Vos sí que estás pintado".
En
aquel campeonato de 1966 mostró su personalidad y una anécdota que
contó en su cuenta de Twitter Fernando Álvez, uno de sus
discípulos, lo deja en claro.
“Les voy a contar una anécdota increíble de Ladislado antes del Mundial de 1966. Ambos equipos debían subir al palco a saludar a la reina, que aún vive. Primero los ingleses y seguido Uruguay. Era reverencia a la reina frente a ella y la mano al marido que estaba a su lado como siempre. Tengan en cuenta que 10 minutos después iba a empezar el partido, cuando Chiquito queda frente a la reina, le hace la reverencia y da un paso, le extiende la mano al marido de la reina Isabel y, cuando este le da la mano, Chiquito le dice: “Vos sí que estás pintado” y siguió su camino. Sus compañeros no podían creer. Dicen que eso sirvió para que alguno de ellos aflojara la tensión que el partido provocaba”.
“Les voy a contar una anécdota increíble de Ladislado antes del Mundial de 1966. Ambos equipos debían subir al palco a saludar a la reina, que aún vive. Primero los ingleses y seguido Uruguay. Era reverencia a la reina frente a ella y la mano al marido que estaba a su lado como siempre. Tengan en cuenta que 10 minutos después iba a empezar el partido, cuando Chiquito queda frente a la reina, le hace la reverencia y da un paso, le extiende la mano al marido de la reina Isabel y, cuando este le da la mano, Chiquito le dice: “Vos sí que estás pintado” y siguió su camino. Sus compañeros no podían creer. Dicen que eso sirvió para que alguno de ellos aflojara la tensión que el partido provocaba”.
LOS
ERRORES DE ONDINO AL INTEGRAR EL EQUIPO
Analizada
con el paso del tiempo se registraron episodios y hubo decisiones del
entrenador Ondino Viera que no parecen adecuadas.
Peñarol
se había coronado en mayo, nada menos que Campeón de la Copa
Libertadores. Debido a que en sus planteles había varios elementos
extranjeros que no podían actuar en la selección (el paraguayo
Lezcano, el ecuatoriano Spencer y el peruano Joya), lo que parecía
aconsejable era tomar la base de los aurinegros y buscar los
jugadores para sustituir a quienes estaban impedidos de vestir la
celeste quienes, en realidad, eran dos. La solución parecía
“cantada”: Troche o Manicera como back derecho en lugar de
Lezcano y el veloz Domingo Pérez por Juan Joya en la punta
izquierda. O sea que, como ocurrió en 1950, todo indicaba que Ondino
trabajara con este equipo: Mazurkievicz; Forlán, Manicera o Troche,
Nelson Díaz y Caetano; Cortés, Goncalvez y Rocha; Abbadie, Silva y
Domingo Pérez. Le quedaban al entrenador –en este caso supuesto–,
variantes o alternativas importantes para manera: Luis Ubiña de
Rampla Jrs. por Forlán; Milton Viera –que era el sobrino del
técnico–, por Cortés; “Pepito” Urruzmendi por Abbadie si el
“Pardo” necesitaba algún descanso y Sasía por Silva en el
ataque.
En
la gira, en lugar de definir un equipo sobre la base anunciada,
Ondino se dedicó a hacer pruebas. ¡Tantas que en ningún partido
repitió la misma integración! Y llegó al colmo que, ante Barcelona
colocó once jugadores en el primer tiempo, con la base de Nacional,
y cambió a los once para el segundo, con la base de Peñarol.
Jugaron en tiempo sin posibilidad de hacer cambios durante el
partido: Mazurkiewicz, Ubiña, Troche, Manicera y Caetano; Cortés,
Viera, Goncalvez y Rocha; Héctor Silva y Domingo Pérez.
