martes, 17 de junio de 2014

MUNDIAL 1954 * PARTE 4

HISTORIA DE LOS MUNDIALES DE FÚTBOL
MUNDIAL 1954 –
WORLD CUP 1954 –
COPA DO MUNDO 1954 * PARTE 4
1954 DFB - LA PRIMER CONMEMORACIÓN ALEMANA
ALEMANIA CAMPEÓN DEL MUNDO

CIUDADES SEDES DEL MUNDIAL 54
Seis cidades sediaram o torneio:

LOS ARBITROS DEL MUNDIAL
 Esteban Marino        


FRITZ WALTER LA HISTORIA DE UN CRACK
La historia de Fritz Walter es la historia de un hombre que además de sus extraordinarias cualidades futbolísticas también fue querido y honrado porque siempre estaba arraigado a la tierra, era optimista y amable.
Fritz Walter nació el 31 de octubre de 1920 en Kaiserslautern como hijo mayor de una familia de cinco hijos (Ludwig, Ottmar, Sonja, Gisela). Su padre Ludwig y su madre Dorothea llevaban el bar del club del 1. FC Kaiserslautern. Este lugar se convirtió en el punto de partida de una carrera superlativa. En 1928, con siete años de edad, el pequeño Fritz se puso por primera vez la camiseta de los ”diablos rojos“. En 1937, con 17 años, realizó su primer juego con un permiso especial en el equipo de la Primer Liga. En 1940 el interior jugó como jugador nacional a las órdenes de Sepp Herberger y metió tres goles contra Rumanía (9:3). En 1951 celebró contra Suiza su retorno a la selección nacional y fue por primera vez campeón de la liga alemana con el 1. FC Kaiserslautern. En 1953 volvió a conseguir el título con su club. En total jugó cinco veces en su carrera deportiva la final por el campeonato de la liga alemana. Pero el año Walter fue el de 1954: Fritz ganó la Copa Mundial de la FIFA en Suiza con su hermano pequeño, Ottmar. Por vez primera en la historia del fútbol mundial salieron dos hermanos a la final y ganaron.
En 1958, con 37 años, se despidió del escenario internacional en su segunda Copa Mundial de la FIFA en Suecia. Jugó 61 partidos internacionales, metió 33 goles y fue 30 veces capitán de la selección nacional. El 20 de junio de 1959, el ciudadano de honor de su ciudad natal finalizó su carrera con un partido contra el Racing de París. En 379 encuentros había metido 306 goles para el 1. FC Kaiserslautern. Llegó a su punto final una carrera futbolística sin escándalo alguno. Fritz Walter se ocupó como futbolista de muchas noticias sensacionales. Como persona privada Fritz Walter, que se casó en 1948 con Italia Bortoluzzi, vivió tan idealmente como de deportista. Cuando en 1995 recibió la Orden de la FIFA por la obra de su vida en el estadio de Wankdorf de Berna, el famoso periodista deportivo Rudi Michel le denominó ”un campeón en modestia“. Franz Beckenbauer, que admiró de pequeño a Fritz Walter, llama al capitán de 1954 el “futbolista alemán más importante“.
Ulfert Schröder, un renombrado periodista de fútbol, describe las cualidades de Fritz Walter así: “Cojamos de Franz Beckenbauer la tranquilidad y la visión del juego, de Günter Netzer el talento, la idea inicial, el grandioso gesto, de Wolfgang Overath la sensación del balón y la peligrosidad de goles, de Uwe Seeler el espíritu de lucha y la valentía y por último de Berti Vogts la dedicación patriótica y la fidelidad." Fritz Walter fue querido y estimado por todos los alemanes, pero su corazón siempre latió por el rojo, por los colores del 1. FC Kaiserslautern, la ciudad de una de las mayores bases militares americanas (”K-Town“).
A pesar de las ofertas lucrativas de Milán, Madrid o Nancy, Fritz Walter nunca se dejó llevar por el dinero. También su querida mujer Italia, una italiana de nacimiento, se quedó a vivir en el Palatinado, en las proximidades del legendario Betzenberg, en donde se encuentra el estadio de fútbol del Kaiserslautern. Después de su época activa, el jefe honorífico de la selección nacional siguió empeñándose por el fútbol. Fue asesor del SV Alsenborn, que una vez llegó a ser aspirante a la Primera Liga, y posteriormente fue representante de la Fundación Sepp-Herberger así como la figura de un fabricante de artículos deportivos. Para la fundación Herberger Fritz Walter puso su empeño en la resocialización de presos y visitó a menudo las cárceles.
El 31 de octubre de 1985 los ciudadanos de Kaiserslautern dieron al estadio de fútbol en Betzenberg el nombre “Fritz-Walter-Stadion“, lo que no le gustó siquiera de lo modesto que era. El campo de fútbol sigue siendo el “Betze“, opinó Fritz Walter, después de haber dado su nombre a una calle, una escuela, una locomotora de trenes, una marca de cava, una fundación de utilidad pública y naturalmente también un torneo de fútbol. Como embajador del Comité Organizador de la Copa Mundial de la FIFA 2006™ Fritz Walter participó decisivamente en que la Copa Mundial de la FIFA viniera a Alemania y fuera elegida la ciudad de Kaiserslautern como lugar de encuentro. “Fritz“, que había recibido muchos galardones y órdenes y mantenía buenos contactos especialmente con el antiguo Canciller alemán y paisano del Palatinado, Helmut Kohl, tuvo su última gran aparición pública el 5 de diciembre del 2001. Aquel día la ciudad de Kaiserslautern entregó en Frankfurt del Meno sus documentos de solicitud al Comité Organizador de la Copa Mundial de la FIFA.
Entonces Fritz Walter se deseó: “Para mí sería el cielo, poder ir en el 2006 con mi hermano Ottmar y Horst Eckel a la tribuna de nuestro estadio para ver partidos de la Copa Mundial de la FIFA. Se lo agradecería muchísimo a Dios.“ Pero el deseo no llegó a cumplirse, pues Fritz Walter falleció durante la Copa Mundial de la FIFA 2002. En Corea los jugadores nacionales alemanes dedicaron su victoria de cuartos de final contra los EE.UU. a su gran ídolo. Las honras fúnebres por Fritz Walter se celebraron allí donde se hubiera sentido muy bien, a saber en el campo de fútbol, en su estadio: el Fritz-Walter-Stadion. En la tribuna habían ocupado asiento su triste hermano Ottmar y Horst Eckel del equipo campeón mundial de 1954, en el que habían jugado cinco jugadores de Kaiserslautern. Pero la mayor parte del “Milagro de Berna“, siempre lo han acentuado todos los jugadores, se la llevaba el genial Fritz Walter
LOS BOTINES DE FRITZ WALTER

LOS SECRETOS DEL TÍO SEPP
Sepp Herberger se graduó como técnico con las mejores notas de su promoción y ya reflejó en el título de su tesis la síntesis de la que sería su filosofía como técnico: “Hacia el máximo rendimiento en el fútbol”. Y lo sucedido el domingo 4 de julio de 1954 en el Wankdorf Stadium de Berna, podría ser la máxima expresión de todo ello, lo que las crónicas históricas de la época bautizaron con el sobrenombre de“Das wunder von Bern” o “El Milagro de Berna” y representó para la por entonces joven República Federal Alemana un nuevo comienzo.
Algo que en buena medida deben a ‘Tio Sepp’ y a Fritz Walter, y que vivió una intensa intrahistoria hasta aquel lluvioso domingo de julio. La República Federal Alemana llegó a la crucial cita de 1954 sin ser para nada uno de los favoritos, pese a ello la victoria inicial (4-1) ante Turquía, les abrió un futuro esperanzador que no cegó a ‘Tio Sepp. El técnico germano llegó a la conclusión de que para tener una selección poderosa necesitaba en punta de ataque un elemento demoledor. Y aunque no mantenía una relación fluida con el delantero-taxista, pensó de inmediato en la figura de Helmut Rahn “el Jefe”, que por entonces se encontraba de gira con su equipo, el Rot Weiss en Uruguay. Herberger le mandó el siguiente telegrama urgente:-“Presentarse urgente en Suiza primer avión”.
Herberger comenzaba a cambiar el curso de la historia, su meticuloso estudio de la competición le llevó a la conclusión de que con dos victorias estaban en la siguiente ronda, por lo que considerando que la victoria ante Turquía estaba asegurada, se tomó el partido en primera ronda ante los “Mágicos Magyares” como puro trámite y con la clara intención de mermar la temible calidad de un más que posible futuro rival.
Alemania encaró la cita con los suplentes y la apisonadora húngara les barrió del campo por un contundente 8-3, al que Sepp asistió impasible, encajando sin el más mínimo enfado las duras crítica recibidas. Ahondando un poco más en la meticulosidad de Herberger, mucho se ha escrito sobre la posibilidad de que su zaguero Liebrich, lesionara deliberadamente a Puskas con la intención de mermar a Pancho con vistas a un hipotético segundo envite definitivo.
La baza del “Maestro” Herberger ya estaba en marcha, Hungría les tenía en muy baja consideración, pero sin saberlo el “Viejo zorro” se la había jugado a un conjunto húngaro que por el sistema de competición y al acabar primeros de grupo llegó mucho más tocada a la final, puesto que mientras Alemania llegaba a la final sin sobresaltos, los magyares sufrieron para ganar a Brasil y tuvieron que jugar 120 minutos para deshacerse de Uruguay.
Esta fue la intrahistoria de aquella final, rodeada en todo momento por un halo de sospecha, puesto que la excepcional capacidad física de los alemanes y los problemas médicos -que sufrieron con el paso de los años- varios de sus componentes, dejaron caer la sombra de la duda con relación a una posible administración de suplementos dopantes. En cualquier caso lo que queda fuera de toda duda es que Alemania tenía un gran equipo y dio la campanada ante una selección de otro planeta. Con estos condicionantes el colegiado inglés William Ling daba comienzo a una final, que tuvo otro incómodo invitado para los intereses húngaros: la lluvia. Un elemento que empantanó el mítico Wankdorf y para el que ‘Tio Sepp’ también tenía un arma secreta: un tipo llamado Adolf Dassler (fundador de Adidas), que por entonces era una pequeña empresa y trabajaba con unas nuevas botas de tacos atornillados que sumaron para los alemanes en aquel campo embarrado. En todo caso el manto de agua que les recibió no pudo inicialmente con la  inigualable línea ofensiva compuesta por Sandor Kocsis, Zóltan Czibor, Nandor Hidegkuti, József Bozsik y Ferenc Puskas, que no tenía parangón y martilleó a Alemania en los primeros minutos.
A los seis minutos de juego Puskas recoge un rebote de la defensa y cruza el balón al otro palo de Turek, inmediatamente después saca Walter desde el centro pero la presión en banda del conjunto de Sebes propicia una recuperación y un desdoble al ataque, que da como fruto el gol de Czibor, que pone el 2-0 en el marcador. Solo han pasado ocho minutos y se masca la tragedia, hasta tres lanzamientos al palo de la meta de Turek, se contabilizan antes de que los factores controlados por Herberger, comienzan a entrar en acción.
Entonces Fritz Walter -un futbolista de leyenda del que cuentan que Beckenbauer se pone en pie cuando lo recuerda-, se despreocupa del marcaje de Bozsic, -que nunca se distinguió por su labor defensiva- y consigue dirigir a sus anchas a su equipo y el signo del partido. Además la línea de cuatro dispuesta por Herberger comienza a neutralizar de forma efectiva a los húngaros, una línea en la que Liebrich marca a un temeroso y condicionado Puskas -por lo sucedido en el primer partido-, mientras Rudolf Mai se encarga de frenar a Kocsis.
Alemania comienza a inquietar, Schäffer el habilidoso extremo se marcha por su banda izquierda, y manda un balón al área, que Buzansky mide mal, aprovechado porMax Morlock –el mítico nº13-, que lanzándose en plancha acorta distancias a los once de partido. Minuto 18, Fritz Walter ve desmarcado a Rahn, que al borde del área conecta un buen disparo y bate a Grocsis poniendo un empate que en aquellos primeros ocho minutos hubiera parecido una auténtica quimera. Con el resultado 2 a 2 termina el primer tiempo y en la segunda mitad los húngaros buscan con todo la victoria pero no pueden batir a Toni Turek, que aquel día fue elevado por el legendario relator Herbert Zimmermann a “Dios del fútbol”. El campo pesado y embarrado va provocando de forma paulatina el desfondamiento físico de Hungría.
Aún así el marcador se mantiene inalterable y la prórroga parece inminente pero a siete del final Schäffer roba un balón y conecta con Fritz Walter, que ve a Rahn, le da un pase atrás de cabeza, y este clava un fenomenal zurdazo al palo izquierdo de Grosics. Son segundos de infinito silencio, rotos únicamente por la legendaria voz de Zimmermann: “Schäfer centra sobre el área. ¡Remate de cabeza! ¡Despejado! Rahn podría chutar el rebote. Rahn chuta. Toor! Toor!  Toor! Toor! Tooooooor!(Cuentan  que Zimmermann cayó en silencio durante ocho segundos antes de que su voz volviera retumbar en las precisas radios alemanas) “¡Toooor, Tooooor, Toooor!… –pausa-, A cinco minutos del final Alemania gana… (pausa de nuevo) ¿3-2? ¿estaré loco? ¡pellízquenme que no lo creo!”. “Aus! Aus! Aus! Aus! Aus! Das Spiel ist aus! Deutschland ist Weltmeister” – (“¡Terminó!” y lo repitió cinco veces: “¡El partido terminó! ¡Alemania es campeón mundial!”).
La consumación del “Das Wunder Von Bern”, un triunfó histórico, el comienzo de una nueva era, la reconstrucción “El Milagro alemán”.
SEPP HERBERGER - DT DE ALEMANIA


