HISTORIA DE LOS MUNDIALES DE FÚTBOL
MUNDIAL 1950 –
COPA DO MUNDO 1950- WORLD CUP 1950 * PARTE 3
LA DEFINICIÓN DE UN NUEVO MUNDIAL
El
Congreso de FIFA de Paris de junio de 1938 decidio posponer la elección del
país organizador debido a la tensión politica internacional, no tomando en
consideración las candidaturas presentadas formalmente por Alemania, Argentina
y Brasil para ser sede del Mundial 1942.
Recien
en 1946 en Luxemburgo se tomaría la decisión del que el Mundial del 50 sería en
suelo brasileño
LA PREPARACIÓN CELESTE
Tiempo
antes del Mundial se creo la Comisión de Seleccionado encabezada por el
dirigente de River Plate Américo Gil e integrada además por Francisco Del
Campo, Juan Jacobo, Julio César de Gregorio y Manuel Magariños, se realizó la
primera convocatoria de futbolistas que comenzaron a entrenar bajo las ordenes
del preparador fisico Romeo Vazquez . Unas cuantas vueltas a la cancha,
gimnasia y algún picado constituyeron durante varios días el trabajo con vistas
al Mundial.
El
primer partido del pre-seleccionado fue el 19 de marzo contra el modesto Sport
Clube de Pelotas. Aquella tarde ante 20 mil espectadores alinearon: Roque
Maspoli, William Martinez, Felipe Carrrizo, Domingo Rodríguez, Ubire Durán,
José Cajiga, Alcides Ghiggia, Oscar Chelle, Oscar Miguez, Juan Bargueño y
Ernesto Vidal (apenas 3 de ellos estarían en la final de Marácana), el club
brasileño ganó 2 a 1.
El
27 de abril el seleccionado viajo a Brasil para jugar un amistoso ante Paraguay
y la Copa “Barón de Río Branco”, contra los locales.
Pese
a la derrota inicial frente a los paraguayos, se obtuvo un resonante triunfo
sobre Brasil en el estadio Paulista de Pacaembú por 4 a 3.
Dos
apretadas victorias norteñas en los siguientes encuentros dejaron el trofeo en
Río de Janeiro.
El
viaje a Brasil se encaro aún sin director tecnico. La función fue ejercida
nuevamente por Vazquez, aunque con injerencia de Gil y los otros dirigentes que
estaban al frente de la delegación, uno de esos delegados sería el joven
directivo de Nacional Wilson Ferreira Aldunate (luego conocido politico de
nuestro país).
De
nuevo en Montevideo Uruguay empató dos veces ante el Fluminense de Río.
El
periodista Bernardo Garros comentó el 29
de mayo en “El País” los problemas que subsistían en el combinado : “Todos los
jugadores – con alguna exepción, están faltos en absoluto de training, gordos,
pesados-. La orientación tactica no cuenta para nada. Cada elemento pone de sí
cuanto se le ocurre hacer, según su buen saber y entender”. El doctor Pedro
Pedemonte, médico del plantel, confirmó esa situación: varios futbolistas
habían aumentado su peso durante la Copa Rio Branco.
El 2
de junio finalmente la Comisión de Seleccionado designó al técnico para el
Mundial, luego de manejarse también los nombres de Segundo Villadóniga y José
Nasazzi, la elección recayó en Juan López quien ya había ocupado el puesto en
el Sudamericano de 1947.
El
seleccionado aún hizo dos presentaciones en el interior del país el 11 de
junior en Florida y el 18 en Juan Lacaze; por fin el 23 de junio los celestes
viajaron a Brasil por vía aerea en dos tandas, una por la mañana y la otra al
anochecer.
EL BAILE DE LOS TECNICOS
A 22
días de comenzar el Mundial de 1950 Uruguay no tenía director tecnico. Juan
López fue la solución de apuro después que Nacional vetó a Emérico Hirsch (DT
de Peñarol) y Peñarol a Héctor “Manco” Castro y Enrique Fernandez (ambos de
filiación nacionalofila), Lopez, que termino siendo campeón mundial dirigia
entonces a Central.
UN MUNDIAL DEFICITARIO
El
delegado de la CBF Sotero Cosme consiguió alterar la formula de juego de la
fase final en busca de concentrar partidos en los campos de juego que
permitiesen mayores ingresos en concepto de taquillaje, en total se jugaron 23
partidos, pero la organización nunca facilito un desglose de cantidades
ingresadas, las pérdidas de la Copa del Mundo de Brasil se generaron en la
infraestructura generada para el Campeonato-
CEREMONIA INAUGURAL
Un
estadio magnifico albergó a 160.000 gargantas que comenzaron gritando Brasil !
desde varias horas antes de la partida inaugural del torneo, y continuaron
hasta laafonia más allá del silbato final, que sanciono el triunfal debut del
scratch frente a México.
El
Presidente de la nación General Eurico Gaspar Dutra presenció la faena de sus
compatriotas junto al jerarca máximo de la FIFA, M.Jules Rimet, una salva de 21
cañonazos atronó el espacio y como huyendo del estruendo 5000 palomas iniciaron
un vuelo que agregó colorido a la tarde aquel sabádo 24 de junio de 1950.