ONDINO
EXPLICÓ LA TACTICA CON SALEROS Y PIMIENTEROS
Así
se llegó al 11 de julio de 1966. Por razones del sorteo o no, el
partido inaugural lo disputaban en el mítico estadio de Wembley, el
dueño de casa, Inglaterra, ante Uruguay. Por primera vez en la
historia de los mundiales el partido llegaba en directo a varios
países que tenían adelantos tecnológicos para recibirlo de esa
forma y, en algunos casos, a color. En Uruguay las incidencias se
observaron en blanco y negro dos días después. Me veo adolescente,
desarrollando mi acelerada etapa de autodidacta del periodismo
deportivo, escuchando la narración de Carlos Solé por las ondas de
CX 8 Radio Sarandí.
Ondino
Viera lanzó a la cancha once jugadores que nunca habían
actuado juntos. Es decir, estrenó un equipo. Eso sí, el día
previo reunió a todo el plantel y a sus ayudantes (Juan López, el
Prof. Omar Borrás y los kinesiólogos Dante Cocito y Carlos Abbate)
alrededor de una mesa. En esa instancia, utilizando saleros y
pimienteros “paró” en esa cancha a los dos equipos y les explicó
a los jugadores titulares lo que tenían que hacer.
De
este episodio existe una anécdota imperdible. En un momento, Juan
López encargado de mover a los “jugadores” de plástico, con la
mano volteó un salero. El kinesiólogo Cocito que estaba al lado de
Goncalvez, le dijo al oído: “¿Qué hago Tito? ¿Entro a
asistirlo o no?”
En
el césped de Wembley el partido salió tal y como Ondino Viera lo
había anticipado. Empataron 0:0. Los diarios resaltaron a todo
titular la “hazaña”: “Wembley, un imperio
celeste”, tituló en la portada “BP Color”. Y en la
contratapa, con una radiofoto donde la Reina Isabel saluda al capitán
Horacio Toche, el título apuntó a Colombes 1924: “Ráfaga
celeste en Wembley”. Los hinchas salieron a festejar en
manifestación por la Avda. 18 de julio (esto para los que dicen que
antes no se festejaban empates) y los diarios mostraban la fotografía
del Presidente de la República, Alberto Heber, escuchando la radio
en su despacho. ¡De otro tiempo!
Jorge
Manicera destacó en la nota aludida la labor de Ondino Viera, sus
conocimientos y aquel inusual ensayo con saleros y pimienteros.
“A pesar de todo en el debut anduvimos muy bien, pues salió
todo lo que don Ondino había planificado. Era un fenómeno para
saber qué podía pasar en cada partido y prever los movimientos de
cada uno de nosotros en función de lo que fuera a hacer el rival,
que por otra parte también conocía de antemano”.
EL MATE COMPAÑERO INFALTABLE DE LOS JUGADORES URUGUAYOS
URUGUAY
PERJUDICADO POR CRUCE DE JUECES
En
el segundo partido, ante Francia en la ciudad de White City, los
galos se pusieron en ventaja por ejecución de un penal cometido por
Manicera. Estaba sentido y en duda. Jugó con esa merma física y así
nació la incidencia. Luego Uruguay lo dio vuelta y ganó 2:1. Héctor
Silva, lesionado, dejó su lugar a José Sasía. En el cierre del
grupo, en un partido desesperante por el dominio que ejerció México,
los celeste mantuvieron el 0:0 y clasificaron con cuatro puntos para
los octavos de final.
Los
resultados determinaron los enfrentamientos entre
Inglaterra-Argentina y Uruguay-Alemania Occidental. Ondino sacó del
equipo a su sobrino, Milton Viera y colocó a Héctor Salvá,
retornando Silva en lugar de Sasía. La FIFA había establecido
previamente, que a partir de esta instancia actuarían jueces que no
pertenecieran a las naciones que ingresaban a la misma. Cual si fuera
un pirata moderno, el inglés Stanley Rous, presidente de la FIFA,
manipuló los jueces, dejó de lado lo resuelto y “cruzó” los
árbitros. Un inglés conduciría Uruguay-Alemania Occidental y un
alemán actuaría en Inglaterra-Argentina. Y pasó lo que tuvo que
pasar y previó Rous. Los dos árbitros, escandalosamente,
favorecieron a los europeos. El más penoso arbitraje fue el que le
tocó en suerte a Uruguay.