EUROVISION PARA LOS 880.000 QUE LO MIRAN POR TV
Una de las grandes novedades del torneo fue la transmisión televisiva. Meses antes se había constituído Eurovisión, formada por la asociación de las cadenas de Alemania Occidental, Bélgica, Dinamarca, Francia, Holanda, Reino Unido, Italia y Suiza. Se transmitieron en total ocho partidos. El Francia-Yugoslavia tuvo el honor de ser el primer evento futbolístico que se presenció simultáneamente en diversos países en directo. Por lo tanto, a los 880.000 espectadores que acudieron a los estadios suizos se sumaron cuatro millones más que vieron la Copa desde sus hogares.

EXTENUANTES ALARGUES
Lo peor de la organización del Mundial de 1954 fue el sistema de competición elegido. Se constituyeron cuatro grupos sin mediar sorteo y se nombraron, también a dedo, dos cabezas de serie en cada uno, los cuales no podían enfrentarse entre sí. Tampoco lo podían hacer, claro, las otras dos selecciones. Cada equipo, entonces, sólo jugaba dos partidos, y se clasificaban para cuartos de final los dos primeros del grupo. En caso de empate, debía disputarse tiempo extra y si en éste no se alteraba el marcador, se daba por válido el empate. Un disparate total.



¿ RESULTADO ARREGLADO ?
La estupidez del sistema se demostró ya en el primer grupo. Francia (que era cabeza de serie) perdió con Yugoslavia por 1-0 y de nada le sirvió ganarle luego a México ya que Brasil, vencedora de los mexicanos en la primera jornada, le bastaba con empatar con el conjunto balcánico para clasificarse. Lógicamente, el partido fue un empate.

VERDE AMARELO
Brasil estrenó la camiseta “verdeamarela”, la misma que viste actualmente. Fue creado por Aldyr García Schlee, quien fue elegido por un concurso realizado especialmente para decidir ese tema.
Amarilla con cuello y puños verdes, en lugar de la tradicional blanca con puños y cuello azul, utilizada desde 1919 hasta 1952, debido a que la otra la había traído mala suerte, específicamente en la final del mundo del 1950, recordada como el “Maracanazo”. 
Fue el primer Mundial con Brasil de amarillo tras quitarse de encima ese maldecido blanco, para muchos causantes del Maracanazo. Fue la vuelta de Alemania a los campeonatos del mundo tras la sanción impuesta por la II Guerra Mundial.
Nasce o time Canarinho
Alegando trazer “azar” para o Brasil, a camisa branca foi aposentada e Seleção começa a atuar com manto amarelo
Traumatizado pela derrota em casa para o Uruguai, na final da Copa do Mundo de 1950, a seleção brasileira passou por um completo processo de reformulação. Que atingiu comissão técnica, jogadores e até o uniforme. Acusado de trazer “azar” ao escrete nacional, a camisa branca foi aposentada durante as Eliminatórias, a primeira disputada pelo Brasil. Após vencer o Chile e o Paraguai, fora de casa, a camisa amarela estreou de forma oficial no dia 14 de março de 1954, contra os chilenos, no Maracanã. Vitória por 1 a 0 (gol do atacante Baltazar).
Nascia a seleção Canarinha. Na sequência, novo triunfo sobre o Paraguai (4 a 1). Com a vaga assegurada com 100% de aproveitamento, a seleção treinada por Zezé Moreira passou por um período de 45 dias de concentração em Caxambu (MG), cidade que já havia recebido a Seleção antes da Copa de 1938. No dia 25 de maio, a bordo de um Constellation da Panair do Brasil, a seleção alçou voo do Aeroporto do Galeão, no Rio de Janeiro, rumo à Suiça. A bordo, apenas um jogador que havia participado do Maracanazo: o zagueiro Bauer, do São Paulo. Na lista final, outros destaques eram o goleiro Castillo, os zagueiros Djalma Santos e Mauro, o lateral-esquerdo Nilton Santos e o meia Didi. Dessa vez, não houve discussão com relação ao bairrismo entre cariocas, já que 11 jogadores convocados atuavam no Rio de Janeiro, enquanto os outros 11 eram de clubes de São Paulo.


LA PRIMER DERROTA CELESTE
También el que supuso la primera derrota de Uruguay en un Mundial, 24 años después de disputarlo por primera vez. Pero fue, sobre todo, el torneo de Hungría, la puesta en escena de posiblemente la mejor selección que haya dado el fútbol.