DE “FUTBOL A SOL Y SOMBRA” DE EDUARDO GALEANO
“…Siete
países americanos y seis naciones europeas, recién resurgidas de los escombros,
participaron en el torneo brasileño del 50. La FIFA prohibió que jugara
Alemania. Por primera vez, Inglaterra se hizo presente en el campeonato
mundial. Hasta entonces, los ingleses no habían creído que tales escaramuzas
fueran dignas de sus desvelos. El combinado inglés cayó derrotado ante los
Estados Unidos, créase o no, y el gol de la victoria norteamericana no fue obra
del general George Washington sino de un centrodelantero haitiano y negro
llamado Larry Gaetjens
Brasil y Uruguay disputaron la
final en Maracaná. El dueño de casa estrenaba el estadio más grande del mundo.
Brasil era una fija, la final era una fiesta. Los jugadores brasileños, que
venían aplastando a todos sus rivales de goleada en goleada, recibieron en la
víspera, relojes de oro que al dorso decían: Para los campeones del mundo.
Las primeras páginas de los diarios se habían impreso por anticipado, ya estaba
armado el inmenso carruaje de carnaval que iba a encabezar los festejos, ya se
había vendido medio millón de camisetas con grandes letreros que celebraban la
victoria inevitable.
Cuando el brasileño Friaça convirtió el primer gol, un trueno de doscientos mil gritos y muchos cohetes sacudió al monumental estadio. Pero después Schiaffino clavó el gol del empate y un tiro cruzado de Ghiggia otorgó el campeonato a Uruguay, que acabó ganando 2 a 1. Cuando llegó el gol de Ghiggia, estalló el silencio en Maracaná, el más estrepitoso silencio de la historia del fútbol, y Ary Barroso, el músico autor de Aquarela do Brasil, que estaba transmitiendo el partido a todo el país, decidió abandonar para siempre el oficio de relator de fútbol.
Después del pitazo final, los comentaristas brasileños definieron la derrota como la peor tragedia de la historia de Brasil. Jules Rimet deambulaba por el campo, perdido, abrazado a la copa que llevaba su nombre:
—Me encontré solo, con la copa en mis brazos y sin saber qué hacer. Terminé por descubrir al capitán uruguayo, Obdulio Varela, y se la entregué casi a escondidas. Le estreché la mano sin decir ni una palabra.
En el bolsillo, Rimet tenía el discurso que había escrito en homenaje al campeón brasileño.
Uruguay se había impuesto limpiamente: la selección uruguaya cometió once faltas y la brasileña, 21.
El tercer puesto fue para Suecia. El cuarto, para España. El brasileño Ademir encabezó la tabla de goleadores, con nueve tantos, seguido por el uruguayo Schiaffino, con seis, y el español Zarra, con cinco.”
Cuando el brasileño Friaça convirtió el primer gol, un trueno de doscientos mil gritos y muchos cohetes sacudió al monumental estadio. Pero después Schiaffino clavó el gol del empate y un tiro cruzado de Ghiggia otorgó el campeonato a Uruguay, que acabó ganando 2 a 1. Cuando llegó el gol de Ghiggia, estalló el silencio en Maracaná, el más estrepitoso silencio de la historia del fútbol, y Ary Barroso, el músico autor de Aquarela do Brasil, que estaba transmitiendo el partido a todo el país, decidió abandonar para siempre el oficio de relator de fútbol.
Después del pitazo final, los comentaristas brasileños definieron la derrota como la peor tragedia de la historia de Brasil. Jules Rimet deambulaba por el campo, perdido, abrazado a la copa que llevaba su nombre:
—Me encontré solo, con la copa en mis brazos y sin saber qué hacer. Terminé por descubrir al capitán uruguayo, Obdulio Varela, y se la entregué casi a escondidas. Le estreché la mano sin decir ni una palabra.
En el bolsillo, Rimet tenía el discurso que había escrito en homenaje al campeón brasileño.
Uruguay se había impuesto limpiamente: la selección uruguaya cometió once faltas y la brasileña, 21.
El tercer puesto fue para Suecia. El cuarto, para España. El brasileño Ademir encabezó la tabla de goleadores, con nueve tantos, seguido por el uruguayo Schiaffino, con seis, y el español Zarra, con cinco.”
"EL
EQUIPO QUE NO FUE"
Una gran generación
de jugadores argentinos se quedó sin ir al Mundial por razones políticas
por Juan De Biase
El peronismo en el poder incluía el deporte como uno de
sus elementos impulsores en lo cultural y lo político, como un fenómeno con
gran capacidad para conmover a las masas, como una 'razón de estado'. Cuesta
entender, entonces, que en un tiempo económico próspero no se solucionase algo
factible -la demanda por parte de los futbolistas de un régimen de contratación
claro- para aflojar las tensiones entre la AFA y Agremiados y evitar la
declaración de la huelga, el 10 de noviembre de 1948. Los clubes no
consideraron viable el reclamo de los jugadores profesionales. Quizás un
arreglo habría evitado el conflicto aportando también un ingreso saludable a
las arcas de las entidades. Pero los dirigentes no advirtieron que la posición
de los jugadores estaba respaldada por las posibilidades abiertas por el fútbol
de Colombia (no adherida a la FIFA), hacia donde
emigraría una considerable parte de los mejores valores.
El éxodo a Colombia produjo la mayor sangría del fútbol
argentino. He aquí una causa fundamental de la ausencia argentina en el Mundial
de Brasil. La otra la sugirió muchos años más tarde Valentin Suárez, un
dirigente de fútbol que presidió la AFA en el período 1949-1953 y que también
fue su interventor del 66 al 68. Según
Súarez, la decisión de no concurrir fue de Perón, cuando él no pudo darle
'seguridad total' sobre la conquista del título en Brasil. La excusa oficial
fue un distanciamiento de la Confederación Brasileña de Deportes por haberle
ésta prohibido a uno de sus clubes jugar un amistoso con otro club argentino en
Chile. La Argentina, que ya estaba inscripta para las eliminatorias en un grupo
(con Chile y Bolivia) donde los dos primeros clasificaban, canceló el
compromiso. Y se aisló hasta 1958.