Jorge
Manicera no olvidaba lo ocurrido y así lo reveló en la nota ya
citada: “En el cuarto partido contra Alemania la cosa empezó
mal porque los dirigentes, tanto los uruguayos como los argentinos,
se dejaron cruzar los jueces. Es decir, juez inglés para nosotros y
alemán para el partido Argentina-Inglaterra. Después la pelota que
luego de pegar en el palo entró y no se dio el gol y aquella mano
evidente de Schnellinger, tampoco sncionada con penal. Hasta llegar a
la mala suerte del primer gol donde la pelota pegó en Troche y
descolocó a Mazurkiewicz. En fin… Todo se dio en contra desde el
principio”.
LA
DESPROLIJIDAD ARGENTINA
La
desprolijidad y desorganización, otra vez iban a hacer
estragos. Basta con realizar un repaso en los cambios de
entrenador: Juan Carlos Lorenzo se había alejado tras el
Mundial de 1962, antes de que desfilaran una suerte
de interinos como Néstor Rossi, Jim López, Horacio
Torres, José D'Amico, José María Minella (el que clasificó
al equipo en las Eliminatorias frente a Paraguay y Bolivia) y
Osvaldo Zubeldía, quien abandonó su cargo a un mes de la Copa
porque la AFA no aceptaba a Antonio Faldutti, su mano derecha, como
parte del cuerpo técnico.
Así es que casi de apuro y a las corridas, el "Toto" fue la cabeza de los argentinos en otro periplo internacional. Esta vez, la metodología de juego fue bastante diferente, ya que decidió mantener en cancha a casi todos los mismos jugadores. Las crónicas de la época reflejan que su estilo por demás conservador, privó a la Selección de llegar más lejos. El derrotismo y los complejos que se habían creado frente a los cuadros europeos, atentaron contra la suerte deportiva argentina.
Así es que casi de apuro y a las corridas, el "Toto" fue la cabeza de los argentinos en otro periplo internacional. Esta vez, la metodología de juego fue bastante diferente, ya que decidió mantener en cancha a casi todos los mismos jugadores. Las crónicas de la época reflejan que su estilo por demás conservador, privó a la Selección de llegar más lejos. El derrotismo y los complejos que se habían creado frente a los cuadros europeos, atentaron contra la suerte deportiva argentina.
Cuando
la Selección partió hacia Inglaterra, faltarban semanas para que se
originara la llamada "Noche de los Bastones Largos",
orquestada por el teniente general Juan Carlos Onganía, a cargo del
país tras el derrocamiento de Arturo Illia. En la noche del nefasto
29 de julio de 1966, la Policía Federal desalojaba a estudiantes y
profesores de la UBA, quebrando para siempre la excelencia educativa
argentina, que desde la reforma universitaria de 1918, era líder en
el mundo. Sí, líder en el mundo, como lo leyó. Un día más tarde,
se jugaría la final de otra Copa del Mundo, y nuevamente Argentina
la seguiría por televisión o radio.
La
desprolijidad y desorganización, otra vez iban a hacer
estragos. Basta con realizar un repaso en los cambios de
entrenador: Juan Carlos Lorenzo se había alejado tras el
Mundial de 1962, antes de que desfilaran una suerte
de interinos como Néstor Rossi, Jim López, Horacio
Torres, José D'Amico, José María Minella (el que clasificó
al equipo en las Eliminatorias frente a Paraguay y Bolivia) y
Osvaldo Zubeldía, quien abandonó su cargo a un mes de la Copa
porque la AFA no aceptaba a Antonio Faldutti, su mano derecha, como
parte del cuerpo técnico.