SEMIFINALES CONTRA LOS MAGOS MAGYARES
Uruguay conseguía así su pase a semifinales. El 30 de junio, en la ciudad de Lausana, debió enfrentar a la sensación del torneo, Hungría.
Hungría, un gran equipo.
Dicen los que la vieron que la húngara era la maquinaria de fútbol más perfecta de la historia de este deporte. Su paso por el torneo había sido arrollador. Un 9-0 ante Corea del Sur, un 8-3 ante Alemania (que jugó con suplentes) y un 4-2 a Brasil en cuartos hacían que los húngaros acapararán las portadas de todos los periódicos.
Sin embargo, para el encuentro con Uruguay no las tenían todas consigo. Su capitán, el gran
Ferenk Puskas, no podía ser de la partida a causa de un golpe desleal recibido en el encuentro frente a Alemania. La presencia de la estrella húngara estuvo en duda hasta último momento. Sin embargo, el entrenador, decidió no alinearle al ver que la lluvia y el mal estado del campo podía ahondar más la lesión.
En Uruguay las bajas del “Pardo” Abaddie y el “Cotorra” Míguez también eran difíciles de disimular. Hohberg, un potente centrodelantero cordobés que desde 1948 jugaba en Peñarol, había sido el elegido para comandar la ofensiva.
Comenzamos perdiendo
A los 14 minutos, Czibor, un extremo veloz y endiablado, adelantó a los magiares. Tras el gol los húngaros siguieron insistiendo y fue allí donde se agigantaron las figuras de William Martínez  en el centro del campo y sobretodo de Rodríguez Andrade en defensa.
De a poco Uruguay se fue animando. “Pepe” Schiafino y Javier Ambrois generaban posibilidades pero ni Souto  ni Hohberg parecían estar en la conversación.
Hungría, sorprendida por el fútbol de los celestes, no renunciaba al ataque y fue así que al inicio de la segunda parte Hidegkuti conectó un centro y marcó el segundo tanto contando con la complicidad de un estático Roque Gastón Máspoli.
Pese a estar dos goles abajo Uruguay siguió insistiendo. Hooberg tuvo el tanto en dos ocasiones pero sus disparos no fueron todo lo preciso que se esperaban.
El “Pepe” frotó la lámpara y apareció Hoohberg
Hungría controlaba el juego pero Uruguay reaccionó y fue una tromba en los últimos 25 minutos. Una gran jugada armada entre el “Pepe” Schiaffino y Ambrois le posibilitó a Hohberg  concretar el 1-2 a falta de 15 minutos.
Uruguay atacaba insistentemente y Hungría se limitaba a esperar con siete hombres en retaguardia. El 2-1 parecía sellado pero, a falta de tres minutos, nuevamente apareció Schiaffino rompiendo la defensa y cediendo al balón a Hohberg. El goleador eludió al meta Grosycs y tuvo resto suficiente para disparar fuerte y arriba haciendo estéril el cierre de los zagueros húngaros.
El estadio, ya decididamente volcado del lado de los uruguayos estalló. Y mientras los húngaros se tomaban la cabeza y los fotógrafos invadían el campo, Hohberg cayó al piso como fulminado.
Paralizó corazones
La emoción, del jugador fue tal que tuvo que ser asistido para volver a la cancha. La imagen del jugador sentando en el campo mientras se le masajeaba el pecho es una de las mejores postales de la historia de la Copa del Mundo.
Segundos antes, Don Carlos Solé se quebraba la voz gritando ” goool, goool uruguayo, Hohberg, goool uruguayo, Hohberg, el león herido sacude su melena” y se excusaba “no puedo seguir trasmitiendo”.
La famosa garra charrúa volvía a aparecer y el corazón de los uruguayos seguía viviendo emociones. En la última jugada el “Pepe” Schiaffino (ese que al que Pelé se olvidó de nombrar en la lista de 100 mejores jugadores historia) elude al golero y dispara a puerta vacía pero la pelota queda muerta en un charco existente en el área chica y Lórant cierra con lo justo.
En el alargue la suerte no acompañó
Sonó el pitazo final y ambos equipos, exhaustos, se prepararon para la prórroga. Ya se sabía que Alemania había vencido a Austria por 6-1 y era finalista.
En el alargue el encuentro siguió siendo de ida y vuelta. El “Pepe” estrelló dos balones en los postes, pero los húngaros también hacían lo suyo complicando sobretodo con centros.
Nadie se movía de sus asientos. La emoción eran enorme. El “negro” Rodríguez Andrade tuvo que salir unos momentos por lesión y Hungría no perdonó. La baja del mejor defensa celeste fue clave. Kocsis, un delantero fuera de serie, se aprovechó de ello, ganó dos veces en el área y marcó dos goles.
Las consecuencias de la batalla
Uruguay cayó de pie, cedió su invicto de treinta años en un partido en el que la prensa especializada definió como el partido del siglo.
El propio entrenador húngaro, confesó al finalizar el encuentro “Hemos derrotado no solo al mejor equipo de este mundial sino al que jamás nos haya enfrentado”.
Curiosamente días más tarde Hungría no pudo gritar campeón. Pese a comenzar ganando 2-0, los húngaros vieron como Alemania se quedaba con el título. Muchos dicen que  pagaron carísimo el desgaste ante los uruguayos.
Para Uruguay fue el fin de un ciclo exitoso. El equipo de Juan López, cargado de gloria, tuvo que morder el polvo ante los húngaros. Al retirarse del campo en medio de llantos y desconsuelo, los uruguayos dieron su última gran lección: Los triunfos hacen historia, pero dejar la vida en la cancha también deja su huella.
Fue la primera derrota celeste en 30 años de Mundiales
Uruguay – Hungría y aquel "partido del siglo"
Escrito por Gerardo Bassorelli
EL DIA QUE VENCÍAN LOS CONTRATOS
El día que vencían todos los contratos de 1954 (?), se dio una de esas batallas que perdurarán en la historia de los Mundiales. En la Uruguay europea (?), los charrúas y húngaros dirimían el pase a la final del certámen.  Los últimos campeones habían accedido a la segunda ronda tras derrotar 2 a 0 a Checoslovaquia y 7 a 0 a Escocia, en un concierto de Borges y Abbadie. En los cuartos de final pudieron superar 4 a 2 a Inglaterra, pero en dicho partido,  su emblema Obdulio Varela, había pasado a scrap (?) por un desgarro que le impedía la práctica activa del talón en el piso.  Entretanto, el equipo sensación del torneo había tenido que luchar mucho para pasar la primera ronda: dos partidos jugados, 17 goles a favor y 3 en contra, producto de un 8 a 3 a Alemania y un lapidario 9 a 0 a Corea del Sur.  En los cuartos de final habían derrotado 4 a 2 a Brasil en un partido como le gusta la gente: donde abundaban las patadas y las jugadas de ataque.
Hay que entender algunas cuestiones: si bien el kamasutra tiene 1800 y tantos años, la plasticidad no era lo que es hoy (?). ¿A qué nos referimos con esto? A que al lado de las marketineras bicicletas de Robinho, los sprints de Messi o las pavadas de Cristiano Ronaldo (?), las moñas y fintas que se ven en este partido darían para la risa. Pero, fundamentalmente, lo que se pone en relieve aquí es la emotividad y la constante vocación de ataque. Lo sublime de lo rústico, casi como orfebres de la emoción (?). Esto es, entonces la certeza de que en aquel entonces la especulación no existía, a tal punto de que jugadores como Schiaffino estaban jugando bastante por debajo de sus posibilidades físicas.  A pesar de la presunción de lo que se esperaba (basado en el antecedente inmediato de Brasil y Hungría) aquí no cundió el juego brusco (aunque siempre hay que contextualizar las murras en su época) y se brindaron por completo al espectáculo.
Sin Puskas (afuera por las patadas recibidas), la responsabilidad ofensiva recaía toda en Czibor y Kocsis, que inquietaban sin cesar a la valla defendida por Máspoli. Uruguay, al no contar con Obdulio, redoblaba esfuerzos en mitad de cancha para cortar rápido y salir con Ambrois o Borges por las puntas. Néstor  Carballo y Luis Cruz eran los pulpos en esa zona. Claro que, había que entender que partes vitales del cuadro estaban averiados y el despliegue físico no pudo durar mucho tiempo. Ni qué decir cuando Czibor aprovecha un error de cálculo de Santamaría, que lo dejó solo y con la pelota picando en el área. 1 a 0 para los Magiares Mágicos (tal como se los conocía) y a sudar la gota gorda para tratar de remontarlo. Aun así, con lo poco que les quedaba de físico apuraban al punto de hacer revolcar un par de veces a Grosics. Claro que a cada contra les pasaba la máxima de la pubertad: la cosa se  iba poniendo cada vez más peluda (?). Ya  a los 20 minutos del primer tiempo el mediocampo se había convertido en una zona de tránsito: si prosperaba la jugada estaban en un arco, si no lo hacía terminaba en una contra feroz. Así se esfumó el primer tiempo: con no menos de 25 llegadas para Hungría y unas 15 para Uruguay, que apelaba al amor propio para lastimar a un equipazo.
Qué decir entonces cuando a los 2 minutos del segundo tiempo, una palomita de Hidegkuti subía el marcador. La cosa, además ya parecía juzgada porque los europeos habían retrasado un poco más a Kocsis y cumplia las funciones de lo que hoy sería un doble cinco. Claro que también hay que decir que con él retrasado, Hungría tenía 4 jugadores netos de ataque.  Aun así, se suscitó una conmovedora entrega uruguaya que fue la más cabal expresión de la garra charrúa. Todos, absolutamente todos, agarraron la lanza y fueron para adelante, sabiéndose inferiores tanto físicamente como en nivel de juego. Tal fue la remontada en juego que los húngaros mostraron un notorio aplacamiento: las llegadas ya no eran con pelota dominada al área, sino que trataban de inquietar a Máspoli con disparos desde fuera del área y, cuando tenían un contragolpe a favor, no había mas que dos jugadores en ataque. La enjundia sudamericana no era cuento: el maracanazo estaba latente y esa capacidad de sacar agua de las piedras podía intimidar hasta al más pintado, amén de que las huellas del durísimo partido con Brasil empezaban a asomar en los magiares. Y así avisaron los campeones, cuando Schaffino picó al arco y, cansadísimo, erró en segunda instancia un gol casi abajo del arco luego de que Grosics atajara su primer remate.  Y qué decir cuando Hohberg recibió en el área solito y con un sutil toque de derecha puso el 1 a 2 y todavía faltaban 15 minutos para finalizar el cotejo.
Los muchachos de la tierra de donde es oriundo el enano que encarnaba a Alf comenzaron con la autoterapia de criogenia (?). Ahí mismo Hungría salió decidido a aumentar el marcador y poder regular con vistas a la final. Kocsis tuvo el 3 a 1, luego de pelearle una pelota en el área al extenuado William Martínez y gambetear a Máspoli, pero su remate fue salvado en la línea providencialmente por Andrade.  Al minuto nomás, Buzansky enmendó un grosero error de su arquero en la salida de un córner e imitó a su colega uruguayo, abajo del arco,  al despejar  el remate de Souto . Al ratito,Lorant vuelve a salvar sobre la línea otro error de Grosics, que le dejó servida la pelota a Ambrois. Pero, faltando apenas cuatro minutos, otra vez el argentino nacionalizado uruguayo Juan Eduardo Hohberg logró lo imposible. En una angustiosa definición, donde dejó atrás al golero húngaro primero, y a la pelota después (?) puso el 2 a 2 que automáticamente llevaba el partido al alargue. La desazón de los jugadores húngaros era generalizada. Al mismo tiempo que el estadio estallaba en júbilo, el propio Hohberg se desmayaba de la emoción (!) y los médicos ingresaron faltando 1 minuto para reanimarlo (!!!).
Hubo que ir al tiempo suplementario, en donde abundaron los gestos deportivos y el componente emotivo se exponenció más y más. Era ver jugadores que dejaban de renguear para correr la pelota hasta quedar, literalmente en el piso. Como no podía ser de otra forma, cada vez que la pelota pasaba cerca se levantaban e intentaban hacerse con ella. Hasta los fotógrafos observaban el partido parados detrás de los arcos y saltaban y se lamentaban ante una ocasión perdida por cualquiera de los equipos. Lo tuvo Uruguay, otra vez en los pies de Hohberg, pero su remate fue devuelto por el palo y en el rebote, Schiaffino no llegó a empujarla a la red. A su vez, Máspoli agigantaba su figura agarrando todos los centros que caían al área uruguaya.  Pero, faltando 10 minutos para los 120´Kocsis aumentó de cabeza y 6 minutos después remató la faena. Uruguay quedaba elminado del mundial y tenía que ir a jugar el tercer puesto con Austria. Hungría, considerado el mejor equipo del mundo, pasaba a la final.
La verdadera garra charrúa, tan denostada después, fue explícita en la derrota uruguaya. Bozsik comentó, años después, que casi llora cuando Schiaffino fue a felicitarlo. “Fue el mejor partido, el más humano de mi vida”, declaró. Gyula Mandi, el técnico húngaro, dijo tras la final “le ganamos al mejor equipo que alguna vez enfrentamos”.


LA HAZAÑA ALEMANA Y SU RELACIÓN CON ADIDAS
Una hazaña histórica comandada por Fritz Walter, el capitán, y Rahn, el autor de los dos últimos goles, el último de ellos a seis minutos del final de una segunda parte donde los alemanes se adaptaron mejor al terreno de juego totalmente mojado merced a unas botas especiales de mayor agarre creadas por un compatriota de nombre Adi Dassler, el fundador de Adidas. Un final que supuso guardar las botellas de vino preparadas para el festín previsto del “equipo de oro” y acabar con su invicto de 33 partidos.

EL MARACANAZO HÚNGARO
El Maracanazo húngaro
Lo imponderable volvió a dejar sus marcas en un Mundial. Cuatro años después de que Brasil viera escapar el título frente a Uruguay, fue el turno de una de las supremacías más incontestables de la historia del fútbol desmoronarse frente a la fuerza física y la obstinación de los alemanes. La poderosa Hungría, campeona olímpica en 1952 y dueña de un fútbol sumamente ofensivo y eficiente, llegó a la final del torneo con una marca envidiable: 31 partidos invicto y la retrospectiva de una goleada por 8 a 3 frente a los mismos alemanes en la primera fase.
La más grande estrella húngara era Ferenc Puskas, el "Mayor Galopante". La selección comandada por Gusztav Sebes tenía otros jugadores de extremo talento. Además de Puskás, se destacaban los atacantes Sandor Kocsis y Nandor Hidegkuti y el mediocampista Jozsef Bozsik.


SOBERBIA GIGANTE
Soberba
Apesar do receio de que o “fator psicológico” pudesse influenciar negativamente a seleção, a expectativa no Brasil era otimista quanto à participação do país na Copa. Cabeça de chave do Grupo A, o Brasil não enfrentaria a França na primeira fase e teria pela frente México
e Iugoslávia (enfrentados também na 1ª fase em 1950), adversários que não assustavam. Porém, nas quartas de final, a expectativa era de um duelo contra a Hungria. Temida na Europa, mas nem tanto pelos brasileiros.
O atacante Pinga, por exemplo, afirmou que a defesa húngara era o mesmo que “uma porta mal fechada”. Já o técnico Zezé Moreira comparou o time europeu ao Paraguai. A imprensa brasileira também ajudou no clima de soberba. Após espionarem um treino da Hungria, a revista Cruzeiro taxou o atacante Puskas, astro do time, de “jogador medíocre, com capacidade de jogar, no máximo, no América-RJ, nunca no Flamengo ou no Vasco.”

EL CASTIGO DEL 50
Saiba mais
O injustiçado Vários jogadores vice-campeões mundiais em 1950 tinham condições de disputarem também a Copa de 1954, mas pagaram pela cobrança por renovação na seleção. Entre eles, Zizinho que ainda era o melhor jogador em atividade no Brasil. Entre as justificativas para deixá-lo de fora estava uma possível influência negativa do meia no elenco e até o fato de Zizinho ser comunista. “Poderiam arrumar uma desculpa melhor”, reclamou o jogador.