"Estábamos
en condiciones de pelear arriba"
Por
Ezra Sued ABC de los Mundiales (Olé, 2002)
"Por esos tiempos, Argentina estaba en muy buenas
condiciones para pelear por algo importante en el Mundial. Porque contaba con
jugadores extraordinarios, dueños de una gran técnica, algo que siempre nos
distinguió. Habíamos sido campeones invictos en los Sudamericanos (ahora
llamada Copa América) del 45, 46 y 47. Sin dudas, estábamos para competir de
igual a igual con todos los equipos del torneo. Lamentablemente existió un
problema político que nos impidió ir a Brasil. Es que Juan Domingo Perón,
nuestro presidente en esa época, había roto todo tipo de vínculo con el país
vecino. Al no existir relaciones con el consulado brasileño, no pudimos
participar. El día de la final entre Brasil y Uruguay, yo estaba jugando con
Racing en la cancha de Huracán. Eso explica la poca trascendencia que tenía el
Mundial en nuestro país. Tras la derrota con Huracán por 4 a 2, nos
enteramos del triunfo uruguayo y nos sorprendió porque Brasil era una potencia
mundial. Pero Uruguay, una vez más, demostró que gracias a su coraje era capaz
de superar cualquier obstáculo y dio el batacazo."
COMITE ORGANIZADOR BRASIL 1950 : Stanley Rouss, Ottorino Barassi (que tuvo la copa escondida durante la II Guerra Mundial), Jules Rimet, Giovanni Mauro
SE INAUGURA EL MUNDIAL EL PRESIDENTE DE BRASIL
EURICO GASPAR DUTRA Y JULES RIMET
SORTEO DEL MUNDIAL 1950
SE INAUGURA EL MUNDIAL EL PRESIDENTE DE BRASIL
EURICO GASPAR DUTRA Y JULES RIMET
SORTEO DEL MUNDIAL 1950
ALGUNAS CURIOSIDADES
Después
de la Segunda Guerra Mundial, el Congreso de la FIFA decidió otorgarle a Brasil
la organización de la cuarta Copa del Mundo. Entre los participantes apareció
por primera vez Inglaterra, que abandonó la soberbia de considerarse superior a
los demás por haber inventado este deporte y anunció su intervención en un
Mundial.
En las
camisetas aparecen los números de los jugadores dependiendo del lugar que
ocupan sobre el terreno de juego.
El 16
de julio, Uruguay se enfrenta a Brasil en Maracaná, símbolo del fútbol
brasileño. Con el empate, el equipo local se proclamaría campeón. El canarinho
Friaca anotó el gol que desató la fiesta en las gradas, pero los uruguayos
dieron la vuelta al resultado logrando su segundo Mundial, y creando la leyenda
del Maracanazo. Brasil decidió cambiar la camiseta blanca con puños y cuello
azul que usaba desde 1919 tras este partido y la sustituyo por la que conocemos
hoy en día.
De
nuevo tres españoles: Ramallets, Puchades y Gainza forman parte del equipo de
la del Mundial.
Un año
antes del comienzo del Mundial murieron, en un accidente aéreo, todo los
jugadores del Torino. La selección italiana que estaba sensibilizada prefirió
viajar en barco a Brasil y los entrenamientos se desarrollaban en la cubierta
del trasatlántico y en poco tiempo todos los balones que tenían terminaron en
el mar. Italia cayó eliminada en el primer partido.
Alemania fue prohibida cinco años después de la
guerra, en el fútbol internacional y sin
embargo no pudo asistir a la Copa Mundial 1950 en Brasil.
El gol
de Ghighia en la final fue a los 34 minutos del segundo tiempo, Brasil tuvo 11
minutos para empatar y lograr el titulo, incluso la ultima jugada del partido
fue un peligroso corner para los brasileños.
Se dijo
que algunos hinchas brasileños se suicidaron por la derrota y que el crack
Zizinho tuvo constantes pesadillas con el encuentro.
Los
uruguayos fueron recibidos por una multitud en Montevideo , finalmente el
pueblo aplaudio al seleccionado en un emotivo festejo con bandas marciales en
el Estadio Centenario .
El
debut celeste fue con goleada Uruguay 8 x 0 Bolivia , siendo entonces el golero
Gutierrez uno de los que mas goles sufrio en un solo partido en la historia de
los Mundiales , los goles uruguayos fueron convertidos en 3 oportunidades por Miguez,
en 2 por Schiaffino y en una oportunidad por Perez, Vidal y Ghighia , llamo la
atención la ignorancia respecto a las reglas futboleras y quienes eran los
paises con tradición en dicho deporte para el D.T italiano que dirigia Bolivia, el mismo dijo que los celestes
habian progresado bastante ( Uruguay ya habia sido bicampeón Olimpico y Campeón
del Mundo).
El gran
ausente fue Walter Gomez, el 16 de julio jugaba en Nuñez contra San Lorenzo ,
al conocerse el resultado de la final todos los jugadores , compañeros ,
adversarios , juez y lineas confundieron en un fuerte abrazo al uruguayo , el
público coreaba el nombre de Uruguay, Uruguay, Uruguay.
Por
Primera vez se utilizaron camisetas con números .