Así es que casi de apuro y a las corridas, el "Toto" fue la cabeza de los argentinos en otro periplo internacional. Esta vez, la metodología de juego fue bastante diferente, ya que decidió mantener en cancha a casi todos los mismos jugadores. Las crónicas de la época reflejan que su estilo por demás conservador, privó a la Selección de llegar más lejos. El derrotismo y los complejos que se habían creado frente a los cuadros europeos, atentaron contra la suerte deportiva argentina.
Así es que casi de apuro y a las corridas, el "Toto" fue la cabeza de los argentinos en otro periplo internacional. Esta vez, la metodología de juego fue bastante diferente, ya que decidió mantener en cancha a casi todos los mismos jugadores. Las crónicas de la época reflejan que su estilo por demás conservador, privó a la Selección de llegar más lejos. El derrotismo y los complejos que se habían creado frente a los cuadros europeos, atentaron contra la suerte deportiva argentina.
Por
el debut del Grupo B, en el estadio Villa Park, Luis
Artime se adueñó de los flashesfrente a España, con
un doblete que señaló el 2-1 de Argentina. Pero
un día antes, Alemania–siguiente rival- había mostrado todo
su repertorio contra la débil Suiza. En el mismo escenario, el
conjunto liderado por Franz Beckenbauer, quien se encargó de
anular al histórico jugador de River, Ermindo Onega -por
eso pasó desapercibido él también-, no pudo con la férrea
actuación defensiva de los 'criollos', que sufrieron la
expulsión de Rafael Albrecht por juego brusco, en uno de los
tantos actos de indisciplina que llevarían a cabo y provocarían el
apodo de "Animals" de parte de la prensa británica.
Una discreta actuación ante los suizos, que se maquillaría con los gritos de Artime y Onega, cumpliría con la meta de clasificarse, pero sin el rendimiento acorde con la jerarquía que tenía el plantel. La seguridad en el arco de Antonio Roma; la solidez de Roberto Perfumo junto aSilvio Marzolini, que demostraban estar para grandes cosas en la defensa junto a Roberto Ferreiro y Albrecth. En el medio Jorge Solari y Alberto González eran los laderos del capitán Antonio Rattín y arriba Onega, "Pinino" Mas y Artime invitaban a soñar..
Una discreta actuación ante los suizos, que se maquillaría con los gritos de Artime y Onega, cumpliría con la meta de clasificarse, pero sin el rendimiento acorde con la jerarquía que tenía el plantel. La seguridad en el arco de Antonio Roma; la solidez de Roberto Perfumo junto aSilvio Marzolini, que demostraban estar para grandes cosas en la defensa junto a Roberto Ferreiro y Albrecth. En el medio Jorge Solari y Alberto González eran los laderos del capitán Antonio Rattín y arriba Onega, "Pinino" Mas y Artime invitaban a soñar..
EL INCIDENTE RATTÍN : ARGENTINA VS INGLATERRA
"A
los 33 minutos del primer tiempo Kreitlein sanciona un foul
contra Perfumo en la cercanía del arco argentino. Perfumo protesta
la sanción, peroRattín, capitán del equipo, asume el papel
protagónico y exige la presencia de un intérprete. Kreitlein
le mira la cara a Rattin y decide que lo está insultando. Mientras
tanto, Moore ejecuta el tiro libre con un pase a Charlton cuyo tiro
pasa rozando el poste. Todo el equipo argentino está contemplando el
romántico diálogo entre su capitán y el árbitro. Rattín no
comprendía una palabra de alemán. Pero lo que repetía el árbitro
estaba claro. '¡Aus!', gritaba. ¡'Inglaterra debe ser campeón!',
quería decir... Kreitlein lo ha expulsado a Rattín. El jugador
argentino no lo quiere creer, a pesar de que los gestos son
suficientemente claros. Empujones, conversaciones con rostros agrios,
algunos en el equipo argentino que quiere retirarse de la cancha. En
manifestación de protesta, Rattín se sienta en la alfombra roja
sobre la que pisa la reina en las ceremonias cuando desciende del
palco oficial. Ocho minutos de interrupción, ante una tribuna
encendida, indignada. Finalmente, Rattín se va..."