NÚMEROS FIJOS
A Copa da Suíça foi a primeira competição a adotar numeração fixa para os jogadores. Assim, os atletas tiveram um número próprio na camisa, de 1 a 22, que os acompanharia durante todo o torneio, independentemente de serem titulares ou reservas. A ideia era facilitar a identificação de cada jogador. Cada confederação definia a seu critério a distribuição dos números.

MUNDIAL & NEGOCIOS
Copa como negócio
Pela primeira vez a marca “Copa do Mundo” foi licenciada. Com isso, foram vendidos suvenirs e espaços publicitários nos estádios. Com a entrada de dinheiro da iniciativa privada, a captação de recursos para o Mundial não teve participação do governo suíço.

CULPA DE LOS JUECES
A eliminação verde-amarela para a Hungria também foi colocada na conta do árbitro inglês Arthur Ellis, classificada de “calamitosa” pelo repórter.
As principais reclamações foram com relação ao pênalti cometido por Pinheiro “inexistente”, que originou o terceiro gol húngaro e o lance que sacramentou a derrota do Brasil, com Kocsis empurrando para as redes em “clamoroso offside”. No relato, o árbitro inglês foi de uma “parcialidade a toda prova dando a Hungria o melhor do seu apoio, enquanto perseguia implacavelmente a equipe do Brasil”.

EL GOLERO MAS GOLEADO
 Al arquero coreano Yung Hong Duk le convirtieron 16 goles en dos partidos.

HERMANOS CAMPEONES
Fritz y Otmar Walter, de Alemania Occidental, se convirtieron en los primeros hermanos en ganar un Mundial. En las semifinales se había convertido en los primeros hermanos en marcar goles en un mismo partido de un Mundial.

29 AÑOS POR LA BORDA
Hungría llegó a disputar la final con un invicto de 29 partidos en cuatro años.

AMATEURS PERO CAMPEONES DEL MUNDO
" El equipo alemán era aficionado, ya que en aquel tiempo no había una liga profesional en ese país.

DE JUEZ A COMENTARISTA
" Arthur Ellis, el árbitro inglés que dirigió "la batalla de Berna", se convirtió en comentarista de un programa de TV de la BBC.

EL HIMNO CANSÓ – LA EXCUSA PERFECTA
El entrenador escocés Tommy Docherty puso como insólita excusa a la derrota que el himno nacional tocado antes del partido había sido tan largo que sus jugadores quedaron exhaustos antes de comenzar a jugar.

CUESTIÓN LINGÜÍSTICA
Perdidos
Sem falar nenhuma palavra em inglês, francês ou alemão, os jogadores da Coreia do Sul ficavam literalmente perdidos na Suíça e recebiam ajuda de policiais suíços, após os jogos.

¿ CAPITÁN NAZISTA ?
Capitão 'nazista'
Fritz Walter, capitão alemão na Copa de 1954, foi paraquedista do exército de Adolf Hitler

CONFESIONES HUNGARAS- GROSICZ
Más de 50 años después  de Berna, este hombre abrió su corazón en una entrevista mantenida con el periódico alemán “Süddeutsche Zeitung“ y desahogó su alma tras la derrota de este modo: “En la pausa tenía la sensación de estar al borde de la tumba. Ahora estábamos dentro.“ Al llegar a su patria, Hungría, al guardameta le pasó lo siguiente: “Varios miles de húngaros salieron a las calles y protestaron. Al principio por el dolor de la derrota, pero después pasó a ser una demostración política contra la dictadura comunista. Entonces fue cuando comprendimos lo que significábamos para nuestros compatriotas. Este partido desató en ambos países un desarrollo político enorme, pero completamente contrario . En Alemania en sentido positivo: Somos respetados de nuevo, el milagro económico y todo eso. En Hungría desembocó directamente en el levantamiento de 1956.“
Hay que comprender el tiempo de aquel entonces para poder ordenar los sucesos que siguieron posteriormente. De repente estaba un guardameta, que no hubiera podido parar un balón, bajo la sospecha de ser un delator. La realidad es que los perdedores de Berna, que antes fueron invencibles durante cuatro años y habían celebrado el fútbol, fueron transportados inmediatamente después de su llegada a la patria a un campo de entrenamiento en Tata.  Allí les “recibió“ el hombre de confianza de Stalin, un tal Primer ministro Rakosi.
Grosics se acordaba más tarde de ello: “Mantuvo un pequeño discurso, más o menos así: Esta ha sido una derrota, algo así siempre puede pasar. En los próximos campeonatos mundiales lo haremos mejor. Hasta entonces nadie necesita tener miedo. Pero exactamente en ese momento empezaron a sentir miedo la mayoría del equipo. Porque era una pura amenaza.“
La peor consecuencia para el solitario guardameta: Después de la Copa Mundial de la FIFA el servicio secreto húngaro atosigó durante meses a Gyula, le pusieron bajo arresto domiciliario y ciertamente se le acusó además de un supuesto espionaje en diciembre de 1954. Su padre perdió el puesto de trabajo. “Se me observó durante 13 meses y siempre tenía que presentarme ante las Autoridades. Naturalmente que tenía miedo. En 1950 se ahorcó a un jugador de la selección sólo porque al parecer quería escaparse del país.“ Después de estos terribles 13 meses, se dejó libre al guardameta por falta de pruebas.
Deportivamente en aquellos años todo empezó a ir cuesta abajo para el guardameta. La estrella del club mundial Honved Budapest fue desterrado por algún tiempo a la provincia Tatabanya.
Mientras que otras estrellas húngaras como Sandor Kosics en Barcelona o Ferenc Puskas en el Real Madrid acabaron como refugiados, el humillado Grosics siguió fiel a la patria y jugó para Honved y para Hungría. En el año 1989, aquel año en que comenzó el cambio político en el Bloque del Este, demostró valor y participó en un movimiento democrático de su país. Pero las cicatrices de una derrota histórica y las severas represalias posteriores se le han quedado clavadas en el corazón de aquel guardameta.

BRASIL  RUMBO  SUIZA CON BASE PORTUGUESA
E o Brasil , pela primeira vez, encarava as eliminatórias sul americanas, contra apenas outros dois pretendentes: o Chile e o Paraguai. E, enquanto festejávamos o Carnaval já em 1954, o Paraguai assustou ao faturar o Chile duas vezes, por 4x0 em Assunção e por 3x1 em Santiago. Mas não houve surpresas, pois vencemos os quatro jogos, contra Chile e Paraguai e selamos a viagem para a Suíça. O jogo decisivo foi contra o Paraguai no Maracanã, em 21 de março de 1954, com arbitragem francesa. O técnico era Zezé Moreira e, depois de um preocupante 0x0 no primeiro tempo, a seleção deslanchou e goleou por 4x1, com gols paulistas: Julinho (2), Baltazar e Maurinho. A Portuguesa era quem tinha mais jogadores na seleção (quem diria, hein!): Djalma Santos, Brandãozinho e Julinho. O time, nessa partida, formou com: Veludo (Fluminense), Djalma Santos, Gerson (Botafogo), Brandãozinho e Nilton Santos (Botafogo); Bauer (São Paulo) e Didi (Fluminense); Julinho, Humberto (Palmeiras), Baltazar (Corinthians) e Maurinho (São Paulo). 

EL TRIPLETE DE BORGES
 IMPRESIONANTE “HACK TRICKS” DE BORGES ANTE ESCOCIA
El debut de Uruguay en la Copa del Mundo de 1954 arrancó con un triunfo ante Checoeslovaquia por 2:0. La defensa del título comenzó de manera exitosa. Juan López definió los once jugadores on Máspoli, Santamaría y William Martínez; Rodríguez Andrade, Obdulio Varela y Luis Alberto Curz; Abbadie, Ambrois, Miguez, Schiaffino y Carlos Borges. El partido no fue nada fácil. Míguez a los 71’ y Schiaffino a los 85’ de tiro libre, concretaron la victoria ante el importante equipo checo.
El próximo encuentro marcaba el partido ante Escocia. Fútbol británico poderoso, de la cuna de este deporte moderno, significaba una nota de atención para los Campeones del Mundo. La performance de Uruguay fue espectacular. Nada menos que un 7:0 contundente, con lujos y goles de alta factura donde –una vez más- el peligroso wing uruguayo estuvo en el marcador. ¡Y de qué forma! Convirtió tres goles espectaculares.
En aquel tiempo los periodistas deportivos que escribían en los diarios, se caracterizaban por utilizar un perfecto léxico para construir sus notas. Estaban alejados totalmente de los modismos que hoy se consumen importados de Europa. Por lo tanto, eso que hoy han puesto de moda como “hacks tricks”, para los uruguayos eran, simplemente, tres goles… Y punto.
Hoy se titularían las páginas de los diarios con un rotundo “hack tricks de Borges”. Sin embargo, “El Diario” fue contundente a su manera. Con letras importantes sentenció un claro: “Sensacional espaldarazo internacional para el winger izquierdo Borges”. Realmente era así. Un “espaldarazo” a gran nivel mundial, para este “Lucho” del Buceo que no figuraba en los planes de los especialistas y a quién Juan López “hizo” puntero zurdo para que pudiera integrar el equipo de Peñarol y la selección. Con Julio César Abbadie por la derecha, jugador de clase, alta técnica y visión de cancha, Uruguay encontró en Carlos Borges por la derecha al jugador explosivo, potente, de enorme velocidad y goleador. Además, habilitado por Juan Alberto Schiaffino cómo sólo él sabía hacerlo, aquella “ala” izquierda de Uruguay resultaba imparable.

LOS CAMPEONES DEL MUNDO VS LOS INVENTORES DEL FÚTBOL
NO RESPETÓ NI A LOS INGLESES: PRIMER GOLD E BORGES
El particular reglamento que rigió los destinos de la Copa del Mundo de 1954 en Suiza, determinó que al conseguir dos triunfos consecutivos, Uruguay clasificara para disputar los cuartos de final, sin necesidad de enfrentar a Suiza, que también integraba el grupo C. El rival de turno era nada menos que Inglaterra.
Los británicos, inventores del “fútbol moderno” a partir de 1863, nunca fueron gran cosa en el mundo del deporte que crearon. Mantenían –y aún hoy lo tienen-, cierto prestigio y generan temor a sus rivales, por ese pasado y el rol de protagonistas que tuvieron en concebir las reglas del fútbol partiendo de las del rugby. Pero nunca tuvieron preeminencia en el “mundo que encierran cuatro líneas de cal”. No apoyaron la creación de la FIFA. Luego tomaron su conducción a poco de su fundación para impedir su desarrollo, basados en la necesidad de mantener el poder dentro de sus Islas Británicas como si ellas fueran la meca del fútbol, impidiendo su difusión masiva. Después se desafiliaron  al iniciarse la década del veinte y estuvieron al margen hasta la Copa del Mundo de 1950. En ella, en Brasil, protagonizaron el gran papelón de la historia. ¡Perdieron y quedaron eliminados ante la modestísima selección de Estados Unidos!
Al mundial suizo llegaron con dos contrastes importantes. Dos borrones en el aparentemente inmaculado cuaderno del fútbol británico que se sumaron a la catástrofe de Brasil 1950. Los dos episodios se registraron en 1953. En mayo y en Montevideo, en el Estadio Centenario, frente a los Campeones del Mundo, Inglaterra cayó 2:1 en un cotejo en donde –según afirman testigos presenciales y se lee en los periódicos de la época-, de no mediar la tozudez de Míguez que quería convertir goles de taquito, chilena y “rabona”, el tanteador pudo ser catastrófico. En noviembre los húngaros de Puskas no tuvieron miramientos y en el mítico Wembley le ganaron 6:3 a Inglaterra propinándole la primera derrota de la historia en su propio suelo.
Allí, en la Copa del Mundo de 1954, frente a los uruguayos, en Basilea, se encontraban varios de los británicos famosos de todos los tiempos. El golero Merryck, el zaguero Wright, el atacante Lofthouse y los punteros Stanley Matthews (el legendario wing derecho de 39 años) y Tom Finney en la zurda.
Uruguay salió apabullando a los ingleses y -¡cuando no!- a los 5’ de juego llegó el gol de Borges para abrir el tanteador. Luego empató Inglaterra y Obdulio Varela, con un gran remate desde fuera del área, puso el 2:1 a favor. El capitán festejó con un salto y al caer estalló el músculo de su pierna izquierda. ¡Desgarrado apenas fue en el resto del encuentro durante 55’ una figura nominal arrastrándose en la cancha! Hay que recordar que no existían los cambios, por lo que un jugador al lesionarse se mantenía en la cancha como podía o se retiraba del terreno. Pasó Schiaffino de centre half. Dictó cátedra asombrando al mundo. En inferioridad numérica Uruguay ganó 4:2 y clasificó las semifinales. A esa altura Schiaffino ya era jugador del Milan a raíz del cierre de las negociaciones entre los dirigentes de Peñarol y los italianos.