En esos
tiempos no se autorizaban cambios, Yugoslavia debió pues enfrentar con 10
jugadores el partido contra Brasil al lesionarse uno de sus jugadores .
MAS JOVEN Y MAS VIEJO :
Ibánez CHI 18y224d Matthews ENG 35y151d
ALGUNOS NUMEROS DEL MUNDIAL 1950
Números: 8 los goles que le hizo
Uruguay a Bolivia, máxima goleada (compartida) de un Mundial. 9 jugadores de la
selección italiana murieron el año anterior en un accidente de aviación en
Superga. 4.66 fue el promedio de gol de los brasileños en la ronda final, no
les alcanzó. 82 goles en 22 partidos hubo. Los 22 jugadores de Yugoslavia
pertenecían a sólo cuatro equipos. 12 años pasaron desde que Bickel jugó un
partido en el mundial 38 y de inauguración en el mundial del 50. 1 partido jugó
Rubén Morán en los Mundiales, fue por la final contribuyendo al título uruguayo
ante Brasil.
El batacazo de Belo Horizonte
La milagrosa victoria de EEUU ante Inglaterra en 1950
Los triunfos de los débiles sobre los más fuertes, o
batacazos, suelen agigantarse con el paso de los años hasta volverlos mitos que
se alejan cada vez más de la verdad. En el Maracanazo,
por ejemplo, nadie esperaba que Uruguay ganara la final del Mundial 1950 con
unas doscientas mil personas gritándoles en contra.
Pero lo cierto es que Brasil
distaba mucho de ser la potencia que ganaría cinco Copas del Mundo, y los charrúas
no eran cualquier equipo, sino que ya ostentaban el campeonato del mundo de
1930 y habían vencido a la Seleção poco tiempo antes de que se disputase el
Mundial en tierras brasileñas. Sin embargo, la figura de Obdulio Varela y el
silencio de los torcedores brasileños se encargarían de agigantar el partido
hasta convertirlo en el mayor batacazo de la historia del fútbol.
Pero en ese mismo Mundial hubo
un resultado mucho más inesperado. Brasil no era el gran candidato de 1950.
Todo el mundo creía que Inglaterra, inventores del fútbol, ganaría entonces su
primera Copa del Mundo. Los ingleses participaban por primera vez, pero venían
de ganar la British Home Championship y eran considerados el mejor equipo de
aqu
La otra cara de la moneda era
Estados Unidos, un conjunto semiprofesional que llegó a Brasil gracias al
respaldo económico de un dueño de casas fúnebres de la ciudad de St. Louis. (De
hecho, el arquero Frank Borghi era chofer de coche fúnebre).
Inglaterra venció en su debut a
Chile por 2-0, mientras que EE.UU. cayó contra España por 3-1. Lo que pasó,
cuando la segunda fecha del Grupo 2 los enfrentó, fue resumido por uno de los
últimos sobrevivientes de aquel equipo norteamericano al diario inglés The Guardian.
“Ganamos pero no jugamos mejor
que Inglaterra”, dijo Walter Bahr al diario inglés, que volvió a repasar el
histórico partido con motivo de la “revancha” que jugarían ambos seleccionados en Sudáfrica
2010. “Fue uno de esos
partidos en los que el mejor equipo no gana. Estoy orgulloso de ello. Teníamos
un equipo decente. Pero si enfrentábamos a Inglaterra diez veces, ellos
hubieran ganado en nueve oportunidades”.
Bahr, el capitán del plantel,
señaló que los primeros 20 minutos del partido fueron un aluvión ofensivo del
seleccionado inglés, que contó con varias oportunidades de gol que fueron
frustradas por los postes o por el arquero Borghi.
“A medida que progresaba el
partido, Inglaterra se empezó a desesperar”, añadió al diario inglés.
Hasta que en un contraataque, a
los 38 minutos, Joe Gaetjens, un inmigrante haitiano que además de jugar en una
liga semiprofesional se ganaba la vida limpiando platos en Nueva
York, anotó el único gol del partido.
No hay ningún video ni
fotografía del histórico gol. Pero los compañeros y rivales de Gaetjens
sostienen que corrigió con la cabeza –de manera intencional o sin siquiera
darse cuenta- un disparo desde unos 25 metros del propio Bahr. Al parecer
Gaetjens, conocido por sus remates acrobáticos, al parecer convirtió el gol de
palomita; es decir, arrojándose hacia adelante para cabecear con la frente.
El histórico partido devenido en
leyenda con los años tuvo un triste epílogo: unos 14 años después de anotar el
gol, tras concluir su carrera jugando en Francia, Gaetjens volvió a su Haít
natal, donde fue presuntamente asesinado por la fuerza paramilitar de dictador
conocido como François Papa Doc Duvalier.
En tanto, la victoria de la
selección amateur estadounidense recibió escasa cobertura en aquella época en
EE.UU., donde no había interés en el torneo.Recién en 1996 fue rescatada del
olvido por un libro, The Game of Their Lives, que nueve años después se
convirtió en película.
En Inglaterra, sin embargo, es
hasta la fecha la derrota más humillante que haya sufr
. El 30 de junio de 1950,
Inglaterra amanecía nublada. Decepcionada aún por la derrota del día anterior
de su equipo de cricket contra el de las Indias del Oeste –primera derrota del
combinado nacional–, unos pocos esperaban la llegada de los periódicos con el
resultado del segundo partido de su selección en la Copa del Mundo que se
estaba celebrando en Brasil. Aquella participación era la primera de los
denominados reyes del fútbol,
que contaban en sus filas con jugadores como Stan Mortensen o Roy Bentley,
auténticas estrellas del balompié inglés. Un balompié inglés que era alfa y
germen, el primero en ser profesional en todo el globo. Inglaterra se presentó
en la Copa del Mundo de 1950 tras haber rechazado su participación en
anteriores ediciones por disputas con la FIFA. Era el gran favorito, como
reflejaban las casas de apuestas de la época al pagar su triunfo final tan solo
3 a 1. El 29 de junio jugaban la segunda jornada de un grupo de cuatro equipos
en el que solo se clasificaba el primero. El rival era la selección de Estados
Unidos.