En
los cuartos de final de Inglaterra '66, Argentina se enfrentó con el
equipo local. En el primer tiempo, el árbitro alemán Kreitlen echó
a Rattin inexplicablemente. Todo el equipo argentino protestó y, al
salir, Rattin mostró su bronca pisando la alfombra de la reina
Isabel, todo un símbolo del Imperio Británico. Argentina había
sido perjudicada y terminaría perdiendo.
El
arbitro del encuentro expulso al argentino Antonio Rattin de forma
injusta según este. El argentino a modo de protesta arranco y
destrozo un banderín de corner y se sentó en la alfombra real
británica a ver el resto del partido
LOS ARBITROS UN CASO APARTE EN EL MUNDIAL 66 - EN CASOS SALIERON ESCOLTADOS POR LAS FUERZAS POLICIALES
EL
SHOW DE SUPER RATTIN
El
Show de Rattín en Inglaterra 1966
Seguramente
si sois joven nunca hayas visto esto y te llame la atención escuchar
hablar de algo como lo que sucedió en el Mundial de Inglaterra
1966. El protagonista se llamaAntonio Ubaldo Rattín, histórico
jugador y capitán de la selección de Argentina de ese año, el cual
tuvo un mini show en el místico estadio de Wembley.
En
el mundial disputado
en 1966, Argentina llegó a clasificarse a cuartos de final,
venció a España, Suiza y empató con Alemania. Luego perdió 1 a 0
con Inglaterra y se quedó afuera de la competición. Desde ahí ya
se comenzaba a hablar de éste partido como un clásico
delfútbol mundial.
En
dicho partido, el cual era vital para los dos, ya que ambos aspiraban
a llegar a la final de la Copa del Mundo, el colegiado alemán Rudolf
Kreitlein, después de haber dado muchas ventajas a los ingleses,
decide expulsar del encuentro a Antonio Ubaldo Rattin debido
a sus insistentes y reiteradas protestas. El jugador argentino perdió
la cabeza con el árbitro, pues no aguantaba más que Kreitlein
siguiera otorgando ventajas a Inglaterra y perjudicando a Argentina.
En
1966 aún no existía el uso de tarjetas amarilla y roja, el método
de la expulsión funcionaba verbalmente y el jugador sancionado debía
retirarse del campo de juego. Rattín, en aquel entonces, pareció no
entender ni querer comprender la decisión del colegiado; éste se
quedó ocho minutos en la cancha escuchando y discutiendo con el
árbitro.
Seguramente
ninguno lograba comunicarse, ya que uno hablaba español y el otro
trataba de hacer entender su alemán mezclado con palabras en inglés.
Como solución a este inconveniente, Ubaldo, muy inteligente él,
decidió llamar a un traductor que estaba a un costado del campo de
juego. El árbitro del partido no quería saber de nada sobre lo que
sucedía afuera y quería que el argentino se retirase de una vez por
todas. Rattín logro ingresar a la fuerza al traductor y lo llevó
hasta donde estaba Kreitlein, allí el alemán se hizo entender y el
capitán de la selección argentina comprendió cual había sido la
decisión del mismo. Si bien volvió a increpar al árbitro (ahora
con traducción), se retiró del campo de juego, pero no todo
terminó allí.
Antonio
Ubaldo Rattín se fue del terreno totalmente molesto por la
situación, se dirigió hasta el palco real inglés y se sentó en la
alfombra roja en donde se ubicaba la reina, quien por suerte no
acudió a presenciar dicho encuentro. Algunos aficionados morían de
risa y otros se notaban enfurecidos por lo atrevido que estaba siendo
el capitán de Argentina.