LAS DOLOROSAS DERROTAS CELESTES
Después del gran triunfo ante los británicos se constató que no sólo Obdulio Varela no podía jugar ante Hungría el encuentro semifinal. Julio César Abbadie quedó lesionado de consideración, sin posibilidad de mantenerse en el equipo.
El suplente natural del capitán –Néstor Carballo- ingresó automáticamente a la once como cambio cantado. La sustitución de Abbadie, en cambio, generó una polémica y confusión que el tiempo transcurrido  no ha podido develar. Existió una reunión de Hohberg con los periodistas escritos y radiales que se encontraban en Lausana para cambiar ideas sobre el tema. Existen versiones que señalan que Juancito les brindó el equipo a los periodistas y les pidió opinión, la cual fue mayoritariamente favorable. La Comisión de Selección hizo lo suyo. Otros sostienen que Luis Tróccoli, integrante de la misma, fue determinante para la salida de Míguez. Finalmente las que debieron ser dos modificaciones obligadas en el ataque, resultaron ser tres. Se excluyó a Oscar Omar Míguez ingresando por él Juan Eduardo Hohberg, en tanto el puntero derecho de Nacional, Rafael Souto, entró por Abbadie. La fotografía tomada en el lluvioso campo de juego aquella tarde, muestra a Schiaffino en la posición de No. 9 en lugar de Míguez y Hohberg como entreala izquierdo. Con lo cual, a las variantes, se agregaba una cuarta de carácter posicional. ¿Cuál es la realidad?
El partido fue electrizante. Hungría se colocó arriba en el marcador 2:0 en jugadas donde Máspoli estuvo remiso. En base a gran juego y empuje, Uruguay empató en los últimos minutos mediante dos goles de Hohberg. En el último minuto una pelota enviada por Schiaffino al arco sin golero, se “planchó” en el barro y no entró. Era el gol de la victoria. Fueron al alargue de media hora. Nuevamente errores de Máspoli ante el atacante Kocsis, ambientaron dos goles de cabeza.
Carlos Borges no estuvo en el marcador y su rendimiento no fue el mismo de los partidos anteriores. ¿Influyó el cambio posicional al quitarle  del ala a Schiaffino, con quién se entendía de maravillas? Imposible responder la interrogante…
El último partido de Uruguay en la Copa del Mundo de Suiza, luego de resignar su título de campeón a manos de Hungría, marcó la caída ante Austria 3:1 quedando en cuarto lugar. Para una gran mayoría, diversos errores de todo tipo en las horas previas al cotejo frente a los magyares, determinaron que se entregara el título que tanto costó conseguir en Maracaná.


LA TECNICA EN SUIZA 1954
Cinco concepciones tácticas brillaron con luz propia en este Mundial de Suiza.
Cinco estilo que quedarian ademas como postulados tecnicos para la posteridad. Suiza puso en juego el verrou, sistema de cerrojo que consistía en colocar una doble llave destructivaen una de las dos alas defensivas, con un líbero que fluctuaba entre este lateral y el centro, y un quinto defensa que jugaba poco menos que a la altura del portero, en el centro del área y que solo salía de su demarcación para ir en apoyo del otro lateral si esta era superado por el extremos contrario.
Brasil practicó en Suiza el sistema 4-2-4 que cuatro años más tarde en Suecia 58 le iba a dar su primer triunfo en la Copa del Mundo.
Inglaterra utilizó el sistema de la WM (la disposición de sus jugadores en el césped conformaba estas dos letras del abecedario).
El de Alemania fue el fútbol menos técnico del torneo y a la vez el más avanzado, por cuanto veinticinco años después medio mundo futbolistico copiaría sus normas de juego.
Era un juego de destrucción  y poderío fisico que abría las puertas de par en par hacia lo que poco a poco se impondría como una realidad : el jugador atlético.
El triunfo de Alemania fue una alerta sobre lo que podía alcanzar el poder fisico en el fútbol
Pero fue Hungría quien dejó las mejores enseñanzas tácticas-El montaje del equipo era vanguardista desde el portero Grosics, que fue el primero en alterar la concepción del meta atajador de balones, para convertirse en un jugador más, especialmente en las salidas y entregas de la pelota. La línea de zagueros quedaba constituida por tres elementos base de un bloque más elástico y móvil que lo acostumbrado en aquellos tiempos .
Precisamente toda la fuerza de la ofensiva hungara se apoyaba en su lateral derecho Buzansky, que solía ir hacía la línea de fondo contraria, como aporte de aceleración y sorpresa.
Boszik, el medio derecho, hombre de creación y ataque, relevaba admirablemente a Buzansky en sus subidas .-
La cabeza de Kocsis estaba siempre atenta a los servicios de estos hombres y así logró algunos de sus 11 goles en la fase final . Esta misma maniobra realizaba el  lateral izquierdo Lantos con el interior de este mismo lado, Hidegkuti. Los dos extremos, Czibor y Coth no se replegaban y Puskas, a pesar de que jugó poco era el jugador que salía con el balón controlado desde el círculo central y siempre en vertical hacía el marco contrario, con el medio Zakarias en labor de apoyo unos metros detrás de él. Así se ubicaba toda una compleja trama táctica, basada en definitiva en las condiciones técnicas de todos los jugadores.

GUSZTAV SZEBES - ENTRENADOR DE HUNGRÍA (1906-1986)

MUNDIAL 1954 * PARTE 3

HISTORIA DE LOS MUNDIALES DE FÚTBOL
MUNDIAL 1954 –
WORLD CUP 1954 –
COPA DO MUNDO 1954 * PARTE 3


EL URUGUAYO ORGANIZADOR
El Comité Organizador del Mundial de Suiza 1954 contó con la presencia del dirigente uruguayo Cr Lorenzo J. Villizio siendo muy elogiada su gestión, esa Comisión fue presidida por el suizo Ernest B. Tomen y completada por el ya legendario dirigente italiano Ottorino Barassi; el belga Bergerus; el reincorporado renunciante de 1949 M.Delaunay de Francia; Sir Stanley Rous de Inglaterra y Wiederker, de Suiza, también con la activa intervención del helvético Gassmann como secretario de FIFA y del propio Comité organizador.

FIFA LA CINCUENTONA
Durante la realización del Mundial los dirigentes de FIFA y sus esposas encabezaron un desfile callejero celebrando el Cincuentenario de la Federación fundada el 21 de mayo de 1904

LA PREPARACIÓN CELESTE.
Antes del mundial Uruguay realizo algunos amistosos, jugó en Lausana contra Suiza, goléo a Sarre (territorio separado de Alemania), jugó contra el Real Madrid en su estadio de Chamartín.
Se decía que el equipo del 54 era superior al del 50 aunque Obdulio Varela estaba a punto de cumplir 37 años, aunque no estuvo Ghiggia transferido al fútbol italiano en 1953, ni tampoco Gambetta lesionado y ya veterano, el plantel se había enriquecido con jugadores como Santamaría, William Martinez, Ambrois o Abbadie.


DE “FÚTBOL A SOL Y SOMBRA” DE EDUARDO GALEANO
“…Mientras en Suiza se cantaban los himnos de dieciséis países, inaugurando el quinto Campeonato Mundial de Fútbol, en Guatemala los vencedores cantaban el himno de los Estados Unidos celebrando la caída del presidente Arbenz, cuya ideología marxista leninista estaba fuera de toda duda porque se había metido con las tierras de la United Fruit.
En el Mundial del 54, participaron once equipos europeos, tres americanos, Turquía y Corea del Sur. Brasil estrenó la camiseta amarilla con cuello verde, en vista de que la anterior camiseta, blanca, le había dado mala suerte en Maracaná. Pero el color canarito no tuvo efecto inmediato: Brasil fue derrotado por Hungría en un partido violento, y no pudo llegar ni a las semifinales. La delegación brasileña denunció ante la FIFA al árbitro inglés, que había actuado «al servicio del comunismo internacional, contra la Civilización Occidental y Cristiana».
Hungría era la gran favorita de esta Copa. El demoledor equipo de Puskas, Kocsis y Hidegkuti llevaba cuatro años invicto, y poco antes del Mundial había goleado a Inglaterra 7 a 1. Pero éste fue un campeonato extenuante. Tras el duro enfrentamiento con los brasileños, los húngaros exprimieron sus energías contra los uruguayos. Hungría y Uruguay jugaron a muerte, sin darse tregua, y se agotaron mutuamente hasta que dos goles de Kocsis definieron el partido en el alargue.
La final fue contra Alemania. Hungría ya la había derrotado por paliza, 8 a 3, al comienzo del Mundial, y en aquel partido había quedado fuera de combate el capitán Puskas. En la final, Puskas reapareció, jugando a duras penas en una sola pierna, al frente de un equipo brillante pero gastado. Hungría, que iba ganando 2 a 0, acabó perdiendo 3 a 2, y Alemania conquistó su primer título mundial. Austria obtuvo el tercer lugar. Uruguay, el cuarto.
El húngaro Kocsis fue el goleador de la Copa, con once tantos, seguido por el alemán Morlock, con ocho, y el austríaco Probst, con seis. De los once goles de Kocsis, el más golazo fue hecho contra Brasil. Kocsis se lanzó como un avión, voló un buen rato en el aire y cabeceó al ángulo.”


NUEVA AUSENCIA ARGENTINA
Motivos de la nueva ausencia
"Continuaba el aislamiento en competencias internacionales, como ocurrió en el Mundial 50 y en los Sudamericanos de 1949 y 1953. Esa decisión se revirtió desde 1955. Las excusas eran el enfrentamiento que sostenía la AFA con la dirigencia sudamericana y la postergación de Argentina como sede de un Mundial. En realidad, no compitió en Suiza porque así lo decidió el Gobierno Nacional, por razones de su propia política."