El plantel de los americanos
estaba compuesto por veteranos de la II Guerra Mundial, profesores,
embalsamadores y lavaplatos. Todos los jugadores eran amateurs, y el grupo solo
había disputado un partido de preparación juntos antes de llegar a Brasil. Su triunfo
en la Copa del Mundo se pagaba 500 a 1 y, de hecho, las casas de apuestas no se
molestaron en aceptar pujas por aquel Estados Unidos-Inglaterra, puesto que el
resultado era obvio.
Estados Unidos ya había
participado en la Copa del Mundo del año 1934 y en los Juegos Olímpicos de
1936. En el primer torneo perdieron su partido ante los anfitriones, Italia,
por 7-1, mientras que la derrota olímpica fue mayor: 9-0 contra, también, la
selección italiana. A aquel campeonato habían llegado tras ganar un solo partido
a Cuba en la clasificación americana un verano atrás, y perder por un global de
12-2 contra México. De hecho, la organización estuvo a punto de dejarles fuera,
pero la coyuntura obligó a mantener a los estadounidenses en la competición.
¿Qué coyuntura? La de un mundo que aún trataba de recuperarse de la II Guerra
Mundial. La FIFA había sancionado a Alemania; el bloque del Telón de Acero –URSS, Hungría, Checoslovaquia– había
rechazado directamente participar en los torneos clasificatorios; y las selecciones
de India y Francia tuvieron que retirarse antes de empezar por no poder
costearse el duro viaje desde el Viejo Continente hasta Brasil.
Era la primera Copa del Mundo
desde 1938, pues las anteriores ediciones no habían podido disputarse por la II
Guerra Mundial. Brasil ’50 significaba la vuelta de la alegría futbolística al
mundo global.
Así, Estados Unidos se presentó
en Brasil con una preparación de apenas dos meses. Con un equipo conformado por
los mejores jugadores de diferentes barrios del país. La mayor canteraera la del barrio de
The Hill, en Saint Louis. Vecindario de emigrantes italianos, allí se vivía el
fútbol como la religión que era en los países europeos.
Pero la realidad americana del
fútbol era que ni tan siquiera respetaban su nombre. El soccer era un deporte minoritario, muy a la
sombra del béisbol, el fútbol americano, el baloncesto… A la sombra de
cualquier otro deporte colectivo. Estados Unidos despreciaba un deporte en el
que no eran buenos y que, para colmo, habían inventado sus antiguos opresores y
amigos británicos. Así pues, el partido entre Inglaterra y Estados Unidos tenía
tan poca historia como la que tenían los americanos en el deporte. Era como si
un equipo de béisbol universitario de Inglaterra se enfrentara a los New York
Yankees. El Daily Express inglés llegó a decir, en la pre
previa del encuentro, que “lo más justo sería darle tres
goles de ventaja a los americanos”.
Las redacciones de los
periódicos británicos no daban abasto para atender a todas las llamadas que se sucedían
aquel día 30 de junio de 1950. Los lectores, totalmente confundidos, se ponían
en contacto con el periódico para confirmar la teoría generalizada: que había
habido un fallo de impresión en el resultado del partido. Que si era realmente
10-0, o 10-1… Cualquier resultado menos el que reflejaban las páginas
deportivas de todos los diarios ingleses aquel día.
Pero no, los diarios estaban en
lo cierto: Estados Unidos había ganado por 1-0 a la todopoderosa Inglaterra.
Mientras que la representación
periodística inglesa en Belo Horizonte era, dentro del contexto, numerosa, por
parte del país norteamericano solo había un periodista: Dent McSkimming, del St Louis Post-Dispatch.
McSkimming había pedido a su diario cubrir el torneo debido a la presencia de
varios jugadores de la ciudad en el combinado nacional. Sin embargo, el
periódico le dijo que nadie quería saber por cuánto perdía el equipo y que
aquel deporte no tenía interés alguno. Por lo tanto, el aventurero reportero
decidió pedir unos días de vacaciones y viajar por su cuenta a Brasil. Aquel 29
de junio, fue el único periodista americano en el Estadio de la Independencia
de Belo Horizonte.
Porque, lógicamente aquel
encuentro no se disputó ni en Río de Janeiro ni en Sao Paulo, sino en una de
las otras sedes menores del campeonato. El partido tenía el único interés de
ver a Inglaterra y sus estrellas; Estados Unidos era un gran desconocido con
aficionados que intentarían perder por la menor diferencia posible. Esa era la
mentalidad de los jugadores estadounidenses. ”Ninguno
pisamos aquel terreno de juego pensando que podíamos hacer otra cosa que perder
con dignidad. O intentarlo’‘, recordaba Walter Bahr, centrocampista y
capitán del equipo, años después para la BBC.
Por tanto, aquel estadio con
aforo para unas 20.000 personas sería la sede para la que fue, para muchos, la
mayor sorpresa de la historia de las Copas del Mundo. Un estadio de pequeñas
dimensiones, escondido entre las montañas y cuyo enclave solo servía para
aumentar el halo de misticismo y heroicidad que rodearía aquella historia.