Luego
de este show, el argentino no paró, se fue caminando por el costado
de la cancha pisando la línea del terreno de juego hasta los
vestuarios. En ese trayecto le tiraron desde chocolates hasta
turrones. Enfurecido por la situación y por todo lo que le
arrojaban, llegó al banderín del córner, el cual tenía la bandera
inglesa, lo retorció y los insultó a todos los que estaban allí
presentes. Los aficionados ingleses desataron su enojo arrojándole
más cosas aún y lo insultaron con rabia, lo despidieron gritándole
“¡Animals!”, entre otras palabras irreproducibles para esta web.
El
capitán de la selección argentina en ese entonces se convirtió,
según la prensa inglesa en aquel tiempo, en “el jugador más
famoso de la Copa del Mundo”. Nosotros en el 2010 le
llamamos “El show de Rattín en 1966
KEN
ASTON “ARBITRAR ES PENSAR”Ken
Aston, el mejor árbitro
"Kenneth
George 'Ken' Aston nació en Colchester, Inglaterra, el 1 de
septiembre de 1915 y falleció el 21 de octubre del 2001, a los 86
años de edad. Fue profesor, soldado y árbitro de futbol. En 1997 se
le otorgó la Orden del Imperio Británico. Además fue el autor de
la frase célebre de “Arbitrar es Pensar”.
Ken
Aston se retiró del arbitraje pitando la Copa Inglesa en 1963, sin
embargo, su relación con el arbitraje no terminaría ahí, porque la
Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA) lo nombró
integrante de la Comisión de Arbitros en 1966, que presidió de 1970
a 1972.
Aunque
fue este inglés el inventor de la tarjeta roja y amarilla, no se
usaron en Inglaterra, entraron en función por primera vez en el
Mundial de México 70. Tras ver los problemas suscitados en el
partido de la Copa Mundial de 1966 entre las selecciones de
Inglaterra y Argentina, en un grave problema de comunicación entre
el árbitro y los jugadores de ese partido de cuarto de final, surgió
el uso de las tarjetas. En ese encuentro, el capitán argentino
Antonio Rattin se negó a salir del terreno de juego luego de haber
sido expulsado, alegando que no sabía que lo habían hecho, ya que
en ese entonces las amonestaciones y las expulsiones las hacían de
manera verbal. En este caso, el jugador no entendía lo que le decía
el árbitro alemán Karl Kreitlein, y fue Aston el que propuso el uso
de las tarjetas, idea que le vino al ir circulando en su automóvil
en una de las avenidas de Inglaterra, cuando el semáforo se puso en
amarrillo y luego rojo, entonces dijo “amarillo es preventivo”,
una amonestación, y rojo es peligro, expulsión.
EL ARBITRO KEN ASTON
SIR
ALF RAMSEY HABLA DE LA PARTICIPACIÓN ARGENTINA
"Por
su gran capacidad defensiva, Argentina era un cuadro muy difícil
de batir"
Por
Sir Alf Ramsey
Ex-jugador
de la selección inglesa y director técnico de la misma desde 1963 a
1974
(Fragmentos
de un reportaje de Juvenal -Julio César Pasquato- para El Gráfico y
el Mundial número 8, 1977)
"En
1964 Inglaterra participó en la Copa de las Naciones en Brasil,
juntamente con los dueños de casa, Portugal y Argentina. Fue el
torneo que ganó Argentina sin conceder un solo gol en contra y en el
que nosotros no conseguimos un solo triunfo, recibiendo cinco goles
en un solo encuentro, ante Brasil.
Esa
Copa, negativa en resultados, tuvo influencias positivas para el
futuro del equipo nacional. Ahí comprobé cúales eran nuestros
defectos, tanto individuales como colectivos, saqué conclusiones muy
útiles y para los jugadores que iban a quedar en el plantel esos
resultados los ayudaron a templar el carácter. Para mí, lo más
importante que tiene un equipo es justamente eso: el carácter de
quienes lo integran.