GUILLERMO STABILE ANALIZA EL MUNDIAL 54 Y  LA AUSENCIA ARGENTINA
"La Selección hubiera tenido una figuración destacada"
Por Guillermo Stábile
Extracto del informe que presentó a la AFA como veedor en el Mundial
(El Gráfico y el Mundial número 5, Septiembre de 1977)
(Introducción: El Gráfico y el Mundial) La Argentina, manteniendo una política de aislamiento internacional, no participó del Mundial de 1954, pero la AFA envió al entonces seleccionador único, Guillermo Stábile, como observador del Campeonato. A su regreso, Stábile presentó un informe de seis carillas que él mismo calificó como "Resumen de las diversas observaciones hechas en cumplimiento de una honrosa distinción". En sus párrafos más salientes, acaso también los más polémicos, expresaba lo siguiente:
"En mi opinión, apreciando el actual poderío del fútbol nuestro y recordando lo que he visto en otros campeonatos del mundo, este de 1954 no ha de figurar entre los mejores en cuanto a calidad del término medio, pudiendo afirmarse que la selección argentina hubiera tenido una figuración destacada. Europa, en general, ha desterrado de su fútbol todo aquello que no sea efectivo, práctico, directo.
Estoy convencido de que se puede establecer un equilibrio entre lo útil y lo vistoso, especialmente cuando se dispone, como nosotros, de tantos elementos de extraordinarias condiciones. No creo que en nuestro país lleguemos a cometer la tontería o el error de disciplinar el juego tan exageradamente con tácticas y sistemas, quitando al jugador la libertad necesaria para mostrar personalidad y creación, virtudes que también son productivas. No por sí solas, exclusivamente, sino unidas a las otras. Pero tampoco esas 'otras' -tácticas, sistemas, marcaciones, sobriedad, espíritu de equipo- consiguen transformarse en triunfos importantes cuando falta talento personal. Lo mejor de que disponen los jugadores argentinos son sus recursos naturales. Su genio futbolístico es magnífico y mi opinión a este respecto es terminante. Lo que se impone es insistir en que tales recursos sean empleados en la proporción justa y no en demasía. Como un medio para llegar a un fin, que es el gol, y nunca como fin exclusivamente. Para algo se han puesto los arcos. Me parece muy bien que nustros jugadores sepan gambetear, dominar la pelota, realizar toda clase de malabarismos, pero estableciendo el término medio indispensable entre la retención de la pelota, el uso del dribbling y la velocidad del juego, de manera que sus mejores y más preciados atributos no se conviertan en defectos.
El equipo húngaro, pese a haber perdido el Campeonato Mundial, fue el mejor de todos los que compitieron en el certamen. Me apresuro a manifestar que son buenos, que son excelentes jugadores y practican un juego de alta calidad pero, entiéndase bien, no son fenómenos del fútbol. Los húngaros tienen una defensa nada más que discreta y una magnífica línea delantera. Marcan como en nuestro medio, aunque tienen siempre la precaución de no adelantarse en demasía, y se advierte una diferencia con respecto a lo que se acostumbra entre nosotros: cuando atacan se adelanta un solo half de apoyo, por lo general el volante derecho, mientras que el izquierdo (en nuestro fútbol Pescia o Gutiérrez) queda reforzando la defensa y ésta se constituye, así, con tres defensores en línea y el restante algunos metros más atrás. Pensando en nuestro medio, no creo que sea cuestión de aceptarla de plano: habría que tener en cuenta el adversario, la cancha donde se juegue el partido y, sobre el mismo terreno, proceder de acuerdo con las alternativas del juego y del score.
Los húngaros fueron al Campeonato Mundial llevando cuatro entrenadores para observar: Vokovi, Mandi, Kalmar y Kalocsay. Dividieron a los integrantes de la selección en dos equipos, A y B, entregando cada uno de ellos a un director. Se entrenaron de martes a viernes, pero los lunes hay baños y masajes. El programa de los restantes días fue el siguiente. Martes: Preparación física, gimnasia y juegos. Miércoles: Fútbol entre ellos. 60 minutos, así divididos: 20' con botines, 20' con zapatillas y 20' en medias. Jueves: baño y masajes. Viernes: Gimnasia y juegos. Sábado: Reposo."

LOS AUSENTES BRASILEÑOS
Si bien Brasil participó en el Mundial algunos consideraron que ciertos jugadores debieron estar en la lista final, caso de Zizinho del Bangú e Ipojucan del Vasco da Gama quienes previamente al Mundial tuvieron altercados con el entrenador Aimoré Moreira.

¿ DOPING ALEMAN ?
Según el alemán Eckel a los jugadores les inyectaron glucosa y vitamina C antes de la Final.
Varios jugadores de la RFA se doparon en el Mundial de 1954
Varios jugadores del equipo de la República Federal de Alemania (RFA), que ganó el Mundial de fútbol de 1954 en Suiza, se doparon con inyecciones de pervitina, una metanfetamina dopante, según un estudio universitario.
Según el informe, dado a conocer el lunes, los alemanes, que ganaron por sorpresa la final contra la Hungría de Ferenc Puskas (3-2), creían que las inyecciones que recibían eran de vitamina C.
Los alemanes, apodados desde entonces "los héroes de Berna", recibieron en realidad inyecciones de metanfetamina, una sustancia que ya se administraba a los soldados del país durante la II Guerra Mundial y que hoy en día está incluida en la lista de productos dopantes prohibidos.
El estudio, que lleva por título "Dopaje en Alemania", está financiado por el Comité Olímpico alemán y según sus primeros resultados el dopaje se utilizó sistemáticamente en la RFA desde 1949. (AFP)

CUALQUIER NÚMERO, CUALQUIER JUGADOR
Cada jugador tenía un número exclusivo en la camiseta. Esto fue muy criticado ya que despistaba ver a porteros con en número 22 o delanteros con el 17.

PARTIDO NADA ABURRIDO 7 A 5
Se disputa el partido con mayor número de goles en la historia de los mundiales. Suiza 5 -Austria 7. En ese encuentro el guardameta y otro jugador suizo jugaron semidesmayados durante sesenta minutos.
El partido es conocido por su nombre alemán, "Hitzeschlacht von Lausanne" (en español: "La batalla de calor de Lausana"), debido a la alta temperatura bajo la que se jugó (40°C).

FIGURA MILITAR
La figura del Mundial fue Ferenc Puskas (Hungría). Capitán del equipo y coronel del ejército húngaro.

EL MUNDIAL POR LA TELE
La televisión hace su aparición y gracias a ella más de 4 millones de europeos siguieron en vivo por primera vez una Copa del Mundo.
EL MUNDIAL POR LA TELE

SUBCAMPEONES RECORDISTAS
Hungría, subcampeona, anotó 27 goles convirtiendo la mayor cantidad conseguida por una selección en un mundial con un promedio de 5,40 goles por cada partido. Fue subcampeona pero recordada como uno de los mejores equipos de la historia
                                                LA MAQUINA HUNGARA DE LOS AÑOS 50

SORTEO TURCO
España y Turquía se enfrentarse en dos partidos eliminatorios para acudir a esta cita mundialística. En Madrid ganó España por 4 a 1 y en Estambul ganó Turquía por 1 a 0. Antes de comenzar el desempate llegó un telegrama para la delegación española de parte de la FIFA. El cual indicaba la prohibición de formar parte del juego al húngaro Ladislao Kubala por irregularidad en su fichaje. El partido terminó empatado 1 a 1 y en el sorteo para asignar quien iba al Mundial salió el papel de Turquía.

                          EL SORTEO QUE DEFINIÓ LA CLASIFICACIÓN TURCA



UN MUNDIAL CON MUCHOS GOLES
Se convirtieron 140 en 26 partidos con un promedio de 5,38 por partido. El más alto hasta el momento.

EL MAS JOVEN Y EL MAS VIEJO       
Coskun TUR     19y 41d   Matthews ENG       39y141d

EL PARTIDO MÁS VIOLENTO DE LA HISTORIA : LA BATALLA DE BERNA
El partido más violento de la historia de los mundiales fue en Suiza 54. Fue el que protagonizaron Brasil y Hungría en semifinales en la ciudad de Berna. Hubo golpes de puño, ingreso de hinchas al campo de juego, botellazos, etc. Fueron tres los jugadores expulsados y hubo dos penales, Se cometieron 42 faltas. Dos futbolistas terminaron fracturados. La FIFA no aplicó sanciones.
Las expulsiones no ayudaron mucho en el partido entre Brasil y Hungría en 1954. 3 jugadores fueron expulsados, aunque si fuera en la actualidad el número habría sido mucho más alto. El encuentro produjo escenas deshonrosas y se lo denominó como "La batalla de Berna". Los jugadores continuaron peleando camino a los vestuarios después del silbato final. Hungría ganó el partido 4-2. 
La batalla de Berna
Hungría-Brasil, para muchos la final anticipada del torneo, acabó en una auténtica guerra. Pese a la ausencia de Puskas, lesionado, los magiares, con goles de Hidegkuti y Kocsis, se colocaron con un 2-0 favorable en el séptimo minuto. Un penal permitió acortar distancias a Djalma Santos antes del descanso. Luego, Lantos, también desde los doce pasos (un penal muy discutido) colocó el 3-1. Julinho, el 3-2 y ya en los últimos segundos Kocsis acabó con las esperanzas del cuadro brasileño, que había metido dos tiros en el palo.
Hasta el 3-1 el juego había sido duro aunque no violento. Pero, a partir de ahí, los brasileños, contrariados, empezaron a dar patadas. Al comenzar las hostilidades, Josef Boszik, un caballero del fútbol (era además diputado en el Parlamento Húngaro), perdió los nervios y se trenzó a golpes con Nilton Santos. El árbitro inglés Arthur Ellis los expulsó a ambos. Minutos después, Humberto enfiló también el camino de los vestuarios. Al final, se vieron escenas lamentables: tres jugadores persiguieron a Kocsis por todo el campo, Pinheiro rompió una botella en la cabeza del lesionado Puskas, el arquero Castilho le hizo un tackle de rugby a un policía, un fotógrafo brasileño golpeó a otro guardia; sillas, máquinas fotográficas y camisetas destrozadas... En una palabra, lo nunca visto en un Mundial. La FIFA amonestó con dureza a los contendientes pero no impuso ninguna sanción. 


GOLEADOR ASISTIDO
Na Copa do Mundo da Suíça (1954) um fato causou preocupação em todos que estamos assistindo ao jogo entre Uruguai e Hungría. Após fazer o gol de empate para sua seleção, o uruguaio Juan Eduardo Hohberg desmaiou em campo. Ele recebeu atendimento médico e se recuperou no hospital.

RECORD DE INSCRIPTOS
La copa del mundo tuvo récord de países inscriptos (16 clasificaron, 38 participaron sólo de Eliminatorias) y ya era llamada Jules Rimet.

LLUVIA INTENSA LLENO TOTAL
Lluvia Intensa : En el partido Alemania 6 x 1 Austria, igualmente 64.000 personas observaron el partido

UN DT ALEMAN PRE Y POST GUERRA
HERBERGER D.T DE ALEMANIA
EL Gran D.T : El alemán Sepp Herberger dirigió a su selección entre los años 1936 y 1962 logrando el titulo mayor en este 1954

HERMANOS ALEMANES
Hermanos : En Alemania Ottmar y Fritz Walter

ESCONDIENDO TITULARES
Con Suplentes : En la primera fase Alemania jugo su partido contra Hungría con varios suplentes

LOS MEJORES GOLES DEL MUNDIAL 54
Golazos : Julinho de Brasil contra México, Kocsics de Hungría contra Alemania, Josef Hugui de Suiza .