A los veinte minutos de partido,
el combinado europeo ya había contado con seis ocasiones claras de gol, dos de
ellas disparos al travesaño y otra frustrada por una gran palomita de Frank
Borghi, guardameta estadounidense de Saint Louis. Roy Bentley, punta de
Inglaterra, y uno de los baluartes de la historia del Chelsea, equipo en el que
jugó 367 partidos y anotó 150 goles, era el mayor peligro de un equipo que
tocaba y tocaba, algo muy inusual en aquella época.
En el minuto 37, Walter Bahr se
deshizo de una bola casi en el centro del campo. Presionado por la medular
europea, el capitán decidió mandar un balón largo al área. Bert Williams, hoy
miembro de la Orden del Imperio Británico y otrora guardameta inglés, decidió avanzar
unos pasos para capturar el esférico. Sin embargo, el delantero americano de
origen haitiano –y que ni tan siquiera contaba con pasaporte en aquel momento–
Joe Gaetjens se adelantó a todos y logró desviar levemente la bola para que
esta acabara en el fondo de las mallas.
La gente se volvió loca. La
inercia de apoyar a David cuando se enfrenta a Goliat está en el ser humano desde los
tiempos de la Biblia, y así los brasileños aupaban como locos a Estados Unidos.
Los yanquis ganaban por 1-0 y con ese marcador se llegaba al descanso.
El acoso de Inglaterra a partir
de entonces fue demencial. Estados Unidos se defendía como buenamente podía. A
ocho minutos del final, los ingleses pidieron penalti en un derribo de Charlie Guantes Colombo –central norteamericano que,
efectivamente, jugaba con guantes– a Stan Mortensen. El colegiado señaló la
falta al borde del área. Alf Ramsey golpeó el balón y Jimmy Mullen, mítico
delantero del Wolverhampton, creyó haber marcado cuando rozó el esférico con la
testa. Sin embargo, Borghi logró despejar el tiro en el último instante. Las
quejas inglesas se sucedieron una vez más, pero el colegiado no cedió ante la
insistencia europea.
Los minutos pasaron y, cuando el
colegiado indicó el final del partido, los aficionados brasileños saltaron las
vallas e invadieron el terreno de juego para llevar en volandas a los jugadores
americanos, que parecían haber ganado todo un campeonato mundial. Los ingleses,
cabizbajos, se retiraron avergonzados con sus camisetas azules –un color que nunca
más utilizaron, a excepción de un amistoso en Perú, en 1954, que también
perderían sorpresivamente por 4-1–, conscientes de que habían entrado en la
historia de la peor manera posible.
EL BATACAZO DE BELO HORIZONTE II
Estados
Unidos perdería el siguiente partido por 4-2 ante Chile. A FA - The
Football Association, a federação inglesa - não levava muito a sério a Copa
do Mundo. Tanto que, ao mesmo tempo que começava a competição, uma "outra
seleção" inglesa foi mandada ao Canadá em uma excursão. A estrela do time,
Stanley Matthews - um dos melhores do mundo na época - também foi ao Canadá,
para desespero do técnico Walter Winterbottom, que não pôde levar todos os
jogadores que queria.
Matthews logo foi liberado para ir ao Brasil, mas não a tempo de jogar a primeira partida. Não teve problema; mesmo sem jogar muito bem a Inglaterra venceu o Chile por 2x0, gols de Stan Mortensen e Wilf Mannion. Por outro lado, os Estados Unidos perderam para a Espanha por 3x1. Os americanos até saíram na frente, mas não conseguiram segurar o resultado e levaram três gols nos 15 minutos finais.
A expectativa era que o time inglês sofresse mudanças para a segunda rodada, mas não foi o que aconteceu. Naquela época, não era o técnico quem escolhia os onze titulares para cada partida, e sim um comitê, que no caso era composto de apenas uma pessoa, Arthur Drewry - este que inclusive foi presidente da FIFA anos mais tarde. Drewry acreditou no "em time que está ganhando não se mexe" e escalou a mesma equipe da primeira partida. Como substituições ainda não eram permitidas, Matthews teve que assistir todo o jogo do banco.
A Inglaterra vinha com uma campanha de 23 vitórias, 3 empates e 4 derrotas no pós-guerra. Os Estados Unidos acumulavam derrotas em sequência, como um 9x0 contra a Itália em um recente jogo treino. Nem os americanos acreditavam num bom resultado - seu próprio técnico, o escocês William "Bill" Jeffrey, havia declarado à imprensa que seu time não tinha chances de ganhar.
Quando a bola rolou, parecia mesmo que seria um massacre. A Inglaterra atacava sem parar, mas, entre bolas na trave, chutes pra fora e defesas salvadoras do goleiro Frank Borghi, o placar não se alterava. Aos 38 minutos do primeiro tempo, algo raro de se ver: os Estados Unidos no campo de ataque. Ed McIlvenny cobra o lateral, Walter Bahr recebe, avança um pouco e manda a bola na área. Na frente do goleiro inglês, a bola é desviada pelo atacante haitiano Joe Gaetjens e vai pro fundo do gol.
Matthews logo foi liberado para ir ao Brasil, mas não a tempo de jogar a primeira partida. Não teve problema; mesmo sem jogar muito bem a Inglaterra venceu o Chile por 2x0, gols de Stan Mortensen e Wilf Mannion. Por outro lado, os Estados Unidos perderam para a Espanha por 3x1. Os americanos até saíram na frente, mas não conseguiram segurar o resultado e levaram três gols nos 15 minutos finais.