No
es cierto,como se ha dicho algunas veces, que basé mi nuevo estilo
en las tácticas utilizadas por los argentinos durante la Copa de las
Naciones.Argentina llegaba a jugar con cinco hombres en el centro del
terreno, pero su objetivo era, fundamentalmente, no perder, en tanto
que el mío era ganar, única forma de hacer realidad mi profesía
sobre la conquista de la Copa de 1966 por Inglaterra.
Pero
coincidía con los argentinos en la necesidad de ganar la posesión
de la media cancha y crear espacios libres en las cercanías del área
penal adversaria, replegando hombres de ataque al medio juego, si así
fuera necesario.
Otra
de mis preocupaciones fue la forma de reconquistar la posesión de la
pelota una vez que la habíamos perdido. Esta era la faz defensiva
del juego, pero mi intención era convertir esa lucha en el primer
eslabón de nuestro fútbol ofensivo.
Los
defensores ingleses no estaban habituados a jugar con un hombre a
retaguardia del resto, cubriéndolos a todos, en el rol que nosotros
llamamos 'sweeper' y los italianos denominan 'batidore líbero'. En
cambio, necesitábamos un hombre libre delante de la última ´linea
defensiva, capaz de combatir y ganar la pelota, para pasar
inmediatamente al ataque.
La
elección recayó en un jugador muy discutido, no solo por la prensa
inglesa sino también por los ingleses, pero que probó ser uno de
los hombres fundamentales de la victoria: Nobby Stiles. Para mí fue
tan valioso que l encomendé misiones muy difíciles en partidos
decisivos para la chance de Inglaterra en la Copa del Mundo y siempre
las cumplió al pie de la letra. Tales, las de anular al peligroso
Eusebio en el encuentro semifinal contra Portugal y a Ermindo Onega,
verdadero creador de juego del equipo argentino.
Antes
y durante la Copa estuve repitiendo lo mismo: 'Inglaterra será
campeón del mundo'. Pero recién estuve seguro de que ese vaticinio
se iba a convertir en realidad después de vencer a la selección de
Argentina.
Fue,
sin duda, el rival más duro que tuvimos. Por su gran capacidad
defensiva era un cuadro muy difícil de batir. Y cuando conseguía la
posesión de la pelota en el medio juego, sabía conservarla,
enfriando el juego y desconcertando al adversario por la forma en que
sabía quitarle ritmo al partido. A pesar de jugar buena parte
del encuentro con solo diez jugadores, los argentinos nos crearon
complicaciones muy grandes y solo respiré cuando Geoffrey Hurst
consiguió cabecear hacia la red el centro de Martin Peters.
Ese
gol me quitó dos pesos de encima: doblegar a un rival que parecía
imbatible y justificar mi decisión de incluir a Hurst en vez de
Jimmy Greaves. Jimmy había salido del equipo por lesión, contra
Francia, y no incluirlo era dejar fuera del equipo al goleador máximo
del fútbol inglés. Pero, afortunadamente, Geoffrey Hurst me dio la
razón en ese encuentro y también en la final.
Después
del encuentro contra Argentina dije una de esas cosas que uno tarda
segundos en decir y luego se arrepiente de haberlas dicho durante
varios años. Fue cuando expresé que 'los argentinos estaban
actuando como animales', porque los veía discutir entre ellos,
pelear contra el árbitro y actuar con una sobreexcitación que no
puedo entender en un jugador una vez que el partido terminó. De
todos modos, estuve mal al decirlo y esa frase me persiguió durante
mucho tiempo. Afortunadamente, a mediados de este año tuve la
oportunidad de estrechar la mano de Antonio Ubaldo Rattín,
capitán de aquel equipo argentino y expresarle mi respeto y mi
admiración por él y sus campañeros. Estoy seguro de que Rattín ha
olvidado aquello que dije en caliente y que no traducía, en
realidad, la forma en que respetábamos a Argentina, a tal punto que
recién después de ese resultado nos sentimos realmente seguros de
ganar la Copa. Mis jugadores y yo no hubiéramos querido tener
enfrente a los argentinos en la final del torneo."