LOS DESCONTROLADOS
Descontrol : Los problemas en el partido Italia x Suiza llevaron a que la Policía invadiese el campo y controlase la situación

INFARTANTE PARTIDO
Electrizante : Así fue el final de los 90 minutos de semifinales entre Uruguay y Hungría ,
Hobbherg logro el empate en el ultimo minuto, de la “incontenible emoción “ (Palabras del relator Juan Carlos Solé), el delantero celeste debió ser reanimado de un desmayo antes de comenzar el alargue.

FIN DEL INVICTO HUNGARO
Fin de un Invicto : Los húngaros campeones olímpicos llevaban 31 partidos sin derrotas al llegar a la Final de la Copa del Mundo.

UN MUNDIAL CON MUCHOS GOLES
Números: 140 goles en 26 partidos se marcaron. 11 goles marcó Sandor Kocsis, el goleador del torneo.
27 goles la suma total que marcó Hungría, récord para un equipo en un mundial. 8-3 le ganó Hungría a Alemania en la primera ronda, en la final la historia sería otra. 7-5 le ganó Austria a Suiza jugando el partido con más goles en la historia de los mundiales. 5.38 el promedio de gol de todo el torneo y el más alto en la historia de los mundiales.

MILAGRO: PERDIÓ URUGUAY
Curiosidades: Uruguay había jugado dos Mundiales antes del 54 y había ganado ambos, por lo tanto, la primera derrota se la propinó Hungría en la prórroga de las semifinales.

EL GRUPO EUROPEO
Por primera vez en la historia, un grupo lo integraron cuatro países del mismo continente (grupo 4, Suiza, Italia, Inglaterra, Bél

EL CUADRADO MÁGICO DEL CUADRO MÁGICO
Hungría era el gran candidato y según dicen, de los mejores equipos que se hayan visto alguna vez.
Había arrasado en los Juegos Olímpicos de Helsinki y después había humillado a Inglaterra en Wembley. Tácticamente retrasó a su centrodelantero y a su puntero y adelantó a sus volantes (Kocsis, Puskas). Entre los cuatro conformaron el cuadrado mágico. El goleador de la competición, apodado Cabecita de Oro por su fuerte cabezazo gritó 75 veces en 68 partidos.
Le ganó a Corea nueve a cero y en cada gol de los europeos, los orientales inclinaban su cabeza en reverencia a los mejores. Al partido siguiente le ganó 8-3 a Alemania que dando por perdido el partido había puesto cinco suplentes; Ferenc Puskas terminó lesionado y por eso no pudo jugar cuartos y semifinales. En cuartos sin su gran figura, triunfó ante Brasil en la Batalla de Berna, por 4-2 en uno de los partidos más violentos de la historia. Hubo 42 infracciones, 2 penales y 3 expulsiones, los hinchas se enfrentaron con la policía y los jugadores se enfrentaron camino a vestuario a las piñas, aunque no hubo sancionados. Para la semifinal enfrentó a Uruguay en “el más bello espectáculo futbolístico que vieron los tiempos” según dijo The Manchester Guardián. Ganaban los húngaros dos a cero pero, dos goles del argentino Hohberg empataron las acciones y las llevaron a suplementario. Kocsis con un doblete olvidó rápido las aspiraciones sudamericanas y a diferencia del partido anterior, los jugadores terminaron llorando de emoción y felicitándose unos a otros por el gran partido que habían jugado.

MAQUINACIÓN INSIDIOSA
Al caer Brasil con Hungría el Jornal dos Sports público “Brasil ha sido victima de una maquinación y de una trampa de los europeos para impedir que ganara la Copa”

EL IMPERIO HÚNGARO
Así se fue construyendo y armando la super selección de Hungría de 1954.
En agosto de 1945 la selección magyar inició el camino de su recomposición enfrentando en Viena a los austríacos- a los que doblegaron por 2 a  0 para recibirlos luego en Budapest y aplastarlos por 5 a 1. En este último cotejo hizo su debut con la casaca nacional un valor joven que defendía al Kispest, se llamaba : Ferenc Puskas.
En 1947 se alinearon Grosics, Boszik, Zakarias; en el 48 lo hicieron Kocsis y Lorant; y en el 49 llegaron Budai, Czibor y Lantos.
En 1949 el Estado hungaro intervino el Deporte, paralelamente se produjo el alejamiento de afamadas figuras que habían alternado con las ya nombradas; y así marcharon al profesionalismo italiano Mike y Nyers, Kubala ingresó al Barcelona y algo más tarde Deak se enroló en un club de la península de la bota.
A raíz de esa remoción organizativa se fundaron dos sociedades deportivas de verdadera importancia: el Honved – sucesor del Kispest- considerado el equipo del Ejercito y el Voros Lobogo, que antes fuera el MTK.
En el Honved se reunieron Puskas, Kocsis, Budai, Czibor, Lorant, Grosics, Boszik; en el Voros Lobogo se encontraron Geller, Lantos, Palotas, Zakarías y Hidegkuti.
Después de una sorpresiva derrota frente a Austria en Viena el 14 de mayo de 1950 Hungría inició el más espectacular ciclo de invencibilidad de que pueda jactarse selección alguna; fueron 31 partidos sin contrastes, con 27 victorias y 4 empates.

BALLET ESLAVO
En la selección de Yugoslavia tuvo especial destaque la actuación del guardameta Beara destacado en su país como gran bailarín de Ballet .

HOJA SECA
En el Partido Brasil x Yugoslavia el brasileño Didí se mandó tremendo gol, “tuvo una belleza otoñal imposible de comparar con el remate del centreforward Zebec que dejó helado al guardavalla Castillo.
Diego Lucero cuenta que ese gol fue historiado como “A folha seca” (La hoja seca) explicable por que Didí le dio a la pelota un toque como de taco de billar pero tan perfecto que la pelota se elevó y desbordando al guardavalla Beara que la buscaba sin encontrarla tomo un efecto que hizo que cayera dentro del arco detrás del arquero, pero muy suavemente, tal como la caída de una hoja seca en la brisa del otoño.


AL RITMO DE LA GAITA CRIOLLA
7 a  0 fue la paliza que le aplicó Uruguay a Escocia, según recordaron los protagonistas, los escoceses practicaban una cobertura al hombre demasiado puntillosa: cuando un uruguayo superaba su marcador, tenía el camino libre al área porque ningún otro rival abandonaba a su hombre.

LA LESIÓN DE OBDULIO
Fue en Cuartos de final cuando Uruguay venció 4 a 2 a Inglaterra, ese día en Basilea marcó la despedida de Obdulio Varela de la selección uruguaya según el mismo, se desgarró festejando su gol – por entonces ya sufría frecuentes lesiones- y debió salir del campo. El equipo disputó con diez hombres todo el segundo tiempo pese a lo cual la victoria no corrió peligro.

VERGONZOSO CUARTO LUGAR …
El equipo de Uruguay fue cuarto en este Mundial de Suiza, entonces la prensa tremendista de la época título en “El Diario” que el cuarto lugar era “un sitial reñido con la tradición uruguaya”esto después que los celestes cayeran con Austria en el encuentro por el Tercer y Cuarto Puesto.


LA GRAN FINAL
ENTRADA A LA GRAN FINAL DE BERNA 54

En la final por un lado la maquina : Hungrós Por el otro bando aparecía una humilde Alemania que se recuperaba de la guerra y quería volver a ser un país “normal”. Contaba con Herberger, un jugador experimentado pre-guerra y con gran poder de persuasión, sirviéndoles de ejemplo a sus compañeros, según Glanville analizó en Historia de la Copadel Mundo. Además estaban Walter y Rahn, dos jugadores decisivos en la final. Pasó la primera ronda tras ganar en desempate a Turquía, luego eliminó a Yugoslavia tras ganarle por 2-0 pero merecer claramente perder, según dijeron periodistas. En semifinales vapuleó a Austria con un cómodo 6-1 Hungría era gran favorita para la final y más cuando a los diez minutos ganaba dos a cero. La pesadez del campo por la lluvia y la ventaja física que pudieron sacar quienes perdían, emparejó las cosas. Morlock descontó y Rahn hizo dos para un final de película.
La gran final
Nadie podía atreverse a no considerar a Hungría como la gran favorita para ganar el título, y que tenía todos los argumentos a favor: desde 1950, los hombres de Sebes no habían perdido ninguno de los 32 partidos que disputaron, habían ganado el título olímpico y contaban con triunfos tan resonantes como un 6-3 en Wembley (el primer K.O. sufrido por Inglaterra de local) o un 7-1 ante el mismo rival en Budapest. Y, además. en el torneo ya habían batido al otro finalista, Alemania Occidental, por 8-3 en Basilea.
Ya sobre el embarrado césped del Wankdorf Stadion, la superioridad de la Aranycsapat (equipo de oro en húngaro) se evidenció muy pronto. A los ocho minutos ya dominaba por 2-0 gracias a los tantos de Puskas y Czibor. Pero Alemania Occidental no se hundió, y Morlock y Rahn lograron igualar antes que se cumpliera el minuto 20.
La máquina de Sebes siguió funcionando como solía, pero la suerte no estaba de su lado aquel lluvioso 4 de Julio de 1954. Puskas falló goles increíbles, Hidegkuti (por dos veces) y Kocsis enviaron balones al palo, Turek, el arquero germano, salvó lo imparable y Liebrich y Kohlmeyer sacaron dos pelotas en la línea. Y, a falta de seis minutos, la desgracia de los centroeuropeos fue ya total. Boszik perdió el balón en terreno alemán a pies de Schäfer, quien inició un rápido contragolpe, cedió a Fritz Walter y éste envió un pase al punto del penal donde Helmut Rahn remató. Alemania Occidental acababa de marcar el tercer tanto!
Hungría lo intentó todo incluso en los minutos finales, e incluso Puskas marcó un gol que Walter Ling anuló por offside de Hidegkuti. Con el 3-2 se llegó al final del encuentro. Nadie podía creer lo que había ocurrido en el estadio de Berna. Ni siquiera los propios ganadores, quienes sólo despertaron cuando Jules Rimet, que dejaría la presidencia de la FIFA poco después, entregó la estatuilla a Fritz Walter.
Tiempo después se rumoreó que los alemanes se habían dopado. Lo cierto es que, tras el encuentro, varios jugadores tuvieron que ser hospitalizados debido a una presunta ictericia infecciosa. También se afirmó que el gobierno húngarovendió el título a cambio de tractores y maquinaria agrícola. Nada, lógicamente, pudo demostrarse. Sea como fuere, lo real es que aquel día concluyó su brillante camino uno de los mejores equipos de todas las épocas y que de manera insospechada el fútbol alemán ingresó en la élite. 