A expectativa era que o time inglês sofresse mudanças para a segunda rodada, mas não foi o que aconteceu. Naquela época, não era o técnico quem escolhia os onze titulares para cada partida, e sim um comitê, que no caso era composto de apenas uma pessoa, Arthur Drewry - este que inclusive foi presidente da FIFA anos mais tarde. Drewry acreditou no "em time que está ganhando não se mexe" e escalou a mesma equipe da primeira partida. Como substituições ainda não eram permitidas, Matthews teve que assistir todo o jogo do banco.
A Inglaterra vinha com uma campanha de 23 vitórias, 3 empates e 4 derrotas no pós-guerra. Os Estados Unidos acumulavam derrotas em sequência, como um 9x0 contra a Itália em um recente jogo treino. Nem os americanos acreditavam num bom resultado - seu próprio técnico, o escocês William "Bill" Jeffrey, havia declarado à imprensa que seu time não tinha chances de ganhar.
Quando a bola rolou, parecia mesmo que seria um massacre. A Inglaterra atacava sem parar, mas, entre bolas na trave, chutes pra fora e defesas salvadoras do goleiro Frank Borghi, o placar não se alterava. Aos 38 minutos do primeiro tempo, algo raro de se ver: os Estados Unidos no campo de ataque. Ed McIlvenny cobra o lateral, Walter Bahr recebe, avança um pouco e manda a bola na área. Na frente do goleiro inglês, a bola é desviada pelo atacante haitiano Joe Gaetjens e vai pro fundo do gol.
A partir daí, o time americano se animou e passou a jogar
com mais confiança. A Inglaterra sufocava na base do desespero, mas Borghi
sempre aparecia pra salvar a pátria. Não teve jeito, não era o dia dos
ingleses. A partida acabou 1x0 e os americanos foram carregados pela multidão
como heróis.
Os ingleses protestaram que o time americano tinha jogadores de outras nacionalidades. Só entre os que jogaram aquela histórica partida, Gaetjens era haitiano, Maca era belga e McIlvenny era escocês. Porém, todos eles haviam declarado interesse em adquirir a cidadania americana, o que, pelas regras da federação americana, já era suficiente para que pudessem defender a seleção. No final das contas, apenas Joe Maca ganhou a cidadania americana. Os outros foram jogar na Europa.
Na sequência da competição, a Inglaterra enfrentou a Espanha, com quatro mudanças no time - Matthews finalmente fez sua estreia. Mas os ingleses deram vexame novamente, perderam por 1x0 e foram eliminados. Os Estados Unidos também perderam - 5x2 para o Chile -, mas foram pra casa com a sensação de dever cumprido.
Apesar de tudo, o grande feito passou despercebido pela maioria dos americanos. Como o "soccer" não era muito popular, quase nenhum jornal noticiou a Copa do Mundo. Até mesmo os próprios jogadores só foram se dar conta da importância daquela vitória anos mais tarde, quando o futebol passou a ser mais divulgado pela mídia. O time de 1950 foi para o Hall da Fama do esporte em 1976.
Gaetjens, autor do gol da vitória, era um estudante de intercâmbio e trabalhava em um restaurante como lavador de pratos. Em 1964, foi morto de forma obscura no Haiti durante uma rebelião política.
Na Inglaterra também não houve muita repercussão. Na época, os jornais tinham apenas uma página para esportes e, justo naquele dia, a seleção inglesa de críquete havia perdido pela primeira vez na história, para as Índias Ocidentais. Foi colocada apenas uma nota com o resultado da partida de futebol. Detalhe: tão inesperado foi aquele resultado, os jornais publicaram que a Inglaterra havia vencido por 10x1, achando que aquele 0x1 foi um erro de escrita.
A Inglaterra jogou de azul aquele dia. Desde então, eles evitaram usar esse uniforme novamente, tamanha foi a dor daquela derrota. Parece que era moda na época. Afinal, o Brasil também resolveu mudar seu uniforme e não se vestiu mais de branco por causa da derrota para o Uruguai em 1950.
Os ingleses protestaram que o time americano tinha jogadores de outras nacionalidades. Só entre os que jogaram aquela histórica partida, Gaetjens era haitiano, Maca era belga e McIlvenny era escocês. Porém, todos eles haviam declarado interesse em adquirir a cidadania americana, o que, pelas regras da federação americana, já era suficiente para que pudessem defender a seleção. No final das contas, apenas Joe Maca ganhou a cidadania americana. Os outros foram jogar na Europa.
Na sequência da competição, a Inglaterra enfrentou a Espanha, com quatro mudanças no time - Matthews finalmente fez sua estreia. Mas os ingleses deram vexame novamente, perderam por 1x0 e foram eliminados. Os Estados Unidos também perderam - 5x2 para o Chile -, mas foram pra casa com a sensação de dever cumprido.
Apesar de tudo, o grande feito passou despercebido pela maioria dos americanos. Como o "soccer" não era muito popular, quase nenhum jornal noticiou a Copa do Mundo. Até mesmo os próprios jogadores só foram se dar conta da importância daquela vitória anos mais tarde, quando o futebol passou a ser mais divulgado pela mídia. O time de 1950 foi para o Hall da Fama do esporte em 1976.
Gaetjens, autor do gol da vitória, era um estudante de intercâmbio e trabalhava em um restaurante como lavador de pratos. Em 1964, foi morto de forma obscura no Haiti durante uma rebelião política.