EL
ORGULLO DE UN EQUIPO CON CORAJE – ROBERTO PERFUMO
"El
orgullo de un equipo con coraje" Por Roberto Perfumo El
Libro de Oro del Mundial (1998)
"El
equipo del 66 alimentó la creencia de que fuimos campeones, pero
morales. Y algo de razón hay, porque tuvo que pasar por la constante
de aquella época: el continuo cambio de técnicos y de proyectos.
Osvaldo Zubeldía entrenó al equipo durante cuatro meses, después
asumió Juan Carlos Lorenzo y cambió todo. Para completar la imagen
de desorden y la falta de seriedad en la preparación, basta una
anécdota: antes del debut con España, hicimos el último partido de
práctica contra los obreros que trabajaban en el hotel donde
concentrábamos. Fue en Krems, un pueblito de Austria. Casi nos
ganan. Con Albrecht tuvimos que 'encargarnos' de algunos de ellos,
que nos pasaban como a postes. Teníamos dos opciones: deprimirnos y
volvernos (casi lo hacemos) o transformar la adversidad, para
encontrar nuestra identidad y matarnos por la camiseta.
Este
equipo épico apareció a través del coraje en el partido debut con
España. Ganamos y fue el triunfo más emocionante de mi carrera. A
partir de ahí, nada era imposible. Empatamos con Alemania, y
empezamos a soñar con la gloria. Después llegó la estafa. Poco
importa la expulsión de Rattín y si sentó o no en la alfombra de
la reina: lo que importa es que en la memoria futbolística
quedó registrado el valor del fútbol argentino. Cuando nos
organizamos, el talento se transformó en títulos. El del 66 fue el
primer gran equipo, y se metió para siempre en el afecto de la
gente. Bien merecido, entonces, tiene el título de campeones
morales. Yo estoy orgulloso de ello."
PARA
LA HISTORIA ARGENTINA – ROBERTO PERFUMO
"El
equipo quedó para siempre en la memoria de la gente"
Por Roberto Perfumo
ABC
de los Mundiales -Olé- (2002)
"Llegamos
con las peores perspectivas y sin ningún tipo de preparación.
Además, en la gira previa que realizamos por Europa, donde solo
ganamos un partido, vivimos miles de conflictos.
Por
suerte, y gracias a la experiencia de caudillos como Rattín,
Albrecht y Artime, el equipo se fue encarrilando y mejoró su
funcionamiento. Además, el Toto Lorenzo, quien me hizo crecer mucho
como jugador, se tranquilizó bastante en el Mundial.
La
victoria en el debut nos levantó la moral. Luego le sacamos un
empate a Alemania, que era la sensación del momento, y confirmamos
nuestras chances de llegar arriba. Pero, tras el triunfo sobre Suiza
en el cierre de la primera fase, comenzamos a sentir la falta de
preparación física y terminamos cansados.
En
el duelo con Inglaterra, jugamos un gran primer tiempo, logramos
quitarle el ritmo y dormimos la pelota. Nos terminaron ganando muy
bien porque tuvieron mayor ambición por el triunfo y nosotros solo
llegamos una vez al arco de ellos. Igual, el equipo quedó para
siempre en el recuerdo de la gente. Resultó una experiencia
inolvidable dentro de mi carrera."
*Roberto
Perfumo jugó para Argentina los Mundiales de Inglaterra 1966 y
Alemania Federal 1974.
ALMUERZO EN LA CONCENTRACIÓN DE ALEMANIA
EL JUGADOR DE CAMPITO, HABIL Y VIVAZ : "MANÉ" GARRINCHA
CON EL SERIO E INTRANSIGENTE AGENTE INGLES
SISTEMA DE JUEGO DE LA SORPRESA DEL MUNDIAL : PORTUGAL
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