EL CAMPEÓN AFORTUNADO –
Resumen del artículo del periodista suizo Eric Walter jefe de la sección deportiva de La Suisse de Ginebra y Presidente de la Asociación de la Prensa Suiza (enviado especial a 7 campeonatos Mundiales).
Al decir de Walter en Suiza existía un gran interes de que el equipo local no fuese eliminado en las primeras de cambio, igualados en puntos en la ronda clasificatoria los conjuntos de Suiza e Italia jugaron un segundo encuentro que registro la victoria del primero, con influencia y parcialidad del arbitro brasileño “muy casero”
Se había creado un clima hostil a la squadra azurra incluso antes antes del segundo partido Italia x Suiza una muchedumbre compuesta por fieles seguidores de “Squibbs” se concentró frente al hotel de los italianos. Al llegar el autocar que los conducía, una verdadera lluvia de piedras y proyectiles diversos cayo sobre el vehículo. El incidente demostró el inmenso poder de la radio origino la protesta del embajador italiano en Berna, el fácil triunfo suizo en el segundo partido hizo olvidar las circunstancias extradeportivas que lo enmarcaron.
Si fue inolvidable el match en el que Austria eliminó a Suiza , los austriacos tenían un gran equipo con estrellas como Korner, Probst, Stojaspal, Hanappi y Happel .
Aquella tarde de sabado hacía un calor insoportable, en las gradas de La Pontaise el estadio de Lausana los espectadores vaciaban todas las botellas de cerveza y vino blanco que habían podido encontrar en las cercanías.
Paradójicamente un austriaco dirige ala selección suiza: el famoso Kart Rappan-nuestro equipo dice el periodista obtuvo una ventaja de 3 a 0 . Entonces se produjo un hecho que ha quedado grabado en la historia del fútbol helvético; el portero Eugene Parlier  el defensa Roger Bocquet resultaron afectados por el intenso calor y sufrieron una insolacion . Durante media hora y auqneu desde las tribunas no se advertía actuaron totalmente groggy.
Suiza encajo 7 goles , por lo cual no fueron suficientes otros 2 que logró convertir . Resultado insólito este 7 a 5 solo explicable por el estado en que actuaron Parlier y Bocquet.
Continua Eric Walter- otro gran partido que pude presencia fue el de Alemania – Yugoslavia . Dominó está pero ganó aquella. Cuando regresaba a mi casa me detuve en una gasolinera y un fanático germano que llenaba el depósito de su automóvil tuvo un rasgo de sinceridad al confesarme lo siguiente : “Nunca vi a Alemania con tanta suerte, Yugoslavia mereció ganar por 3 goles de diferencia, Esto no podrá continuar. ¡ El hombre no sospechaba que esa suerte seguiría acompañando a Alemania hasta la final !.
Hungría – Uruguay fue un partido excepcional tanto por la calidad del juego como por las alternativas del tanteador , los periodistas radiofonicos estabamos en el techo de una tribuna , porque no quedaba ningún sitio libre en las gradas . Este techo no estaba sostenido por columnas y por tanto no podia soportar mucho peso – Nosotros habiamos recibido instrucciones precisas . Esa construcción aguanta a un hombre por metro cuadrado pero a condicion de que se quede quieto sin moverse.
Pero ¿Cómo quedarse estático viendo las maravillas tecnicas de los hungaros y la resistencias que le opusieron los uruguayos, que no se resignaban a perder su título de campeones mundiales ?
Sin embargo recuerdo una final triste y sin aliciente. Llovia, hacía frío y los proesionales de la reventa no lograban dar “salida” a su “mercancía”, pese a que ofrecían las entradas a mitad de precio.
La victoria de Alemania sobre la gente de Puskas dejó un sabor amargo, entre los suizos, en primer lugar porque Hungría era superior y en segundo termino porque los germanos informaron que habían sido atacados por una ictericia infecciosa. Tuvieron la osadía de acusar al cocinero del hotel. En aquella época todavía no existía control anti-doping…

LOS MEJORES NO SON LOS MÁS INTELIGENTES
“Nos dormimos y cuando nos despertamos, perdíamos tres a dos” fue la mejor explicación que pudo dar un jugador ante la milagrosa remontada germana. Puskas agregó “fuimos los mejores pero ellos los más inteligentes”.  

CABEZAS DE LLAVE
Os cabeças de chave foram os seguintes:
Grupo 1: Brasil e França
Grupo 2: Hungria e Turquia
Grupo 3: Áustria e Uruguai
Grupo 4: Inglaterra e Itália

AL REGLAMENTO HAY QUE CONOCERLO
Pelo Grupo 1, o do Brasil, ocorreu um episódio bastante curioso. Brasil e Iugoslávia venceram seus primeiros compromissos (Brasil 5 a 0 contra México e Iugoslávia pela contagem simples sobre a França) e o empate garantia ambos na fase seguinte. Acontece que os jogadores do Brasil não conheciam o tal regulamento e atacavam insistentemente a meta iugoslava, com os jogadores eslavos fazendo gestos aos brasileiros pelo empate que beneficiaria os dois. Ao final do jogo alguns brasileiros choravam e apenas posteriormente a situação foi esclarecida. Tanto brasileiros como iugoslavos se classificaram à fase seguinte.

RENUNCIO AL CARGO DE DT EN PLENO MUNDIAL
Uma curiosidade é que, insatisfeito com as intromissões da comissão técnica no seu trabalho, o técnico da Escócia Andy Beattie pediu demissão logo após a derrota para a Áustria, sendo o único técnico a pedir demissão durante uma copa até hoje. A Áustria também passa fácil com 1 a 0 na Escócia e 5 a 0 na Tchecoslováquia.

EL ARBITRO CONTROVERTIDO
No Grupo D, o English Team tenta se refazer do desastre de 50, sua estreia em copas. Empata em um jogo espetacular com a Bélgica (4-4) e ganha à Suíça por 2 a 0. Suíça e Itália defrontaram-se duas vezes no grupo. Na primeira partida os helvéticos venceriam por 2 a 1 num jogo muito conturbado e de uma arbitragem bastante controversa do brasileiro Mário Vianna. As equipes se enfrentariam novamente, e no jogo desempate a Suíça vence por 4 a 1. Chega as Quartas de Final.

SARRE FUE SELECCIÓN
O time da RFA se classificou batendo os alemães da região do Sarre, ocupado pela França, enquanto a Alemanha Oriental não se inscreveu para a Copa

ALEMANIA CAMPEÓN – “EL MILAGRO DE BERNA”
Final: "O Milagre de Berna" O Estádio Wankdorf em Berna recebeu 60.000 pessoas se espremerem para acompanhar a partida final entre Alemanha Ocidental e Hungria, uma repetição do jogo da primeira fase. Nesta fase, a Hungria venceu os reservas alemães por 8 a 3. O Time Dourado dos húngaros era o favorito, pois vinha de 32 partidas invicto, porém vinha de duas partidas duras. Começou a chover no dia do jogo - na Alemanha isso é chamado de "Fritz-Walter-Wetter" (tempo de Fritz Walter) pois dizia-se o capitão da equipe alemã Fritz Walterjogava seu melhor futebol na chuva, porque havia contraído malária quando jovem e por isso não atuava tão bem no calor. Adi Dassler, proprietário da Adidas e fornecedor de material esportivo para a seleção alemã, forneceu chuteiras com cravos intercambiáveis, que melhor se adaptariam ao campo molhado.
Na final se viu Ferenc Puskás atuando mesmo não estando em sua melhor forma. Ainda assim ele colocou seu time à frente do placar em apenas 6 minutos de jogo, e com Zoltán Czibor fazendo outro tento dois minutos depois parecia que os favoritos realmente levariam o título. Porém, com um rápido gol de Max Morlock no décimo minuto, e Helmut Rahn empatando aos 19, a maré começou a virar.
No segundo tempo a Hungria desperdiçou diversas chances. Mas, nervosos não conseguiram nada. Os alemães praticamente "cozinharam" o jogo a seu favor, e acabariam premiados. A meros seis minutos do final da partida, o popular narrador do rádio alemão Herbert Zimmermann fez sua mais memorável declaração ao dizer: "Rahn deveria chutar do meio da rua" (em alemão: "aus dem Hintergrund müsste Rahn schießen"), e assim foi. O segundo gol de Rahn, que chutou da meia-lua da área, após a zaga húngara afastar mal a bola, deu a liderança da partida aos alemães. Depois, Puskás ainda fez um gol impedido.
Aos alemães foi entregue a Taça Jules Rimet e o título de vencedores da Copa do Mundo com a torcida cantando junto o hino nacional alemão. Na Alemanha, esta partida é conhecida como o Milagre de Berna. Um filme baseado na história foi lançado em 2003. Para os húngaros, a derrota foi um desastre, e o seu declínio no futebol teria início somente dois anos depois, com a Revolução Húngara.
El 4 de julio de 1954 es para Alemania el día del ”Milagro de Berna“. Fue el día en que los cronistas escribieron la historia más maravillosa del fútbol alemán. Fue el día de la victoria final por 3:2 de los alemanes contra los húngaros, que hasta entonces no habían perdido ningún partido y estaban considerados como el ”super equipo“ de su época. El mayor triunfo en el estadio de fútbol Wankdorf - lloviendo a mares - se puede atribuir también a los nombres de otros héroes. Sepp Herberger, el entrenador nacional, también se convirtió en leyenda en Alemania. Toni Turek, el diablo en la portería, que hizo desesperar a los húngaros, se hizo igual de famoso como Helmut Rahn, el “jefe“, que abrió a Alemania con su gol del 3:2 en el minuto 84 el primer título a la Copa Mundial de la FIFA. Pero el 4 de julio de 1954 fue ante todo el día de Fritz Walter. Como capitán recibió de manos del Presidente francés de la FIFA, Jules Rimet de 82 años, la ”Diosa de Oro“, la primera Copa Mundial de la FIFA
La victoria de la Copa Mundial de la FIFA 1954 disparó en Alemania una gran euforia. Después de la Segunda Guerra Mundial, el país se encontraba excluido de todos los acontecimientos deportivos como los Juegos Olímpicos de 1948 en Londres o la Copa Mundial de la FIFA de 1950 en Brasil. Los alemanes pudieron aparecer de nuevo por primera vez en el gran escenario deportivo en 1954. El equipo fue acompañado por las escasas esperanzas de los alemanes. Pero en el alojamiento del equipo en el lago Thuner See, a los pies del macizo de los Alpes berneses, nació en la selección el “Espíritu de Spiez“, que todavía hoy es conocido entre los fans alemanes de fútbol.
El “Milagro de Berna”
La final se disputó en un encharcado Estadio Wankdorf el día 4 de julio de 1954. Las condiciones del tiempo eran de un buen presagio para Alemania Occidental, porque el capitán y mediocampista goleador Fritz Walter tenía notorios problemas con el calor después de haber sufrido con la malaria durante la guerra. Los simpatizantes alemanes conmemoraron lo que dieron en llamar "clima Fritz Walter".
A su vez,  Hungría tenía dudas sobre las condiciones físicas de Puskas, que no había participado de los dos partidos anteriores después de haber recibido un golpe en el tobillo por Werner Liebrich,  justamente en el primer encuentro con  Alemania Occidental.  Aún sin totales condiciones, Puskas abrió el marcador a los seis minutos. A los ocho, los favoritos ya hacían el 2 a 0 después que el arquero alemán Toni Turek dejara la pelota en los pies de Zoltán Czibor. Sin embargo, sólo fueron necesarios diez minutos más para que los alemanes empataran. El primer gol vino con una finalización de Morlock. Después fue Rahn quien concluyó un tiro de esquina efectuado por Fritz Walter.
La lluvia siguió torrencial, la tensión aumentó y solamente el travesaño impidió el gol de Hidegkuti. Pero, faltando solo seis minutos, Rahn tomó la pelota en la entrada del área y pateó de pierna izquierda al ángulo. Todavía hubo tiempo para Puskas tener un gol anulado por el juez de línea antes de que el silbato final confirmara la derrota de Hungría y el nacimiento de una nueva potencia del fútbol mundial. El partido quedó conocido como el “Milagro de Berna”.