Na Inglaterra também não houve muita repercussão. Na época, os jornais tinham apenas uma página para esportes e, justo naquele dia, a seleção inglesa de críquete havia perdido pela primeira vez na história, para as Índias Ocidentais. Foi colocada apenas uma nota com o resultado da partida de futebol. Detalhe: tão inesperado foi aquele resultado, os jornais publicaram que a Inglaterra havia vencido por 10x1, achando que aquele 0x1 foi um erro de escrita.
A Inglaterra jogou de azul aquele dia. Desde então, eles evitaram usar esse uniforme novamente, tamanha foi a dor daquela derrota. Parece que era moda na época. Afinal, o Brasil também resolveu mudar seu uniforme e não se vestiu mais de branco por causa da derrota para o Uruguai em 1950.
DECISIÓN INCORRECTA
Parte
de la prensa considero que el D.T Flavio Costa fue precipitado al no convocar
al crack botafoguense Heleno De Freitas con quien había discutido en el Vasco
da Gama, Flavio aún no llevo a Mauro del Sao Paulo por considerar que lo había
decepcionado en los entrenamientos.
MÁS CURIOSIDADES
Curiosidades: Cuando Estados Unidos asombró al mundo entero al vencer
por 1-0 a Inglaterra, un periódico británico supuso que se trataba de un error
tipográfico del teletipo y publicó que Inglaterra había ganado por 10-1.
Escocia
se rehusó participar en la competición porque no había vencido en el Campeonato
Nacional Británico. India, en cambio, se retiró al constatar que sus jugadores
no podían jugar descalzos. La Confederación Brasileña de Fútbol tomó como
ofensa la declinación argentina a participar del torneo continental y rompió
relaciones con la AFA. Indingnado, Valentín Suarez, presidente de la entidad
argentina, comunicó que la selección no participaría del Mundial 50. Una
versión dice que el poco apoyo de la FIFA y la CSF a la razonable postura
albiceleste estuvo salpicada de suspicacias: tanto Inglaterra, intocable
debutante en el Mundial, como Brasil, dueño de casa, no se habrían beneficiado
en nada con la participación de la poderosa selección argentina.
Una vez más los cabildeos oficinescos y las disputadas de poder tuvieron más importancia que el simple ejemplo futbolístico. Argentina no fue al Mundial en momentos que había tres cracks por puesto en que había “tres cracks por puesto” según repiten los memoriosos.
Una vez más los cabildeos oficinescos y las disputadas de poder tuvieron más importancia que el simple ejemplo futbolístico. Argentina no fue al Mundial en momentos que había tres cracks por puesto en que había “tres cracks por puesto” según repiten los memoriosos.
El
congreso de Luxemburgo en 1946 decidió a Brasil como sede del Mundial. La copa
se había salvado de milagro de los nazis. El vicepresidente de la FIFA la tuvo
escondida bajo la cama en una caja de zapatos hasta que pudo depositarla en un
banco.
Distintos motivos llevaron a que solo trece equipos participaran del primer mundial post guerra. Inglaterra había abandonado su postura soberbia e intervino por primera vez en una copa Mundial aunque su debut fue con una derrota ante un combinado que usaba la bandera de Estados Unidos pero que su nación era cualquiera, de hecho el autor del gol, Larry Gaetjens, un haitiano confesó: “Yo nunca tuve la ciudadanía norteamericana”. Luego, los ingleses se enfrentaron a España y tras perder se volvieron con las manos vacías.
Lo más novedoso de la cuarta edición es que no hubo final, sino que cuatro equipos se clasificaban y jugaban todos contra todos, y el mejor era el campeón. Brasil se preparó para salir campeó: arrancó ganando 7-1 a Suecia, le hizo seis a España y hasta el encuentro final todo marchaba sobre ruedas. Los urugayos habían empatado con España 2-2 y habían ganado por la mínima a Suecia.
Los charrúas no buscaron ninguna innovación táctica, era un símil del viejo método italiano. Máspoli, un arquero gigante, dos marcadores centrales unidos al centrohalf, Obdulio Varela, la verdadera columna vertebral del equipo. Cerca, dos interiores y un quinteto delantero en el que se destacaban Schiaffino y Ghiggia.
Distintos motivos llevaron a que solo trece equipos participaran del primer mundial post guerra. Inglaterra había abandonado su postura soberbia e intervino por primera vez en una copa Mundial aunque su debut fue con una derrota ante un combinado que usaba la bandera de Estados Unidos pero que su nación era cualquiera, de hecho el autor del gol, Larry Gaetjens, un haitiano confesó: “Yo nunca tuve la ciudadanía norteamericana”. Luego, los ingleses se enfrentaron a España y tras perder se volvieron con las manos vacías.
Lo más novedoso de la cuarta edición es que no hubo final, sino que cuatro equipos se clasificaban y jugaban todos contra todos, y el mejor era el campeón. Brasil se preparó para salir campeó: arrancó ganando 7-1 a Suecia, le hizo seis a España y hasta el encuentro final todo marchaba sobre ruedas. Los urugayos habían empatado con España 2-2 y habían ganado por la mínima a Suecia.
Los charrúas no buscaron ninguna innovación táctica, era un símil del viejo método italiano. Máspoli, un arquero gigante, dos marcadores centrales unidos al centrohalf, Obdulio Varela, la verdadera columna vertebral del equipo. Cerca, dos interiores y un quinteto delantero en el que se destacaban Schiaffino y Ghiggia.
JUANCITO LOPEZ TECNICO CELESTE
URUGUAY A LA CANCHA
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